M¨¢s y mejores aprendizajes para todos
Am¨¦rica Latina no puede desaprovechar la oportunidad de la sociedad del conocimiento
El reformismo ha sido una pr¨¢ctica muy com¨²n y excesivamente frecuente en el mundo educativo. Diferentes modelos, a veces utop¨ªas, tanto de origen sociopol¨ªtico, psicopedag¨®gico o, m¨¢s recientemente, tecnol¨®gico, han provocado cambios o interrupciones, casi nunca con suficiente justificaci¨®n, en pol¨ªticas educativas ya acordadas, en pleno proceso de ejecuci¨®n y sin dar tiempo a su evaluaci¨®n.
En estos momentos, lograr m¨¢s y mejores aprendizajes para todos y todas es la ¨²nica utop¨ªa posible. Am¨¦rica Latina no puede desaprovechar las oportunidades que ofrecen la econom¨ªa globalizada y la sociedad del conocimiento.
Existen pa¨ªses en los que la tecnolog¨ªa ha contribuido a la mejora de la calidad de la educaci¨®n
En ese contexto, la extensi¨®n y mejora de la calidad de la educaci¨®n ha justificado la necesidad de implantar ambiciosos programas cuya finalidad era generalizar el uso de las TIC (Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n y la Comunicaci¨®n) con fines educativos: una implementaci¨®n masiva, que apenas cont¨® con procesos de experimentaci¨®n y validaci¨®n previos, que siempre dispuso de importantes recursos econ¨®micos y ofreci¨® oportunidades de participaci¨®n a variados actores, tanto educativos como tecnol¨®gicos.
Despu¨¦s de haber transcurrido un tiempo, la perspectiva y experiencia demuestra que los resultados no responden a las grandes expectativas que estas iniciativas despertaron en su momento. En efecto, seg¨²n los an¨¢lisis y evaluaciones de organizaciones internacionales, como son UNESCO y BID (Banco Interamericano de Desarrollo), y estudios de prestigiosos expertos (Vegas, E., Severin, E., Pedr¨®, F., etc.), no existen evidencias emp¨ªricas que demuestren un impacto significativo en la mejora de los aprendizajes y en el desarrollo de competencias de los alumnos.
En Am¨¦rica Latina el acceso a internet se ha generalizado
Quiz¨¢s el objetivo que les anim¨® no era otro que acortar la brecha digital y cumplir con agendas pol¨ªticas, tecnol¨®gicas o de conectividad, y no tanto conseguir una apropiaci¨®n y uso educativo relevante y significativo de las tecnolog¨ªas, para con ello alcanzar una transformaci¨®n educativa que propiciara la mejora cualitativa sustancial de la educaci¨®n.
Sin embargo, existen pa¨ªses como Corea, Singapur o Finlandia, entre otros, experiencias y centros educativos en muchos lugares del mundo, en los que el uso de la tecnolog¨ªa ha contribuido de manera decisiva a la mejora de la calidad de la educaci¨®n, as¨ª como investigaciones que demuestran que esa vinculaci¨®n puede aportar importantes beneficios.
Todas las experiencias de ¨¦xito coinciden en algo que tambi¨¦n han demostrado recientes investigaciones (Arias, E. y Cristi¨¢, J.): la necesidad de alinear en un proyecto global y estrat¨¦gico los tres componentes de un programa de uso educativo de las TIC: infraestructura suficiente, lo que no exige inevitablemente una computadora para cada alumno, tanto de uso en el aula como fuera de ella; contenidos digitalizados, es decir, alinear el curr¨ªculo, en toda su complejidad y diversidad, con el software; y, lo que quiz¨¢s sea m¨¢s importante, capacitar a directivos y docentes en el uso educativo de las tecnolog¨ªas, prestarles apoyo, monitoreo permanente y evaluaci¨®n.
Ejemplo distinto a los anteriores es el caso de Uruguay, con una fuerte apuesta que hac¨ªa ¨¦nfasis en la entrega de dispositivos tecnol¨®gicos a todos sus alumnos y en la reducci¨®n de brecha digital, apuesta que no ha tenido reflejo en la mejora de su desempe?o educativo: entre PISA 2009 y PISA 2012, es uno de los 15 pa¨ªses que m¨¢s han empeorado en las tres materias evaluadas.
La tecnolog¨ªa promueve una pr¨¢ctica educativa m¨¢s activa al transformar el modelo did¨¢ctico vigente con ligeras variaciones desde Comenio hasta nuestros d¨ªas: un maestro depositario de todo el saber y unos ignorantes alumnos que, frente a ¨¦l, recib¨ªan de manera pasiva y, a poder ser, silenciosa, sus mensajes. La tecnolog¨ªa ofrece un aprendizaje cooperativo, en el que la comunidad de alumnos y profesores comparte autor¨ªas, descubrimientos, interrogantes, etc., y lo hacen de manera ubicua: dentro y fuera de la clase.
La tecnolog¨ªa, adem¨¢s, conecta la escuela, a sus profesores y alumnos, con un mundo m¨¢s real y motivador. Cualquier limitaci¨®n que se oponga a esa conexi¨®n con la realidad ser¨¢ una tarea tan in¨²til como poner puertas al campo; frente a ello, cualquier intento de darle intenci¨®n y contenido educativos aportar¨¢ grandes beneficios y excelentes resultados. No es casual que los colegios que han sistematizado el uso de las TIC no solo mejoren sus resultados, sino que tambi¨¦n mejore el ambiente escolar, se reduzcan dr¨¢sticamente los conflictos, el fracaso y el abandono prematuro del centro por parte de sus alumnos.
La mejora de la educaci¨®n ha justificado ambiciosos programas para generalizar el uso de las TIC
En Am¨¦rica Latina, al igual que ocurre en Espa?a, el acceso a internet se ha generalizado y el uso de dispositivos, de diferente tipo, es com¨²n tanto entre por los profesores como por los alumnos, aunque bien es verdad que m¨¢s para actividades personales que educativas.
Por ello, podemos convenir que una vez logrado un amplio nivel de cobertura, acceso y conectividad, nos encontramos en una situaci¨®n id¨®nea para hacer frente al reto de la segunda brecha digital y apoyar liderazgos globales, y m¨¢s a¨²n locales, mediante el intercambio de informaci¨®n, buenas pr¨¢cticas y la generaci¨®n de conocimiento, que hagan posible articular planes y acciones integrales que combinen infraestructura, contenidos digitales y capacitaci¨®n, monitoreo y evaluaci¨®n de docentes.
Con ello se conseguir¨¢ que el avance logrado en pruebas de evaluaci¨®n externa, como son los casos de PISA o TERCE, sea mayor y m¨¢s r¨¢pido, y ofrecer mejores competencias, mejores empleos, m¨¢s equidad y mejores oportunidades para todos.
Mariano Jabonero Blanco es director de Educaci¨®n de la Fundaci¨®n Santillana.
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