Carlos Alexandre, el superjuez supersilencioso
Entre sus casos, un ex primer ministro, varios ministros y jefe de Esp¨ªrito Santo
El hijo de cartero no se asust¨® porque alguien hubiera asaltado su casa y colocado una pistola delante del retrato de sus hijos. Le pusieron un par de guardaespaldas y se fue a trabajar. Como siempre.
Carlos Alexandre, el juez que se ha quedado sin otro fin de semana libre por culpa de la corrupci¨®n, es el juez justiciero, el superjuez o el Baltasar Garz¨®n portugu¨¦s, como se le apoda para resaltar que, para bien o para mal, no es un togado cualquiera. ?l juez y el fiscal Ros¨¢rio Teixeira son la mayor amenaza a la estabilidad del pa¨ªs
A Alexandre le hab¨ªa tocado de todo: desde esc¨¢ndalos del f¨²tbol a quiebras bancarias, pero nunca hab¨ªa tenido en su despacho a un ex primer ministro, Y eso que la semana pasada tambi¨¦n hab¨ªa sido movida: mand¨® a prisi¨®n a una decena de personas, entre ellas altos funcionarios, implicados en la Operaci¨®n Laberinto, una red fraudulenta para dar visados a extracomunitarios. El caso se ha llevado por delante al ministro de Interior, amigo y socio de varios encarcelados.
Nacido hace 53 a?os en Macao, Alexandre estudi¨® el bachillerato en la Telescuela y se licenci¨® en Derecho por la Universidad de Lisboa. Antes de llegar al Tribunal Central de Instrucci¨®n Criminal en 2006, pas¨® por la Polic¨ªa Judicial Militar y juzgados de Sintra.
En verano lidi¨® con el mism¨ªsimo jefe del clan Esp¨ªrito Santo, Ricardo Salgado, a quien sac¨® de la cama y llev¨® custodiado por la polic¨ªa hasta su despacho; de all¨ª sali¨® muchas horas despu¨¦s con una fianza de tres millones de euros, la m¨¢s alta en la historia de Portugal.
De su vida frugal poco se conoce, m¨¢s all¨¢ de su afici¨®n por el club de f¨²tbol Sporting de Lisboa, de su catolicismo y de su amor por los forcados y el rejoneo. Tambi¨¦n le gusta comer bien, pero a menudo come mal, en el despacho, pues los interrogatorios apenas los interrumpe hasta que llega la noche.
El caso de S¨®crates, la Operaci¨®n Laberinto y la trama del Esp¨ªrito Santo relacionada con la Operaci¨®n Monte Branco son solo algunas de las ¨²ltimas aventuras en las que se ha metido Alexandre. Antes se ocup¨® de la Operaci¨®n Furac?o (otra red de blanqueo), de Portucale (presunto delito ambiental por corte de encinas para construir), de Apito Dourado (relacionado con la compra de partidos de f¨²tbol) y de Face Oculta (red de comisiones por la que fue condenado el ministro de S¨®crates, Armando Vara). Tampoco se libr¨® de la quiebra del banco BPN (prisi¨®n preventiva para sus dirigentes Oliveira y Costa), de la Mafia da Noite (clubes nocturnos), o de Rem¨¦dio Sarto (fraude en la recetas m¨¦dicas), aunque no siempre, pese a los esfuerzos de Alexandre, los acusados acaban por ser condenados.
Nunca pierde la calma, y detesta que le mientan. No se le conocen declaraciones a los medios, ni apenas intervenciones p¨²blicas. Se cuenta de ¨¦l algo tan bonito que debe ser leyenda: se le acerc¨® un letrado y le espet¨®: "Cuando el dinero habla, la verdad calla", y Carlos Alexandre, con valent¨ªa, le contest¨®. ¡°La verdad habla m¨¢s alto¡±.
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