Voces de Ferguson
Ciudadanos que se identifican con Michael Brown, muerto por los disparos de un polic¨ªa, encabezan las protestas en la ciudad de Misuri
La muerte en agosto de Michael Brown, un afroamericano de 18 a?os desarmado, por disparos de Darren Wilson, un polic¨ªa blanco en Ferguson (Misuri) desat¨® una ola de indignaci¨®n en este peque?o suburbio de San Luis que llev¨® a muchos residentes a reclamar justicia en las calles. Detr¨¢s de la cruzada en busca de justicia para Brown, se ha construido una amalgama de una cincuentena de grupos.
La mayor¨ªa est¨¢n liderados por j¨®venes negros como el fallecido, al que muchos no conoc¨ªan pero cuyo caso les ha unido.
Muchos de los integrantes de los grupos se conocieron durante las manifestaciones de agosto y desde entonces han ido levantando una estructura y una agenda de objetivos similar: reclamar que Wilson fuera imputado, acabar con la supuesta brutalidad policial, aumentar el n¨²mero de afroamericanos en la estructura policial y pol¨ªtica de Ferguson y proveer servicios a la comunidad negra. Aunque hay diferencias entre ellos, todos coinciden en hacer un uso muy extendido de las redes sociales.
'Hands Up United' (Manos Alzadas Unidas) es una de estas organizaciones. Cuenta con una cincuentena de miembros y dispone de su propia sede en una peque?a oficina en la avenida West Florissant, epicentro de las protestas de agosto. El grupo recibe apoyo econ¨®mico de una organizaci¨®n social nacional, pero un portavoz declina dar detalles sobre su financiaci¨®n. Sus integrantes se re¨²nen casi cada d¨ªa y colaboran activamente con otra organizaci¨®n, 'The Lost Voices' (Las Voces Perdidas).
Adem¨¢s de las protestas diarias, 'The Lost Voices'? promueve actividades de apoyo a la comunidad, la mayor¨ªa educativas. Entregan libros a ni?os, dan meriendas a los que no la reciben en sus escuelas, ultiman la apertura de un centro de recreaci¨®n para que ¡°los j¨®venes no est¨¦n en la calle¡±, y ense?an a los residentes a interactuar con la polic¨ªa. Tambi¨¦n han celebrado eventos en Chicago y Atlanta.
Este es un repaso a algunos de los rostros que participan activamente en las protestas, entrevistados en v¨ªsperas de la decisi¨®n del gran jurado de no imputar al agente Wilson:
Scudol, 27 a?os
Es el apodo de este afroamericano que reside en Bergen, municipio cercano a Ferguson. Rehuye de detallar su vida, pero revela que hasta la muerte de Michael Brown merodeaba por la calle cometiendo delitos espor¨¢dicos. ¡°Era miembro de una banda. Ahora soy un activista a tiempo completo. Mi vida ha cambiado del todo a mejor¡±, explica.
Scudol participa en casi todas las manifestaciones en honor a Brown. Dice que lo que le llev¨® a salir a protestar la noche de la muerte del joven fue conocer a trav¨¦s de las redes sociales de que su cad¨¢ver estuvo cuatro horas tendido al sol. ¡°Yo he sufrido la brutalidad policial, pero cuando v¨ª eso dije: 'Ya es suficiente'. No pienso parar hasta que se sirva justicia¡±, afirma con vigor y promete ¡°consistencia¡± en su cruzada y la de muchos otros.
¡°Yo soy Mike Brown. Tengo un amigo que fue tiroteado siete veces por la polic¨ªa porque cre¨ªan por error que llevaba una pistola. Sobrevivi¨® de milagro. Lo que le pas¨® a Brown, me podr¨ªa haber pasado a m¨ª o a cualquiera de mis amigos¡±, agrega. ¡°Hay que cambiar la ley para que un agente de polic¨ªa deje de tener el derecho de matar si se siente amenazado. Eso es abuso de poder¡±.
Brianca Bulley, 19
Vive en Jennings, otro municipio anexo a Ferguson. Est¨¢ en su segundo a?o de estudios de Justicia Criminal en la universidad. Es otra de las caras m¨¢s visibles de 'The Lost Voices'. Alterna sus estudios con su trabajo en un comercio. Particip¨® activamente en el primer mes de protestas, pero desde entonces acude con menos frecuencia por el inicio del curso universitario. Su principal funci¨®n es hacer pedagog¨ªa entre los residentes afroamericanos sobre c¨®mo hacer frente a la ¡°brutalidad policial¡± y convencerles de la importancia de no cometer delitos.
¡°Quiero ver un cambio en el sistema¡±, dice, con voz calmada. ¡°Ahora mismo, no parece que haya muchos cambios pero solo llevamos 100 d¨ªas. Nada cambiar¨¢ de la noche a la ma?ana, pero al final cambiar¨¢ porque los manifestantes no vamos a parar¡±.
Dirk Brown, 26
Reside en Jennings y combina su trabajo en una cadena de comida r¨¢pida con su labor activista. No se separa ni un segundo de su tel¨¦fono m¨®vil desde el que graba absolutamente todo lo que ocurre en las protestas de Ferguson. Cuelga los v¨ªdeos en un perfil de Facebook llamado 'Justicia para Mike Brown' que tiene m¨¢s de 30.000 seguidores. Su objetivo es escrutar la actuaci¨®n de la polic¨ªa y convencer a todos los ciudadanos del ¨¢rea metropolitana de San Luis de que ¡°las cosas tienen que cambiar¡±. Considera que la supuesta discriminaci¨®n de la polic¨ªa con la comunidad negra es un ¡°problema de toda la ciudad¡±. ¡°Hay que cambiar leyes, hacer que la polic¨ªa deje de hacer lo que hace. Y que haya m¨¢s afroamericanos en el Ayuntamiento y la polic¨ªa de Ferguson¡±, enfatiza.
Cheyenne Green, 22
Esta madre de tres hijos vive en Delwood, un municipio anexo a Ferguson. Es una de las l¨ªderes de 'The Lost Voices'. El d¨ªa en que muri¨® Brown, el de 9 de agosto, su hijo m¨¢s peque?o cumpl¨ªa su primer aniversario. Decidi¨® salir a protestar cuando vio en las redes sociales fotograf¨ªas del cad¨¢ver de Brown, que estuvo cuatro horas tendido en pleno d¨ªa en la calzada de la calle residencial en la que muri¨®. ¡°No me lo pod¨ªa creer¡±, rememora.
Entonces, Green alternaba un trabajo en un puesto de alimentaci¨®n con el cuidado de sus hijos, pero ahora es una ¡°activista a tiempo completo¡±. Declina detallar si tiene un sueldo. La organizaci¨®n, explica, se nutre de donaciones y campa?as. La noche de la muerte de Brown durmi¨® en la calle junto a otros manifestantes, con los que m¨¢s tarde construy¨® una especie de peque?o campamento. La polic¨ªa lo desaloj¨® al cabo de 47 d¨ªas. Ahora, lo han reconstruido.
¡°Ninguno de nosotros era activista antes de la muerte de Brown, no sab¨ªamos qu¨¦ significaba¡±, afirma. ¡°A veces acud¨ªa a un centro de alimentaci¨®n para vagabundos pero de un modo irregular. Ahora me he dado cuenta de que mi pasi¨®n es unir a la comunidad para que sea solo una, que luche contra el sistema¡±, a?ade. Pese a su lucha, dice que no prev¨¦ una mejora de la relaci¨®n entre la polic¨ªa de Ferguson y la comunidad afroamericana. ¡°Aspiramos a que la comunidad sea la polic¨ªa¡±, explica.
Chuck Modiano, 44
Este hombre blanco de 44 a?os reside en Washington, pero desde la muerte de Brown acude dos semanas al mes a Ferguson. Trabaja con organizaciones para j¨®venes en la capital estadounidense. Cuando se enter¨® del fallecimiento de Brown y vio por televisi¨®n algunas im¨¢genes de contundencia de la polic¨ªa contra los manifestantes, decidi¨® que ten¨ªa que acudir a Ferguson. ¡°Usar gas lacrim¨®geno contra tus propios ciudadanos va en contra de la Constituci¨®n, del derecho de asamblea y manifestaci¨®n¡±, subraya con entusiasmo.
Desde entonces, ha reducido sus obligaciones laborales en Washington y colabora con 'The Lost Voices'. Graba todas las manifestaciones del grupo y las cuelga en Internet. Su objetivo, al margen de ¡°lograr justicia para Brown¡±, es impulsar un debate en todo Estados Unidos a favor de que la polic¨ªa lleve c¨¢maras de v¨ªdeo durante su patrulla y de prohibir que algunos cuerpos, como la polic¨ªa del condado de San Luis, tengan equipamiento militar. ¡°Hay que utilizar la atenci¨®n que hay aqu¨ª para lograr cambios reales en pol¨ªticas p¨²blicas en Ferguson y otros lugares¡±, afirma.
Tory Russell, 30
Es una de las caras m¨¢s visibles de 'Hands Up United'. Padre de un hijo de cinco a?os, reside en el norte de San Luis y conoce Ferguson desde que era ni?o. Abandon¨® a media carrera sus estudios universitarios de profesor escolar. En los ¨²ltimos a?os ha trabajado de forma temporal en una f¨¢brica, pero su pasi¨®n es el f¨²tbol americano. El pr¨®ximo curso escolar aspira a obtener una plaza de entrenador de f¨²tbol en una escuela secundaria cercana.
Cuando empez¨® a ver en Twitter v¨ªdeos de las protestas en los d¨ªas posteriores a la muerte de Brown, se sinti¨® muy identificado con el caso. ¡°Respond¨ª del modo que me gustar¨ªa que hiciera mucha gente: vi que ten¨ªa muchas similitudes con ¨¦l¡±, se?ala. ¡°Y me dije: 'Mis amigos podr¨ªan ser los fallecidos y quiero preparar a mi hijo para un mundo mejor'¡±. Al poco dej¨® su trabajo y se incorpor¨® por completo a 'Hands Up United'. Sugiere que cobra un sueldo de la organizaci¨®n.
El objetivo de Russell es ¡°acabar con los prejuicios raciales¡± que, asegura, hay en el sistema policial, pol¨ªtico, educativo y judicial en EE UU. Pero matiza: ¡°Este no es solo un problema negro ni solo estadounidense. Es un problema mundial de la gente que se siente oprimida¡±. Su medio de actuaci¨®n es la pedagog¨ªa: ¡°Hacer cosas para la comunidad para que todo el mundo entienda que sus voces pueden ser escuchadas¡±.
T-Dobb-O, 27
Es el apodo de este rapero, padre de dos dos ni?as peque?as y residente en el norte de San Luis. Se ha hecho muy amigo de Russell al que conoci¨® ¡°en medio del humo del gas lacrim¨®geno¡± en las manifestaciones de agosto. Otro de los l¨ªderes de 'Hands Up United' se uni¨® a la protesta por la repulsa que le caus¨® ver el cuerpo de Brown tendido en la calzada.
T-dobb-o combina su labor musical con la organizaci¨®n de actividades de 'Hands Up United'. Visit¨® recientemente la Casa Blanca para hablar de la situaci¨®n en Ferguson. Entre sus tareas, est¨¢ promover la difusi¨®n de libros sobre historia afroamericana entre los residentes negros de Ferguson porque, esgrime, apenas hay esos libros en la biblioteca municipal. Tambi¨¦n trabaja en construir una candidatura afroamericana a las elecciones a la Alcald¨ªa de Ferguson en abril porque, denuncia, una parte de la poblaci¨®n negra vive ¡°aislada¡± de los servicios p¨²blicos. Y se muestra seguro de que la lucha de los activistas en esta localidad a favor de los derechos de los afroamericanos es hist¨®rica y tendr¨¢ un efecto a nivel nacional: ¡°Este es el mayor polo de concentraci¨®n de j¨®venes activistas en EE UU¡±.
*Todas las im¨¢genes, tomadas por Joan Faus.
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