La mutaci¨®n de la protesta en Hong Kong
La falta de di¨¢logo frustra a los manifestantes e impulsa su radicalizaci¨®n
Se sent¨ªan responsables legales de la deriva de las protestas y tem¨ªan que la polic¨ªa pudiera presentarse en sus casas a detenerlos. Los promotores originales de las protestas prodemocracia en Hong Kong, los profesores Benny Tai y Chan Kin-man, y el reverendo Chu Yiu-ming se entregaron el mi¨¦rcoles a la polic¨ªa tras pedir el martes el fin de las sentadas frente al Gobierno local. Consideran que el movimiento que crearon, Occupy Central Con Amor y Paz, se ha distanciado de su objetivo inicial (aumentar las libertades democr¨¢ticas) para convertirse en una impredecible bola de indignaci¨®n y malestar.
El llamamiento a levantar el campamento llega despu¨¦s de que el domingo manifestantes y polic¨ªas volvieran a enfrentarse, tras m¨¢s de 60 d¨ªas de ocupaci¨®n callejera, en una demostraci¨®n de cu¨¢nto ha cambiado el movimiento de los paraguas y c¨®mo se han endurecido las posturas de los manifestantes ante la falta de avances. Al mismo tiempo, la prolongada ocupaci¨®n de calles ha ido mermando el apoyo popular, en un retorno al conservadurismo y el pragmatismo intr¨ªnseco a la sociedad hongkonesa.
Los organizadores de las protestas prodemocracia perdieron su liderazgo casi desde el inicio, cuando las asociaciones estudiantiles se convirtieron en catalizadores del malestar. Los manifestantes se dividieron r¨¢pidamente en tres grupos, ubicado cada uno en un punto de la ciudad: unos en el complejo gubernamental en Admiralty, otros en el barrio comercial de Mongkok, y los de Causeway Bay.
Lo que en Admiralty se llam¨® movimiento del paraguas era una revoluci¨®n abierta en Mongkok, donde se concentraban los manifestantes m¨¢s duros. En esa acampada varios personajes marginales en la pol¨ªtica local, como el profesor Chin Wan (que aboga por un modelo de independencia para Hong Kong) y Wong Yeung Tat (de una rama radical escindida de los socialdem¨®cratas) acusaban a los organizadores originales de cobardes por no intensificar las protestas.
Por eso no sorprende que, tras varios episodios de hostigamiento a manos de matones supuestamente enviados por las autoridades, el Gobierno priorizara el desalojo de esa ¨¢rea de protesta a mediados de octubre, con resultados catastr¨®ficos: horas despu¨¦s de ¡°eliminar obst¨¢culos al tr¨¢fico¡± regresaron miles de manifestantes. Un segundo intento de desalojo, la semana pasada, gener¨® una nueva modalidad de protesta: miles de manifestantes a los que impidieron acampar decidieron ¡°ir de compras¡± en masa obstruyendo el tr¨¢fico.
El domingo, la Federaci¨®n de Estudiantes Universitarios -uno de los grupos que ha mantenido la presi¨®n en la calle- convoc¨® el cerco al complejo gubernamental de Admiralty. La iniciativa provoc¨® la confluencia de dos grandes grupos de manifestantes que se conoc¨ªan mal y manejan estrategias diferentes: los desalojados de Mongkok, y los de Admiralty. Los propios manifestantes se agredieron por sus diferencias. Lo que todos compart¨ªan, adem¨¢s de la demanda pol¨ªtica, era la indignaci¨®n ante la violencia policial y la falta de voluntad del Gobierno aut¨®nomo para resolver la par¨¢lisis pol¨ªtica.
La cada vez m¨¢s evidente escasa disciplina de los polic¨ªas se ha convertido en una fuente de tensi¨®n. Los agentes han sido acusados repetidas veces por abuso verbal y f¨ªsico. El arresto de dos periodistas acusados de atacar y arrebatar el arma de fuego a los agentes, incluso atrajo la condena de la Asociaci¨®n de Periodistas de Hong Kong.
Si a la falta de voluntad de di¨¢logo del Gobierno y a la creciente contundencia policial se le suma que los fundadores originales no s¨®lo se han distanciado sino que han pasado a llamar al fin de la ocupaci¨®n, la inc¨®gnita es hacia d¨®nde se dirigir¨¢ ahora la frustraci¨®n de los miles de manifestantes, subestimados desde el principio tanto por el Gobierno como por los propios organizadores del movimiento.
Enrocado en el otro extremo, el carism¨¢tico l¨ªder del movimiento estudiantil Scholarism, Joshua Wong, de 17 a?os, cumple desde el lunes una estricta huelga de hambre para exigir una nueva ronda de di¨¢logo con el Gobierno local. ¡°Nuestra humilde demanda es un di¨¢logo para debatir la retirada de la propuesta actual¡±, ha explicado sobre el plan de Pek¨ªn que estipula que, para las elecciones de 2017, un comit¨¦ de notables nombre dos o tres candidatos a dirigir Hong Kong.
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