Las presidenciales de Uruguay marcan un hito de juego limpio

En Brasil a¨²n arden los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n que marcaron la campa?a de las presidenciales; en Argentina? la oposici¨®n lleva m¨¢s de dos a?os pidiendo la dimisi¨®n del vicepresidente, Amado Boudou, imputado en un caso de corrupci¨®n, y el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, acusa de golpista al juez que investiga las cuentas de un hotel propiedad de la presidenta. En medio de ese contexto, Uruguay acaba de dar con las elecciones presidenciales de este domingo una nueva muestra de madurez republicana.

El candidato izquierdista del Frente Amplio, Tabar¨¦ V¨¢zquez, de 74 a?os, compareci¨® ante sus seguidores la noche del domingo y dijo: ¡°Festejen, uruguayos, festejen. Festejemos el clima de paz, respeto y sentimiento republicano de esta jornada. Es un modo de ser de nuestra naci¨®n y un logro de todos los uruguayos¡±. Venci¨®? en segunda vuelta con el el 53,6% de los votos frente al 41,1% de su rival. Logr¨® la victoria m¨¢s amplia en una segunda vuelta desde que se instaur¨® el actual sistema electoral en 1996 y se convirti¨® en el presidente m¨¢s votado de los ¨²ltimos 70 a?os. Pero m¨¢s all¨¢ de? las cifras, Uruguay profundiz¨® el domingo los valores que caracterizan a esta democracia desde que se instaur¨® en 1986, gobierne quien gobierne: el respeto a las instituciones de la rep¨²blica y a las reglas del juego democr¨¢tico.

El candidato derrotado, el dirigente del Partido Nacional, de centro derecha, Luis Lacalle Pou, de 41 a?os, tard¨® apenas una hora tras el cierre de urnas en felicitar a V¨¢zquez. Y en seguida declar¨® ante los medios: ¡°Los resultados se acatan, se respetan y defienden. Nosotros no somos partidarios de que las mayor¨ªas se equivocan, las mayor¨ªas dirigen¡±.

En la calle, los militantes de partidos rivales compart¨ªan bromas y agua durante la campa?a

Ese fue el broche de una campa?a donde, salvo algunas excepciones, prim¨® el respeto y el juego limpio. Es cierto que Tabar¨¦ V¨¢zquez, el claro favorito desde el principio, no se dign¨® a debatir con sus rivales. Es cierto tambi¨¦n que en el ¨²ltimo mes, cuando m¨¢s favorables se presentaban las encuestas, V¨¢zquez no concedi¨® ni una entrevista a medios nacionales o extranjeros. Pero mantuvo siempre el mismo tono educado del que ha hecho gala desde que comenz¨® su carrera pol¨ªtica como alcalde de Montevideo en 1990 y como presidente del pa¨ªs en 2004. Y tras conocer su victoria, convoc¨® formalmente a la oposici¨®n. "Desde ya", dijo ante las c¨¢maras, "est¨¢n convocados todos a un di¨¢logo que queremos que sea sin prejuicios pero con lealtad".

El presidente Jos¨¦ Mujica abandonar¨¢ el 1 de marzo la presidencia y comenzar¨¢ su nueva vida como senador tras darse a conocer en todo el mundo por su sencillez y austeridad. Pero tan destacable como eso es el hecho de que en diez a?os son contados los casos de corrupci¨®n entre dirigentes del Gobierno. La corrupci¨®n no ha sido un tema destacable en la campa?a.

Los candidatos presidenciales dieron ejemplo de juego limpio. En la calle, los militantes de partidos rivales compart¨ªan bromas y agua durante la campa?a. Ahora, V¨¢zquez y el Frente Amplio cuentan con mayor¨ªa absoluta. Pero el Frente es en s¨ª mismo un universo donde no se va a ning¨²n lado sin di¨¢logo y negociaci¨®n. Ese di¨¢logo no es f¨¢cil en una formaci¨®n con 27 partidos de los cuales hay unos siete de mucho peso. Muchas veces, ese juego de tiras y aflojas, de pesos y contrapesos, se vuelven perniciosos y entorpecen la gesti¨®n. Ahora llegar¨¢ el turno de negociar la composici¨®n del Gobierno y cada formaci¨®n querr¨¢ situar a uno de los suyos. Pero as¨ª funciona el Frente desde hace 43 a?os y as¨ª es como ha logrado repetir por tercera vez consecutiva mayor¨ªa absoluta en el Congreso.

Delante del ayuntamiento o municipalidad de Montevideo hay desde 1958 una r¨¦plica a tama?o del David de Miguel ?ngel Buonarotti. La estatua fue colocada all¨ª como homenaje simb¨®lico al origen italiano de los municipios uruguayos. Pero bien podr¨ªa servir como homenaje de los uruguayos a s¨ª mismos. Un pa¨ªs diminuto de 3,3 millones de habitantes, encajonado entre los 40 de Argentina y los 200 de Brasil, que se las arregla d¨ªa a d¨ªa para que el mundo y la regi¨®n siga mirando hacia ellos.