El enemigo es la inseguridad
El Banco Central alerta del efecto desincentivador que tiene la criminalidad
Lo saben bien los capitanes de barco. Ni el mar ni el tiempo ni la propia nave; en una traves¨ªa no hay enemigo m¨¢s venenoso que el des¨¢nimo de la tripulaci¨®n. Es la tormenta interior. La misma que ahora atraviesa M¨¦xico, un pa¨ªs que, tras haber culminado una profunda reforma de sus estructuras productivas, podr¨ªa mirar el horizonte con calma mientras sus adversarios encallan en aguas oscuras. Los a?os dorados de la exportaci¨®n de materias primas que beneficiaron a sus rivales han tocado a su fin. Brasil se ha estancado. Argentina y Venezuela, que en un pasado remoto jugaron a competir con el gigante manufacturero, han entrado en la espiral de la recesi¨®n. Incluso Latinoam¨¦rica ver¨¢ constre?irse este a?o su crecimiento a un t¨ªmido 1,3%, casi la mitad que M¨¦xico (en torno al 2,3%, seg¨²n el Gobierno). Pero nada de esto basta.
El espanto por la barbarie de Iguala ha catalizado una inesperada crisis emocional. La idea de que la impunidad y la corrupci¨®n siguen imperando han abonado en este pa¨ªs de 120 millones de habitantes la sensaci¨®n de que, al final de la traves¨ªa, espera el mismo punto de partida. "Hay un clima de pesimismo que puede afectar a la econom¨ªa. El papel presidencial se ha desdibujado y eso tiene efectos en cadena. Se aprecia una p¨¦rdida de confianza", se?ala Ra¨²l Feliz, profesor del Centro de Investigaci¨®n y Docencia Econ¨®micas (CIDE).
En este ambiente, de poco sirve que el FMI prevea que el pr¨®ximo a?o su PIB vaya a triplicar el crecimiento de 2013 o que EE UU, que absorbe el 80% de sus exportaciones, avance a toda m¨¢quina. Ni siquiera consuela que el cuadro macroecon¨®mico, incluida la inflaci¨®n, los tipos de cambio y las reservas, muestren una estabilidad a prueba de huracanes. "Nuestros resultados son excelentes este a?o, pero hac¨ªa mucho tiempo que no ve¨ªa un pesimismo as¨ª, es como haber escalado una monta?a y ver que a¨²n queda otra", se?ala un alto directivo bancario.
El efecto de este desencanto es imposible de calcular. Pero las alertas est¨¢n ah¨ª. Y la primera procede de la violencia. El gobernador del Banco de M¨¦xico, Agust¨ªn Carstens, poco dado a las alharacas, ha reconocido que la inseguridad se ha vuelto un factor de "desincentivaci¨®n" y su ¨²ltima encuesta revela que ya es percibida como el principal problema econ¨®mico entre los analistas. Algunos indicios, como la ca¨ªda del 60% del turismo en Acapulco (en el violento Estado de Guerrero), advierten de la magnitud que puede adquirir esta bola nieve.
El efecto de este desencanto es imposible de calcular. Pero la primera alerta procede de la violencia
En la g¨¦nesis del des¨¢nimo no solo figura la reaparici¨®n del espectro de la ultraviolencia. La econom¨ªa mexicana arrastra un largo historial de fatiga. Desde 1981 su crecimiento medio se ha limitado al 2,4% del PIB. En un pa¨ªs con 52 millones de pobres, el salario m¨ªnimo figura a la cola de la OCDE, el poder adquisitivo no ha dejado de caer en dos d¨¦cadas y la reforma fiscal, el primero de los grandes cambios estructurales, ha generado un profundo malestar en la clase media por la subida de impuestos.
Este cuadro lo ha completado el brusco desplome del precio del petr¨®leo, el principal sost¨¦n del Estado mexicano. El descenso ha coincidido adem¨¢s con la salida a escena de la reforma estrella: la hist¨®rica apertura del mercado del crudo al capital privado y extranjero. El golpe, cuyas consecuencias est¨¢n por medir, ha propiciado una tormenta perfecta.
"Como dice el refr¨¢n mexicano: 'Ni muy, muy, ni tan, tan'. De la nada no se pod¨ªa generar un crecimiento fulgurante, ni tampoco ahora una ola de pesimismo va a tumbar la econom¨ªa. Las reformas dar¨¢n un impulso adicional y permitir¨¢n situar las cifras del PIB en la parte superior del ciclo", se?ala Joost Draaisma, analista del Banco Mundial.
Para reactivar la econom¨ªa, el Gobierno ha puesto en marcha un gigantesco plan de gasto (590.000 millones de d¨®lares en cuatro a?os, unos 472.300 millones de euros) y se espera que la inversi¨®n extranjera entre a raudales en los pr¨®ximos a?os. Las agencias de calificaci¨®n de deuda conf¨ªan en que M¨¦xico aguantar¨¢ el tir¨®n. Quiz¨¢ lo haga. Pero a bordo falta alegr¨ªa. Y cualquier capit¨¢n sabe lo que significa.
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