Toda una lecci¨®n para no jugar con fuego

La comisi¨®n presidida por Lord Smith of Kelvin, sobre la ampliaci¨®n de poderes para Escocia, ha emitido su informe. Es destacable que lo haya hecho dentro del corto plazo establecido ¡ªdos meses¡ª, tras una amplia consulta pol¨ªtica y social en Escocia y con el acuerdo de todos los partidos, incluidos los independentistas SNP (Partido Nacional Escoc¨¦s) y los Verdes Escoceses. El primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, ha afirmado que asume todas las propuestas de la comisi¨®n y que las tramitar¨¢ en el Parlamento de Westminster durante el mes de enero.

El informe establece ¡ªtal y como se le ped¨ªa¡ª los principios de acuerdo sobre los que deber¨¢ reformarse la autonom¨ªa escocesa. Aunque garantizar ¡°el car¨¢cter permanente del Parlamento escoc¨¦s¡± o incorporar al cuerpo legal la Sewel Convention ¡ªque compromete al Parlamento brit¨¢nico a no legislar en materias de la competencia de Escocia sin el acuerdo de su Parlamento¡ª puedan parecer nimias en Espa?a suponen una reforma constitucional en Reino Unido, en el camino de superar los peores efectos del principio de soberan¨ªa parlamentaria, tan profundamente incrustados en la mentalidad pol¨ªtica brit¨¢nica. Trascienden a Reino Unido la necesidad de reforzamiento de las estructuras de relaci¨®n intergubernamental, la implicaci¨®n de los representantes de Escocia en la pol¨ªtica brit¨¢nica en la Uni¨®n Europea o la participaci¨®n consultiva en distintas pol¨ªticas (transportes, energ¨ªa, telecomunicaciones, etc¨¦tera).

Pero, por encima de todo, la reforma se dirige a dar satisfacci¨®n a las reclamaciones m¨¢s profundamente respaldadas por la ciudadan¨ªa escocesa: atribuir poderes que permitan a Escocia desarrollar su econom¨ªa y su sistema de bienestar (pilar II) y, muy especialmente, ampliar las competencias en materia fiscal (pilar III). Se atribuyen amplias competencias en la determinaci¨®n del tipo en el impuesto de la renta ¡ªeliminando los l¨ªmites al tipo¡ª, y recibiendo Escocia el total de lo recaudado en su territorio, as¨ª como el rendimiento de los primeros diez puntos del IVA, deduci¨¦ndolo de la cuant¨ªa de la financiaci¨®n (block grant) garantizada por Reino Unido (Barnett Formula). Siguen siendo, sin embargo, impuestos compartidos con Reino Unido y seguir¨¢n siendo gestionados por la Hacienda brit¨¢nica.

La mayor¨ªa de los dem¨¢s impuestos de importancia seguir¨¢n siendo de la plena competencia del Parlamento brit¨¢nico. Muy lejos del Concierto ¡ªo Convenio¡ª econ¨®mico del Pa¨ªs Vasco y Navarra.

?Ser¨¢ Reino Unido capaz de poner fin a la crisis independentista de Escocia tan r¨¢pidamente y con un acuerdo generalizado?

Los principios de acuerdo deben ser desarrollados en detalle. Y ah¨ª es donde se esconde el diablo. Ese diablo puede ser el Partido Conservador si insiste en aprovechar la ocasi¨®n para noquear a los laboristas con su propuesta EVEL ¡ªEnglish Votes for English Laws, votos ingleses para las leyes inglesas¡ª, excluyendo a los diputados escoceses del voto de las leyes en materias de la competencia de Escocia. Unos laboristas que han sido determinantes en salvar el refer¨¦ndum.

En cualquier caso, el paso dado es toda una lecci¨®n. Para Espa?a y para el propio Reino Unido. No afrontar los problemas a tiempo ¡ªcomo ocurri¨® con la reforma del Estatuto de Escocia (Scotland Act)¡ª es jugar con fuego y situarse al borde del abismo. Pero cuando se afrontan los problemas, en democracia debe ser posible encontrar una soluci¨®n. O deslegitimar a quien no la facilita.