El Papa: ¡°El Mediterr¨¢neo no puede convertirse en un gran cementerio¡±
Francisco alerta ante los eurodiputados del desprestigio creciente de las instituciones
Hubo algo chocante en la vista del papa Francisco a Estrasburgo. Los eurodiputados, puestos en pie, tributaron un largu¨ªsimo aplauso a sus palabras, pero tanto el discurso pronunciado por Jorge Mario Bergoglio ante el Parlamento Europeo como el posterior ante el Consejo de Europa constituyen en s¨ª una cr¨ªtica feroz ¡ªpor extensa y bien fundamentada¡ª al funcionamiento de la UE.
El Papa fue a Estrasburgo a decir que ¡°no se puede tolerar que el Mediterr¨¢neo se convierta en un gran cementerio¡± ¡ªque es en lo que se est¨¢ convirtiendo ante la d¨¦bil respuesta de la UE al desaf¨ªo de la inmigraci¨®n¡ª, a criticar los ¡°estilos ego¨ªstas de vida, caracterizados por una opulencia insostenible e indiferente ante los m¨¢s pobres¡± ¡ªen medio de una sede que es en s¨ª un monumento al lujo¡ª y a proponer la construcci¨®n de ¡°una Europa que no gire en torno a la econom¨ªa¡±, justo en los d¨ªas en que el presidente de la Comisi¨®n, Jean-Claude Juncker, est¨¢ siendo acusado de haber beneficiado durante dos d¨¦cadas a las multinacionales para enriquecer a Luxemburgo a costa de los pa¨ªses de la periferia.
Y, pese a folios enteros de cr¨ªticas, le¨ªdos en tono serio, monocorde, sin una concesi¨®n a la galer¨ªa, los eurodiputados aplaud¨ªan las frases que m¨¢s dejan en entredicho a la instituci¨®n que representan. ¡°No se puede tolerar¡±, dijo el Papa en la sede de una instituci¨®n que hasta ahora ha venido dejando a Italia sola en el rescate de los inmigrantes en el canal de Sicilia, ¡°que el mar Mediterr¨¢neo se convierta en un gran cementerio. En las barcazas que llegan cotidianamente a las costas europeas hay hombres y mujeres que necesitan acogida y ayuda. La ausencia de un apoyo rec¨ªproco dentro de la Uni¨®n Europea corre el riesgo de incentivar soluciones particularistas del problema, que no tienen en cuenta la dignidad humana de los inmigrantes, favoreciendo el trabajo esclavo y continuas tensiones sociales¡±.
Pero hubo m¨¢s. El Papa, convertido en portavoz de la periferia, les ense?¨® a los eurodiputados el retrato que de ellos tiene la calle. ¡°Desde muchas partes¡±, explic¨® Bergoglio, ¡°se recibe una impresi¨®n general de cansancio y envejecimiento, de una Europa anciana que ya no es f¨¦rtil ni vivaz. Por lo que los grandes ideales que han inspirado Europa parecen haber perdido fuerza de atracci¨®n, en favor de los tecnicismos burocr¨¢ticos de sus instituciones¡±. Y los anim¨® a sacudirse la modorra: ¡°Ha llegado la hora de construir juntos la Europa que no gire en torno a la econom¨ªa, sino a la sacralidad de la persona humana, de los valores inalienables; la Europa que abrace con valent¨ªa su pasado, y mire con confianza su futuro para vivir plenamente y con esperanza su presente. Ha llegado el momento de abandonar la idea de una Europa atemorizada y replegada sobre s¨ª misma, para suscitar y promover una Europa protagonista, transmisora de ciencia, arte, m¨²sica, valores humanos y tambi¨¦n de fe. La Europa que contempla el cielo y persigue ideales; la Europa que mira, defiende y tutela al hombre; la Europa que camina sobre la tierra segura y firme, precioso punto de referencia para toda la humanidad¡±.
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