La absoluci¨®n de Mubarak entierra la revoluci¨®n en Egipto
El dictador es exonerado de la muerte de m¨¢s de 850 manifestantes en las protestas de 2011 que le desalojaron del poder
Casi cuatro a?os despu¨¦s de que la emblem¨¢tica plaza de Tahrir hipnotizara al mundo desafiando y derrotando en un pulso a Hosni Mubarak, el aut¨®crata que gobern¨® Egipto con pu?o de hierro durante tres d¨¦cadas ha sido exonerado de toda responsabilidad por la muerte de centenares de manifestantes durante las protestas de 2011. Con su sentencia exculpatoria, un tribunal de El Cairo ha certificado hoy la defunci¨®n de la revoluci¨®n y el triunfo de la contrarrevoluci¨®n orquestada por el rais Abdelfat¨¢ al Sisi, el general que ejecut¨® un golpe de Estado en verano de 2013 contra el islamista Mohamed Morsi, el primer presidente egipcio elegido democr¨¢ticamente.
A los familiares de las v¨ªctimas no les ha quedado ni tan siquiera el consuelo de una condena ejemplar al ¨²ltimo ministro del Interior de Mubarak, Habib al Adly, y a seis altos cargos policiales. Todos ellos han sido absueltos, como lo fueron todos los agentes que se hab¨ªan sentado antes en el banquillo de los acusados por el asesinato de m¨¢s de 850 manifestantes en la revoluci¨®n. Aquella matanza, como la de Raba al Adawiya, el campamento islamista desalojado brutalmente en el verano de 2013, permanecer¨¢ impune. La condena a cadena perpetua dictada contra Mubarak en 2012 por estos mismos cargos, y posteriormente anulada por un tribunal de casaci¨®n, pasar¨¢ a la historia como un espejismo de justicia transicional.
Tras la sesi¨®n, Mubarak, de 86 a?os de edad, fue trasladado de nuevo en helic¨®ptero a una cl¨ªnica militar del barrio cairota de Maadi. All¨ª cumple una condena de tres a?os de c¨¢rcel por malversaci¨®n de fondos p¨²blicos dictada el pasado mes de mayo a causa de su estado de salud presuntamente delicado. En aquel proceso, fueron igualmente condenados sus v¨¢stagos, Al¨¢ y Gamal. En cambio, los tres Mubarak tambi¨¦n han sido exculpados este s¨¢bado de los cargos de enriquecimiento il¨ªcito por el contrato de exportaci¨®n de gas a Israel a un precio inferior al del mercado internacional.
Vindicado por la sentencia, el veterano expresidente se acerc¨® a una ventana del hospital militar para saludar a docenas de seguidores que se hab¨ªan congregado all¨ª para felicitarle. En su desfile victorioso no falt¨® una entrevista telef¨®nica a una televisi¨®n egipcia. ¡°No he cometido ning¨²n crimen¡ En los ¨²ltimos diez a?os en el pa¨ªs hubo mejores resultados que en los 20 anteriores, incluida [la difusi¨®n de] los tel¨¦fonos m¨®viles. Pero la gente se volvi¨® en mi contra¡±, dijo Mubarak.
A pesar del inter¨¦s medi¨¢tico que ha suscitado el proceso, bautizado como el ¡°juicio del siglo¡± en su comienzo, la mayor¨ªa de la poblaci¨®n acogi¨® el veredicto con indiferencia. Y es que el furor revolucionario ha ido decayendo progresivamente durante los ¨²ltimos tres a?os a medida que el pa¨ªs se sumerg¨ªa en el caos pol¨ªtico y en una violencia callejera incesante. Hoy, apenas unos centenares de j¨®venes se atrevieron a protestar contra el veredicto en las inmediaciones de Tahrir, y fueron dispersados con gases lacrim¨®genos y ca?ones de agua por la polic¨ªa.
En los argumentos de su extenso fallo, el juez Mahmud al Rashidi esgrime que no existe ninguna evidencia de que Mubarak ordenara disparar contra los manifestantes en 2011. Quiz¨¢s porque, como publicaron varios medios locales en su momento, el Ministerio del Interior destruy¨® algunas de las pruebas. Sin embargo, el magistrado s¨ª otorga credibilidad al argumento de la defensa de que fueron francotiradores de los Hermanos Musulmanes quienes abrieron fuego contra la multitud. Gracias a la complicidad de unos d¨®ciles medios de comunicaci¨®n, en un pa¨ªs con tanta historia como Egipto nunca pareci¨® tan f¨¢cil reescribirla.
Ya nada queda de aquel eslogan de ¡°pan, libertad y justicia social¡± que reson¨® con tanta fuerza en Tahrir y lleg¨® a todos los rincones del mundo ¨¢rabe. En una cruel iron¨ªa del destino, mientras el exdictador es exonerado de las muertes de 2011, algunos de los s¨ªmbolos de aquella revuelta, como Al¨¢ Abdelfat¨¢ o Ahmed Maher, languidecen en la c¨¢rcel por haber participado en una manifestaci¨®n sin permiso oficial. Tambi¨¦n se encuentran entre rejas el expresidente Mohamed Morsi y la pr¨¢ctica totalidad de la c¨²pula de la Hermandad, vencedora en todas las elecciones libres del Egipto posrevolucionario.
El fiscal general anunci¨® hoy que piensa recurrir la sentencia, al igual que lo har¨¢n probablemente los abogados de las familias de las v¨ªctimas. El follet¨ªn del juicio a Mubarak a¨²n podr¨ªa producir alg¨²n nuevo cap¨ªtulo. No obstante, nadie espera que la justicia retire la guinda de una contrarrevoluci¨®n que ya se ha cobrado la vida de m¨¢s de 2.500 personas, la mayor¨ªa, simpatizantes islamistas. Definitivamente, Egipto ha vuelto a la casilla de salida.
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