Los eur¨®fobos del UKIP desaf¨ªan a Cameron en una elecci¨®n parcial
La votaci¨®n de Rochester muestra el avance del populismo en Reino Unido
La calle principal de Rochester era este jueves, en plena jornada electoral, una caricatura de la pol¨ªtica brit¨¢nica en el ¨²ltimo a?o de la primera legislatura de David Cameron. En un animado corrillo, un grupo de estudiantes de diversas razas y un pu?ado de se?ores de la formaci¨®n xen¨®foba UKIP intercambiaban t¨®picos sobre la inmigraci¨®n. Un poco m¨¢s all¨¢, la anciana Jane defend¨ªa que los brit¨¢nicos, cuando se van a vivir a Marbella tras jubilarse, "solo se dejan dinero y no cuestan dinero al Estado espa?ol", al contrario que los europeos que vienen aqu¨ª y no paran de embolsarse subsidios. Kelly Tolhurst, la joven candidata conservadora, recorr¨ªa la calle estrechando manos y recibiendo palmadas de ¨¢nimo como si ya hubiera perdido. Dos hippies repart¨ªan panfletos de los verdes. Ni rastro de los liberales-dem¨®cratas. Los laboristas, salvo alguna t¨ªmida chapa en unas pocas solapas, ni estaban ni se les esperaba.
Los votantes de la circunscripci¨®n electoral de Rochester y Strood, en el sureste de Inglaterra, estaban este jueves llamados a elegir al diputado que les representar¨¢ en Londres despu¨¦s de que el que lo hac¨ªa, el conservador Mark Reckless, dejara caer como una bomba en la v¨ªspera del Congreso de su partido en septiembre que les abandonaba para unirse a UKIP. Ahora es su candidato. Si pierde, podr¨ªa pincharse la burbuja; si gana, como vaticinaban todas las encuestas, la bola de nieve seguir¨¢ rodando.
Hace 10 a?os, esta circunscripci¨®n del sureste de Inglaterra era laborista
Rochester y Strood era laborista hace 10 a?os. Ahora todo indica que dar¨¢ su segundo esca?o en Westminster a UKIP. Dos esca?os. De 650. Y resulta que este partido, al que las encuestas m¨¢s optimistas dan 30 diputados en la pr¨®xima legislatura, est¨¢ marcando la agenda pol¨ªtica a seis meses de las generales.
UKIP ha situado el discurso antiinmigraci¨®n y la eurofobia en el centro del debate. Cameron lleva la segunda mitad de la legislatura gobernando en reacci¨®n a la formaci¨®n de Nigel Farage. Si de las pr¨®ximas elecciones vuelve a salir un Gobierno controlado por los conservadores ¡ªlo cual este viernes parece probable¡ª habr¨¢ un refer¨¦ndum sobre la permanencia en la UE.
Pero el se¨ªsmo de UKIP, que ha duplicado su intenci¨®n de voto (del 8% al 16%) desde enero del a?o pasado, ya no sacude solo a la derecha. Al principio, UKIP robaba nueve votos tories por cada voto laborista; ahora, por cada nueve votos conservadores, seis son de la izquierda. El perfil del nuevo votante de UKIP se parece m¨¢s al votante medio. Por eso el l¨ªder laborista, Ed Miliband (hijo de inmigrantes europeos), ha dicho que la inmigraci¨®n est¨¢ en lo alto de la agenda de su partido.
Esto sucede en un pa¨ªs en que la econom¨ªa y la sanidad, no la inmigraci¨®n, son los asuntos que m¨¢s preocupan a los ciudadanos. El discurso xen¨®fobo ni siquiera es el que dio a UKIP la victoria en las europeas. Ganaron porque canalizaron el voto protesta: un 60% de los que votaron a UKIP lo hizo para expresar su descontento con su partido tradicional. Como Emmett, empresario de 32 a?os, que en la calle principal de Rochester explica que le atrae UKIP porque "es distinto a los partidos antiguos". "No estoy contento", a?ade, "y creo que la soluci¨®n es votar a un partido nuevo".
¡°Son distintos a los partidos antiguos¡±, dice un joven empresario local
El mensaje de UKIP es claro: los males de Reino Unido los causan los inmigrantes y los bur¨®cratas europeos. Pero su desarrollo posterior tiende a la inconsistencia. El propio Reckless se meti¨® esta semana en un jard¨ªn al apuntar que, si Reino Unido abandona la UE, habr¨ªa que deportar a los trabajadores europeos del pa¨ªs tras un periodo de transici¨®n.
"El auge de UKIP tiene sus cimientos en la preocupaci¨®n con la bajada de salarios y los recortes sociales", opina Neal Lawson, presidente del think tank progresista Compass. "UKIP ha sido capaz de girar brillantemente ese debate hacia la inmigraci¨®n. Como si la culpa de esa situaci¨®n la tuvieran los b¨²lgaros y no los abusos de los bancos. Reino Unido es un pa¨ªs de inmigrantes. Claro que hay tensiones. Pero en vez de plegarse al discurso populista, habr¨ªa que decir que es un problema del neoliberalismo, no de la inmigraci¨®n".
Los vecinos que pueden dar su segundo esca?o a la formaci¨®n xen¨®foba no parece que sufran graves conflictos de convivencia. En todo caso, se dir¨ªa que s¨ª est¨¢n un poco hartos de cierto tipo de visitantes: los enviados de Westminster y periodistas de medio mundo que llevan d¨ªas llamando a sus puertas y par¨¢ndolos por la calle. A la mujer de John Baldock, de la tienda de chucher¨ªas Dulces Expectativas, se le ocurri¨® una idea. Coloc¨® en el escaparate seis botes con los nombres de los diferentes partidos. A cada cliente se le preguntaba por qui¨¦n iba a votar y echaban un caramelo en el bote correspondiente. Ganaron los caramelos de UKIP. La idea les ha dado mucha publicidad, pero la venta es otra cosa. "Con tanta c¨¢mara", admite, "aqu¨ª no entraba a comprar ni dios".
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