A Maduro no le hace gracia Chataing
El locutor venezolano carga en un filme contra las presiones que ha recibido del Gobierno
Luis Chataing aparece con tono de despedida en sus ¨²ltimas presentaciones en vivo. En su programa matutino de radio, el medio del que surgi¨® hace 23 a?os, cumple apenas un segmento y deja el resto del espacio a su equipo de colaboradores. En entrevistas de prensa, como esta, pone de lado las chanzas y, adoptando un aire solemne, acepta que est¨¢ ¡°considerando ofertas de afuera para mudarme de pa¨ªs, muy en contra¡± de sus ¡°deseos¡±, pues, se excusa: ¡°Yo quiero que mi hijo tenga la oportunidad de ir a un parque, de desplazarse con libertad¡±.
¡ªSi emigra, ?le preocupa que sus adversarios pol¨ªticos proclamen su victoria? ?Que entiendan que ya lograron deshacerse de Luis Chataing?
¡ªNo. Para ello tendr¨ªan que matarme. Donde quiera que me encuentre quiero seguir con el tema de la radio y seguir activo en la comunicaci¨®n de lo que nos est¨¢ pasando a los venezolanos. ?Que haya quienes puedan celebrar mi partida? No es algo que me perturbe. Lo que me ocupa es la gente que encuentra en m¨ª una voz que les representa, en el sentido de que reclama justicia y un mejor gobierno para los venezolanos.
Es Luis Chataing, de 47 a?os, quiz¨¢s el m¨¢s importante personaje de los medios surgido en Venezuela durante las ¨²ltimas dos d¨¦cadas. Seguro, el m¨¢s ingenioso. Sus inicios se datan en los primeros a?os noventa, cuando la revoluci¨®n de la radio participativa hab¨ªa dado al traste con la discoteca permanente que hasta entonces eran las emisoras. Chataing ¡ªde hablar atropellado, una voz nasal que a veces parece de caricatura y ocurrencias infinitas¡ª a?adi¨® su dosis de humor blanco a una programaci¨®n que apenas pretend¨ªa aligerar a los caraque?os el trago amargo de los atascos matutinos en las calles y la llegada al trabajo. Pero ese marco le qued¨® peque?o.
Varias veces prob¨® en televisi¨®n con el formato de late night show, con fortuna variable. De 2007 a 2008 condujo desde M¨¦xico un espacio para toda Am¨¦rica Latina, Ya es mediod¨ªa en China. Hoy todav¨ªa se le puede ver en algunos segmentos de stand up comedy de la se?al latinoamericana del canal Comedy Central. Ha escrito libros, servido de imagen a marcas comerciales y emprendido sus propios proyectos empresariales. Pero su versatilidad tom¨® un rumbo inesperado de evoluci¨®n durante los ¨²ltimos diez a?os. Una cr¨ªtica corrosiva al orden pol¨ªtico del chavismo fue infiltr¨¢ndose en sus chistes y juegos de palabras. De pronto fue como si Jimmy Fallon, el comediante y presentador de medianoche en la cadena NBC norteamericana, se convirtiera paulatinamente en un activista frente a los micr¨®fonos. Aunque Chataing prefiere decir que emula al Daily Show de Jon Stewart: ¡°Resulta que Stewart se ha convertido para muchos norteamericanos en una fuente informativa a veces superior a los noticieros. Ahora la informaci¨®n es tan densa, tan masiva, que probablemente mucha gente huya de los medios informativos y prefiera enterarse a trav¨¦s del humor¡±.
Las presiones del Gobierno de Nicol¨¢s Maduro en Venezuela ya se han cargado en menos de un a?o las firmas de Rayma, Edo y Weil, algunos de los m¨¢s prestigiosos caricaturistas que publicaban en prensa. Pero a¨²n antes de esa razzia, hab¨ªa conseguido sacar del aire el ¨²ltimo show de medianoche de Chataing, que se transmit¨ªa por Telev¨¦n, un canal privado de televisi¨®n de se?al abierta que pasa por independiente pero que en esa oportunidad ¡ªjunio de 2014¡ª cedi¨® a las amenazas.
Venezuela se merece una persona que se comprometa con el alma a mejorar las condiciones de vida de todos los venezolanos
Entonces Chataing y su equipo de libretistas se quedaron sin trabajo. Pero el pr¨®ximo 28 de noviembre devolver¨¢n el golpe. Ese d¨ªa estrenar¨¢n en salas de cine comerciales de toda Venezuela Fuera del aire, un documental que narra la gira por 13 ciudades que hicieron como desagravio despu¨¦s de su despido. Sus presentaciones en vivo, siempre con las entradas agotadas, inclu¨ªan sketches de humor donde se mofaban de las autoridades, de la censura, y hasta de su propia suerte. Pero, advierte Chataing, en contra del lugar com¨²n, la pel¨ªcula no es para re¨ªr: ¡°?Mira que lo que nos pas¨® no es para re¨ªrse! Fue lo que vivi¨® la gente de Pdvsa hace tanto tiempo. O lo que le pas¨® a mucha gente que firm¨® para pedir el revocatorio contra Ch¨¢vez en 2004 y que luego encontr¨® dificultades para obtener trabajo¡±.
¡°Yo no quise que la pel¨ªcula estuviera desprovista de momentos de humor, porque ese siempre ha sido el hilo de mi relaci¨®n con la gente. Pero su trama b¨¢sica es, si no dram¨¢tica, s¨ª de un suspense particular¡±, explica, eludiendo desvelar la l¨ªnea narrativa de la cinta. ¡°Al sacarme del aire la gente de Telev¨¦n, me puse a pensar cu¨¢l ser¨ªa mi siguiente paso a dar para contrarrestar ese atropello. As¨ª nace la idea de hacer un documental. Lo que la gente va a ver en la pel¨ªcula es a un grupo de personas, las que hicimos la gira, que se resisten a sufrir un atropello y que insisten en la idea de que el pa¨ªs debe estar en el ¨¢nimo de superar todos los obst¨¢culos. Es una historia muy emotiva de perseverancia. Cada quien, en funci¨®n de su personalidad, le encontrar¨¢ la proporci¨®n adecuada de risa y de llanto¡±.
El showman ¡ª?u opinion maker?¡ª no descarta que la pel¨ªcula sea marginada o abiertamente prohibida de los circuitos venezolanos a ra¨ªz de presiones semejantes a las que lo expulsaron de televisi¨®n. ¡°Ser¨ªa un ingenuo si no lo considerara posible¡±, admite, para enseguida replicar: ¡°Pero si lo hacen quedar¨¢n desenmascarados al comprobar su ensa?amiento contra m¨ª¡±. Repara, adem¨¢s, en la leve iron¨ªa que establece su filme, una pieza que busca divulgar ¨¢nimos de perseverancia entre los atribulados venezolanos, justo en el momento en que su autor eval¨²a marcharse del pa¨ªs. ¡°Mira, yo le doy las gracias al programa de radio que tengo, que me ha acompa?ado en dos divorcios. ?Qu¨¦ te quiero decir con esto? Que, a pesar de estar con el ¨¢nimo en el piso, este programa me obliga a estar con el ¨¢nimo en el cielo para los que me oyen. Intento inyectar ¨¢nimo a los venezolanos al ofrecerles una voz que no se calla, que sabe que con lo que dice d¨ªa a d¨ªa puede perder su empleo pero no le importa, con tal de que las cosas cambien¡±.
Habida cuenta de su cada vez m¨¢s marcada deriva hacia el activismo ciudadano, no resulta descabellado preguntarle sobre la eventualidad de que se dedique por entero a la pol¨ªtica:
¡ªNo lo descarto. Venezuela se merece una persona que se comprometa con el alma a mejorar las condiciones de vida de todos los venezolanos. Si en alg¨²n momento yo me sintiera en disposici¨®n de hacer algo como eso, primero me despedir¨ªa del Chataing humor¨ªstico. Pero todav¨ªa no ha llegado ese momento.
¡ªAs¨ª que no hay que esperarlo pronto.
¡ª(Despu¨¦s de pensarlo) Mira, t¨² sabes que el mundo gira...
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