_
_
_
_
Columna
Art¨ªculos estrictamente de opini¨®n que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opini¨®n han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opini¨®n de personas ajenas a la Redacci¨®n de EL PA?S llevar¨¢n, tras la ¨²ltima l¨ªnea, un pie de autor ¡ªpor conocido que ¨¦ste sea¡ª donde se indique el cargo, t¨ªtulo, militancia pol¨ªtica (en su caso) u ocupaci¨®n principal, o la que est¨¦ o estuvo relacionada con el tema abordado

Belo Monte: la anatom¨ªa de un etnocidio

La fiscal de la Rep¨²blica cuenta c¨®mo la tercera hidroel¨¦ctrica del mundo se construye en r¨¦gimen de suspensi¨®n de la ley

Eliane Brum

Cuando alguien aprueba un concurso del Ministerio P¨²blico Federal (Ministerio Fiscal), suele estrenarse en los considerados peores destinos, aquellos adonde los fiscales en general no llevan a la familia y de donde se marchan a la primera oportunidad. Uno de esos que son descritos como ¡°un infierno en la Tierra¡± en los pasillos de la instituci¨®n es Altamira, en el Estado de Par¨¢, una colecci¨®n de conflictos amaz¨®nicos a la orilla del monumental R¨ªo Xingu. En 2012, Thais Santi ¡ªnacida en S?o Bernardo do Campo y criada en Curitiba, con un breve paso por Brasilia en sus primeros a?os de vida¡ª fue facturada para Altamira. Al ver el nombre de la ciudad, sonri¨®. Estaba tan encantada con la posibilidad de actuar en la regi¨®n que, en medio del curso de formaci¨®n, tom¨® un avi¨®n y fue a asegurarse apartamento, ya que las obras de la hidroel¨¦ctrica de Belo Monte hab¨ªan encarecido el mercado y hecho desaparecer las pocas opciones existentes. Thais iniciaba all¨ª su leyenda en la tradici¨®n de los grandes fiscales de la Rep¨²blica que actuaron en la Amazonia e hicieron historia.

El Gobierno no puede despreciar la ley en el proceso de instalaci¨®n de la hidroel¨¦ctrica

Ya ha tenido la oportunidad de dejar Altamira tres veces, la primera antes incluso de llegar. Rechaz¨® todas. Junto a otros fiscales del Ministerio P¨²blico Federal, Thais Santi est¨¢ escribiendo la narrativa de Belo Monte. O mejor: la narrativa de c¨®mo la m¨¢s controvertida obra del PAC, o Programa de Aceleraci¨®n del Crecimiento de los gobiernos Lula-Dilma, un proyecto con coste en torno a los 30 mil millones de reales, podr¨¢ ser juzgada por la Historia como una operaci¨®n en que la ley fue suspendida. Y tambi¨¦n como el s¨ªmbolo de la mezcla explosiva entre lo p¨²blico y lo privado, dada por la confusi¨®n sobre lo que es el Estado y lo que es Norte Energia S.A., la empresa que gan¨® la pol¨¦mica subasta de la hidroel¨¦ctrica. Fascinante desde el punto de vista te¨®rico, una cat¨¢strofe en relaci¨®n a la vida humana y a uno de los patrimonios estrat¨¦gicos para el futuro del planeta, la selva amaz¨®nica.

La joven fiscal, hoy con 36 a?os, cuenta que le llev¨® casi un a?o ver y comprender lo que vio, y otro a?o m¨¢s saber qu¨¦ hacer ante la enormidad de lo que vio y comprendi¨®. Se prepara ahora para iniciar una acci¨®n penal denunciando que Belo Monte, antes incluso de su conclusi¨®n, ya ha causado lo peor: un etnocidio ind¨ªgena.

En esta entrevista, Thais Santi revela la anatom¨ªa de Belo Monte. Desvelamos el huevo de la serpiente junto a ella. Al observar su mirada y sus descubrimientos, rozamos los flecos de una obra que a¨²n precisa ser desnudada en todo su significado, una operaci¨®n que tal vez sea el s¨ªmbolo del momento hist¨®rico vivido por Brasil. Comprendemos tambi¨¦n por qu¨¦ la mayor¨ªa de los brasile?os prefiere abstenerse en el debate sobre la intervenci¨®n en los r¨ªos de la Amazonia, asumiendo como natural la destrucci¨®n de la selva y la muerte cultural de pueblos enteros, solo porque son diferentes. El testimonio de la fiscal adquiere todav¨ªa otra dimensi¨®n en el momento en el que el actual gobierno, reelegido para un mandato m¨¢s, viola los derechos ind¨ªgenas previstos en la Constituci¨®n para implantar centrales en una cuenca hidrogr¨¢fica m¨¢s de la Amazonia, esta vez en la del Tapaj¨®s.

Thais Santi, que antes de convertirse en fiscal de la Rep¨²blica era profesora universitaria de Filosof¨ªa del Derecho, descubri¨® en Belo Monte la expresi¨®n concreta, pr¨¢ctica, de lo que estudi¨® en la obra de la fil¨®sofa alemana Hannah Arendt sobre los totalitarismos. Lo que ella llama ¡°un mundo en el que todo es posible¡±. Un mundo aterrador en el que, al margen de la legalidad, Belo Monte se va convirtiendo en un hecho consumado. Y la muerte cultural de los ind¨ªgenas se toma como natural por parte de los brasile?os como lo fue el genocidio jud¨ªo por parte de la sociedad alemana.

La entrevista a continuaci¨®n se hizo en dos etapas. Las primeras tres horas en el despacho de la fiscal en el edificio del Ministerio P¨²blico Federal de Altamira. Su sala est¨¢ decorada con piezas de artesan¨ªa tra¨ªdas de sus andanzas por las aldeas ind¨ªgenas y las reservas extractivistas, como se denominan los poblados que viven de la extracci¨®n de recursos en la ribera de los r¨ªos, en particular de los amaz¨®nicos. En la mesa, varios libros sobre la tem¨¢tica de su actuaci¨®n: indios y poblaciones tradicionales. Entre ellos, autores como los antrop¨®logos Eduardo Viveiros de Castro y Manuela Carneiro da Cunha. La sala est¨¢ perfumada, porque las funcionarias del Ministerio P¨²blico Federal acostumbran a tratar a Thais con mimo. Carism¨¢tica, suele producir ese efecto en las personas de su entorno. D¨ªas antes de la entrevista, particip¨® en la conmemoraci¨®n de los 10 a?os de la Reserva Extractivista Riozinho do Anfr¨ªsio, en Terra do Meio. Thais durmi¨® en una hamaca en la puerta del centro de salud, que su intervenci¨®n ayud¨® a instalar,a algunos metros de donde ten¨ªa lugar un baile popular que dur¨® toda la noche. El sue?o era interrumpido ora por parejas m¨¢s animadas en su ¨¦nfasis amoroso, ora por una atenci¨®n de urgencia en el centro de salud. Impasible, Thais se despert¨® al d¨ªa siguiente pareciendo tan encantada con todos, como todos con ella. ¡°Noche interesante¡±, se limit¨® a comentar.

La fiscal Thais Santi.
La fiscal Thais Santi.LILO CLARETO (DIVULGA??O)

La entrevista fue interrumpida por la llegada afectuosa de una funcionaria trayendo primero caf¨¦ y agua, despu¨¦s peras. Es bastante notable, en las respuestas de Thais, el conocimiento te¨®rico y la consistencia de sus argumentos jur¨ªdicos. Aunque visiblemente apasionada por lo que hace, en su actuaci¨®n destaca por ser conceptualmente rigurosa y cerebral. Pero, a medida que Thais va explicando Belo Monte, su voz va adquiriendo un tono indignado. ¡°?C¨®mo se atreven¡±?, insin¨²a a veces, refiri¨¦ndose a Norte Energia o al Gobierno. Como al contar que, al votar en las ¨²ltimas elecciones, se encontr¨® con una escuela con paredes de contenedor, suelo de tierra batida, las ventanas de hierro oxidado, con las puntas para fuera, la puerta sin pintura, ning¨²n espacio de recreo y ni siquiera un ¨¢rbol en plena Amazonia. Una escuela construida para no durar, cuando lo que deber¨ªa haberse hecho era ampliar el acceso a la educaci¨®n en la regi¨®n de impacto de la hidroel¨¦ctrica.

La segunda parte de la entrevista, otras tres horas, se hizo a trav¨¦s de Skype. Reservada en su vida personal, cuando Thais deja escapar alguna informaci¨®n sobre su d¨ªa a d¨ªa, sus relaciones y sus gustos, de inmediato pide que sea off the record. ¡°No tengo ni Facebook¡±, se justifica. De ella me limito a decir que se despierta alrededor de las 5 y media de la ma?ana, que hace yoga y que todos los d¨ªas se va a admirar el Xingu. En su celular hay una secuencia de fotos del r¨ªo. Una de cada d¨ªa.

Pregunta. Usted lleg¨® a Altamira durante el proceso de implantaci¨®n de Belo Monte. ?Qu¨¦ encontr¨®?

Respuesta.?Encontr¨¦ aqu¨ª la continuaci¨®n de lo que estudi¨¦ en mi posgrado a partir de (la fil¨®sofa alemana) Hannah Arendt. Belo Monte es el caso perfecto para estudiarse el mundo en el que todo es posible. Hannah Arendt le¨ªa los estados totalitarios. Ella le¨ªa el mundo del genocidio jud¨ªo. Y creo que es posible leer Belo Monte de la misma manera.

P. ?Qu¨¦ significa un mundo en el que todo es posible?

R. Hay dos comprensiones de Belo Monte. Por un lado tienes una opci¨®n gubernamental, una opci¨®n pol¨ªtica del Gobierno para construir grandes proyectos, enormes, brutales, en la Amazonia. Una opci¨®n del Gobierno para usar los r¨ªos amaz¨®nicos , el recurso m¨¢s precioso, ese que ser¨¢ escaso en el futuro, para producir energ¨ªa. Esa opci¨®n puede ser cuestionada por la academia, por la poblaci¨®n, por los movimientos sociales. Pero es una opci¨®n que se sustenta en la legitimidad del Gobierno. Podemos discutir largamente sobre si esa legitimidad se construye a partir del miedo, a partir de un falso debate. Sobre esa elecci¨®n hay un espacio pol¨ªtico de discusi¨®n. Pero, de cualquier manera, se sustenta en la legitimidad. Por el apoyo popular, por el supuesto apoyo democr¨¢tico que tiene ese Gobierno, aunque haya sido reelegido con una diferencia muy peque?a de votos. Ahora, una vez adoptada esa pol¨ªtica, hecha esa elecci¨®n gubernamental, el respeto a la ley no es una opci¨®n m¨¢s del Gobierno. Lo que sucedi¨® y sigue sucediendo en Belo Monte es que, hecha la elecci¨®n gubernamental, que ya es cuestionable, el camino para aplicar esa opci¨®n lo sigue el Gobierno como si tambi¨¦n fuese una elecci¨®n, como si el Gobierno pudiese optar entre respetar o no las reglas de licencia. Eso es brutal.

P. El Ministerio P¨²blico Federal ya present¨® 22 acciones en ese sentido. ?Por qu¨¦ la Justicia Federal no impide esa sucesi¨®n de ilegalidades?

R. Recuerdo que cuando trabajaba con mis alumnos, discut¨ªamos sobre que hay un conflicto entre dos discursos. Por un lado, hay un discurso fundado en la ley, prendido a la ley, y por otro, el discurso de un Derecho m¨¢s flexible, m¨¢s vol¨¢til, en el que el operador tiene la posibilidad de a veces no aplicar la ley. Yo les dec¨ªa que esos discursos tienen que ser equilibrados: ni hacia el extremo de un legalismo completo, ni hacia el otro, al punto en el que el Derecho pierde su funci¨®n, la ley pierde su funci¨®n. Hoy, si yo diese clase, Belo Monte ser¨ªa el ejemplo perfecto. Perfecto. Nunca imagin¨¦ que vendr¨ªa a Par¨¢, a Altamira, y encontrar¨ªa aqu¨ª el ejemplo perfecto. ?Por qu¨¦? Cuando pido a un juez aplicar la regla, le digo que esa regla sustenta el consentimiento y la autorizaci¨®n para la obra y que, si la regla no se cumpli¨® el proyecto no tiene sustentaci¨®n jur¨ªdica. Y el juez me dice: ¡°Yo no puedo interferir en las opciones gubernamentales¡± o ¡°yo no puedo interferir en las alternativas pol¨ªticas¡±. Es lo que los jueces han dicho. Por lo tanto, se est¨¢ hablando del Belo Monte de la legitimidad y no del Belo Monte que se sostiene en la legalidad. As¨ª, Belo Monte es el extremo de un Derecho flexible. Es el mundo en el que la obra se sustenta en ella misma. Porque la defensa del empresario es: el cuanto ya fue gastado, el tanto de trabajadores que no pueden perder el empleo. Pero todo eso no es Derecho, todo eso es Hecho. Nos encontramos con la realidad de una obra que camina, cada d¨ªa con m¨¢s fuerza, autoaliment¨¢ndose. La sustentaci¨®n de Belo Monte no es jur¨ªdica. Es en el Hecho, que cada d¨ªa se consuma m¨¢s. El mundo del todo es posible es un mundo aterrador en el que el Derecho no pone l¨ªmites . El mundo del todo es posible es Belo Monte.

P. ?Y c¨®mo lleg¨® usted a esa conclusi¨®n?

La escena en la aldea de los Arara de Cachoeira Seca era de posguerra

R.?Me llev¨® casi un a?o entender lo que estaba sucediendo los con ind¨ªgenas en el proceso de Belo Monte. Solo lo entend¨ª cuando comprend¨ª lo que era el Plan de Emergencia de Belo Monte. Llegu¨¦ a Altamira en julio de 2012 y fui a una aldea de los Arara en marzo, casi abril, de 2013. Sab¨ªa que l¨ªderes ind¨ªgenas cog¨ªan la gasolina que obten¨ªan aqu¨ª y la vend¨ªan all¨ª, la cambiaban por bebida, eso ya lo sab¨ªa. Pero solo sent¨ª el impacto de Belo Monte en una aldea que se encuentra a casi 300 kil¨®metros de aqu¨ª. Brutal. Solo comprend¨ª cuando fui hasta las aldeas, porque eso no se comprende recibiendo a los l¨ªderes ind¨ªgenas en el despacho. Yo vi.

P. ?Y qu¨¦ fue lo que vio?

R.?El Plan de Emergencia ten¨ªa por objeto crear programas espec¨ªficos para cada etnia, para que los ind¨ªgenas se viesen fortalecidos en relaci¨®n con Belo Monte. La idea era que los indios se potenciasen, para no quedar vulnerables ante el proyecto. Y puedo decir con toda tranquilidad que hubo una desviaci¨®n de recursos en ese Plan de Emergencia. Vi a los indios haciendo cola en un mostrador de Norte Energia, un mostrador imaginario, cuando en el plan se dec¨ªa que deber¨ªan permanecer en las aldeas. Comenc¨¦ a percibir lo que estaba sucediendo cuando hice esa visita a la tierra ind¨ªgena de Cachoeira Seca y conoc¨ª a los Arara, un grupo de reciente contacto. Y fue un choque. Vi la cantidad de basura que hab¨ªa en aquella aldea, vi las casas destruidas, con los tejados agujereados, lloviendo dentro. Y dorm¨ªan all¨ª. Las indias, en la orilla del r¨ªo, los ni?os, las ni?as totalmente vulnerables delante del pescador que pasaba. Cuando Belo Monte comenz¨®, ese pueblo de reciente contacto estaba sin jefe de puesto. Entonces, los indios no solo se encontraron con Belo Monte, sino que estaban sin oficina de la Funai (la Fundaci¨®n Nacional del Indio) dentro de la aldea. De un d¨ªa para otro se quedaron solos. Los Arara se hab¨ªan sublevado porque hab¨ªan pedido 60 balones de f¨²tbol y solo hab¨ªan recibido uno. Hab¨ªan pedido colchonetas para colocar en aquellas casas que ten¨ªan el tejado agujereado y no las consiguieron. Ese grupo de reciente contacto estaba comiendo galletas y bebiendo refrescos, ten¨ªa problemas de diabetes e hipertensi¨®n. Pero mi impacto m¨¢s brutal fue cuando estaba intentando hacer una reuni¨®n con los Arara, y una se?ora, tal vez de las m¨¢s viejas, me trajo una patata dulce para comer . En realidad era una mini patata dulce. Parec¨ªa una jud¨ªa. La tom¨¦, mir¨¦ a la chica de la Funai y me dijo: ¡°Eso es todo lo que tienen plantado. No tienen nada aparte de eso¡±. Ese era el grado de atropello y desestructuraci¨®n que aquel plan hab¨ªa generado. Era aterrador.

P. ?Cu¨¢l era la escena?

R.?Era como si fuese posguerra, un holocausto. Los indios no se mov¨ªan. Permanec¨ªan quietos, esperando, queriendo galletas, pidiendo comida, pidiendo para construir las casas. No exist¨ªa m¨¢s medicina tradicional. Estaban pidiendo. Y no conversaban m¨¢s entre s¨ª, no se reun¨ªan. El ¨²nico momento en el que se reun¨ªan era por la noche para ver la novela en una televisi¨®n de plasma. Entonces fue brutal. Y la basura en la aldea, la cantidad de basura era impresionante. Hab¨ªa cabezas de mu?ecas, carritos de juguete tirados, paquetes de galletas, botellas de refresco.

P. ?Fue eso lo que obtuvieron de Norte Energia?

R. Todo lo que hab¨ªan recibido del Plan de Emergencia.

P. ?Era ese el Plan de Emergencia, lo que deber¨ªa fortalecer a los ind¨ªgenas para que pudiesen resistir el impacto de Belo Monte?

R. Todo lo que hab¨ªan recibido del Plan de Emergencia. El Plan de Emergencia gener¨® una dependencia absoluta del empresario. Absoluta. Y el empresario se posicion¨® en ese proceso como proveedor universal de bienes infinitos, lo que solo se habr¨ªa contenido si la Funai hubiese dicho no. Norte Energia cre¨® esa dependencia y lo hizo deliberadamente. Y se sum¨® a la incapacidad de la Funai de estar presente, porque la fundaci¨®n deber¨ªa haber sido fortalecida en ese proceso y, en lugar de eso, se debilit¨® cada vez m¨¢s. Los indios desconfiaban de la Funai mientras establec¨ªan una dependencia del empresario. Se transform¨® en asistencialismo.

P. ?C¨®mo regres¨® usted de esa experiencia?

R. Yo dec¨ªa: ¡°Oiga, ?qu¨¦ es eso? Y ?qu¨¦ hacer?¡±. Estaba con la idea de irme lejos de Altamira, pero me di cuenta de que, si me fuese, el siguiente fiscal iba a demorar un a?o m¨¢s para entender lo que pasaba. Entonces me qued¨¦.

P. ?Y qu¨¦ hizo usted?

El mundo del todo es posible es un mundo aterrador donde el Derecho no pone l¨ªmites

R. Yo no sab¨ªa entender lo que estaba ocurriendo. Ped¨ª ayuda en la 6? C¨¢mara (del Ministerio P¨²blico Federal que act¨²a con pueblos ind¨ªgenas y poblaciones tradicionales), y mantuvimos una reuni¨®n en Brasilia. Llamamos a los antrop¨®logos que hab¨ªan participado en el proceso de Belo Monte en la ¨¦poca de elaboraci¨®n del EIA (Estudio de Impacto Ambiental), para que pudiesen contar c¨®mo viv¨ªan antes esos indios, porque yo solo s¨¦ c¨®mo viven hoy. Un antrop¨®logo que trabaja con los Arawet¨¦ cont¨® c¨®mo ese grupo ve¨ªa Belo Monte y no qued¨® nadie sin un nudo en la garganta. Los Arawet¨¦ recibieron muchos barcos, pero muchos. El Plan de Emergencia fue eso. Obtuvieron un monte de voadeiras (el barco con motor m¨¢s r¨¢pido de la Amazonia) y ellos continuaban haciendo canoas. Para los Arawet¨¦ ellos tendr¨ªan que sobrevivir en esos barcos: esta era su visi¨®n del fin del mundo. Y hasta ahora no saben qu¨¦ es Belo Monte, aunque creen que va a inundar sus aldeas. Norte Energia es un proveedor de bienes que no saben para qu¨¦ sirven. Otra antrop¨®loga contaba que estaba con los Arawet¨¦ cuando lleg¨® el Plan de Emergencia. Todas las aldeas mandaban sus listas, pidiendo lo que quer¨ªan, y los Arawet¨¦ no lo hab¨ªan hecho porque no hab¨ªa cosas que quisieran. Se encontraban confusos, porque pod¨ªan querer todo pero no sab¨ªan qu¨¦ querer. Y entonces las cosas comenzaron a llegar. Hubo hasta un cacique Xikrin que me cont¨® c¨®mo fue. Le llamaron de Altamira diciendo: ¡°Puede pedir todo lo que quiera¡±. ?l respondi¨®: ¡°?C¨®mo es eso?, ?todo lo que se me pase por la cabeza?". Y la respuesta fue: ¡°Todo¡±. El cacique cont¨® que pidieron todo, pero no cre¨ªan que lo fueran a recibir. De repente, lleg¨®. Hac¨ªa grandes gestos al contar: ¡°Lleg¨® aquel ¡®mooonte¡¯ de quincalla¡±. Toneles de refrescos, az¨²car en cantidad. As¨ª fue lo que sucedi¨®. Este era el plan de emergencia.

P. ?Y qu¨¦ pas¨® con los indios despu¨¦s de esa intervenci¨®n?

R. Las aldeas se fragmentaron. Primero, colocas en la mano de un l¨ªder, que no fue preparado para eso, el poder de repartir recursos con la comunidad. La casa del cacique con una televisi¨®n de plasma, los l¨ªderes deslegitim¨¢ndose ante la comunidad. Obten¨ªa una voadeira que val¨ªa 30, la vend¨ªa por ocho. Aparte del mercado negro que se cre¨® en Altamira con las propias empresas. El indio se encontr¨® con dinero en la mano y lo cambi¨® por bebida. El alcoholismo, que ya era un problema en muchas aldeas, que era algo de lo que precaverse, aument¨® mucho. Acab¨® iniciando un conflicto de indios con indios y aumentando el prejuicio en la ciudad entre los no indios. El pescador, para conseguir unavoadeira, necesita trabajar mucho. Y la comunidad pas¨® de ver al indio con coche nuevo, con todoterrenos car¨ªsimos, bebiendo, hubo casos de accidentes de trafico y atropellos. Entonces ?c¨®mo es posible? Creo que ni si nos sent¨¢semos para hacer exactamente eso se conseguir¨ªa obtener un efecto m¨¢s contrario. Los indios se debilitaron, se fragmentaron socialmente, su capacidad productiva lleg¨® a cero, los conflictos y prejuicios aumentaron.

P. ?Cree usted que esa administraci¨®n del proceso, por parte de Norte Energia con omisi¨®n del Gobierno, fue deliberada?

R. Uno de los antrop¨®logos de la 6? C¨¢mara tiene una conclusi¨®n muy interesante. En el contexto de Belo Monte, el Plan de Emergencia fue estrat¨¦gico para silenciar a los ¨²nicos que ten¨ªan voz y visibilidad: los ind¨ªgenas. Porque hubo un proceso de silenciamiento de la sociedad civil. Tengo mucho respeto por los movimientos sociales de Altamira. Ellos son una marca que hace a Altamira ¨²nica y Belo Monte un caso paradigm¨¢tico. Pero hoy los movimientos sociales no pueden ni aproximarse a las instalaciones de Belo Monte. Existe una orden judicial para no llegar cerca. En aquel momento, los ind¨ªgenas surgieron como quiz¨¢ la ¨²nica voz que a¨²n estaba en condiciones de ser o¨ªda y que ten¨ªa alguna posibilidad de interferencia, ya que cualquier no indio recibir¨ªa una orden de prisi¨®n. Y el Plan de Emergencia fue una manera de silenciar esa voz. Cada vez que los ind¨ªgenas ven¨ªan a manifestarse contra Belo Monte, con ocupaci¨®n de instalaciones, esa organizaci¨®n era, de forma muy r¨¢pida, disuelta por la pr¨¢ctica de ofrecer a los l¨ªderes una serie de beneficios y de bienes de consumo. Porque los ind¨ªgenas tienen una visibilidad que la sociedad civil no consigue tener. Voy a dar un ejemplo. Hubo una ocupaci¨®n en la que los pescadores estuvieron 40 d¨ªas en el r¨ªo, frente a las instalaciones, bajo la lluvia, y no obtuvieron una respuesta. Aquel sufrimiento pasaba inadvertido. Y de repente los ind¨ªgenas resuelven apoyar la reivindicaci¨®n de los pescadores incorporando sus propias demandas adem¨¢s. Y, de un d¨ªa para otro, la prensa apareci¨®. Los ind¨ªgenas eran la voz que todav¨ªa podr¨ªa ser o¨ªda y fueron silenciados.

P. ?Con las listas de voadeiras, TV de plasma, galletas, Coca-Cola?

R. En el caso de las ocupaciones de instalaciones no fueron ni las listas. En el caso de la ocupaci¨®n que tuvo lugar en 2012, hasta hoy no entiendo cu¨¢l fue la base legal que justific¨® el acuerdo alcanzado. Los l¨ªderes abandonaron la ocupaci¨®n y vinieron a Altamira, donde negociaron a puerta cerrada con Norte Energia. Cada uno regres¨® con un coche, con un todoterreno. Lo mismo tambi¨¦n para aldeas que ni siquiera tienen acceso por v¨ªa terrestre. Por lo tanto creo que no se puede entender el Plan de Emergencia sin decir que fue un proyecto estrat¨¦gico en el sentido de alejar el agente que ten¨ªa capacidad de organizaci¨®n y condiciones de ser o¨ªdo. Es preciso dejar clara esa marca del Plan de Emergencia de silenciar a los ind¨ªgenas.

P. ?Qu¨¦ es Belo Monte para los pueblos ind¨ªgenas del R¨ªo Xingu?

Belo Monte es un etnocidio ind¨ªgena

R. Un etnocidio. Esa es la conclusi¨®n a la que llegu¨¦ con el Contencioso Civil que investig¨® el Plan de Emergencia. Belo Monte es un etnocidio en un mundo en el que todo es posible.

P. ?Y el Ministerio P¨²blico Federal va a llevar a la Justicia el etnocidio ind¨ªgena perpetrado por Belo Monte?

R. Ciertamente. Es necesario volver a evaluar la viabilidad de la central en el contexto generado por el Plan de Emergencia y por los condicionantes no cumplidos.

P. La dictadura militar masacr¨® varios pueblos ind¨ªgenas, en la d¨¦cada de los 70 del siglo XX, para quitarlos de en medio de las obras megal¨®manas, como la carretera Transamaz¨®nica. Aquello que la Historia llama ¡°los elefantes blancos de la dictadura¡±. Ahora ?c¨®mo es posible que suceda un etnocidio en pleno siglo XXI y en democracia? ?Por qu¨¦ no se consigue hacer que la ley se aplique en Belo Monte?

R.?Me convert¨ª en una lectora de los Estudios de Impacto Ambiental (EIA). Y los estudios mostraron una regi¨®n hist¨®ricamente descuidada por el Estado, con pueblos ind¨ªgenas extremadamente vulnerables por la apertura de carreteras y poblaciones. Por lo tanto, Belo Monte no ir¨ªa a instalarse en un mundo perfecto, sino en un mundo de conflictos agrarios, en la regi¨®n en la que fue asesinada la hermana Dorothy Stang, con pueblos ind¨ªgenas violentados por la pol¨ªtica estatal y con diagn¨®stico de vulnerabilidad creciente. Eso es lo que los estudios dicen. El diagn¨®stico, entonces, muestra que Belo Monte ser¨ªa un acelerador; Belo Monte acelerar¨ªa ese proceso a un ritmo insoportable y los ind¨ªgenas no podr¨ªan adaptarse m¨¢s. O sea, Belo Monte fue diagnosticado para los ind¨ªgenas como una obra de alt¨ªsimo riesgo. Eso en el IEA. No de alto impacto, sino de alt¨ªsimo riesgo para su supervivencia ¨¦tnica. Con base en ese diagn¨®stico, los estudios indican una serie de paliativas indispensables para la viabilidad de Belo Monte. La Funai, valor¨® esos estudios, dio su opini¨®n y dijo lo mismo: Belo Monte es viable siempre que esas condiciones sean llevadas a cabo.

P. ?Y qu¨¦ sucedi¨®?

R.?Para explicarlo, necesitar¨ªamos hablar de aquella que tal vez sea la cuesti¨®n mas grave de Belo Monte. Para que Belo Monte se instalase en una regi¨®n de esas, el Estado tuvo que asumir un compromiso. T¨² no puedes transferir a un empresario toda la responsabilidad de un proyecto que va a instalarse en una regi¨®n en la que se ha constatado la ausencia hist¨®rica del Estado. Hay una opini¨®n del Tribunal de Cuentas que dice que la obra solo ser¨ªa viable si, como m¨ªnimo, la Fundaci¨®n Nacional del Indio (Funai), los ¨®rganos de control ambiental, el Estado, se hiciesen presentes en la regi¨®n. Belo Monte es una obra prioritaria del gobierno federal. Si el Ministerio P¨²blico Federal abre diligencias para reclamar la aplicaci¨®n de alg¨²n condicionante o para cuestionar el proceso, incluso que sea contra Norte Energia, la Uni¨®n participa del lado del empresario. La Abogac¨ªa General de la Uni¨®n defiende Belo Monte como una obra gubernamental. Solo que Belo Monte se present¨® como una empresa con constituci¨®n de S.A., como empresa privada. ?Y a la hora de reclamar la aplicaci¨®n de pol¨ªticas p¨²blicas que surgen como condicionantes de la licencia? ?De qui¨¦n es la responsabilidad? Entonces, a la hora de expropiar, Norte Energia se presenta como una empresa concesionaria, que tiene esa autorizaci¨®n, y pleitea en la Justicia Federal. A la hora de tener que aplicar un condicionante se presenta como una empresa privada y transfiere la responsabilidad al Estado. Esa mezcla entre el empresario y el Estado es uno de los signos m¨¢s interesantes de Belo Monte. Y no solo eso. Est¨¢n las instancias de decisi¨®n. El Ministerio de Medio Ambiente decide la presidencia del Ibama (Instituto Brasile?o de Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables). La Presidencia de la Rep¨²blica decide el Ministerio de Medio Ambiente. De la Funai, lo mismo. Por lo tanto es muy dif¨ªcil entender Belo Monte, porque tenemos un proyecto que es prioritario y al mismo tiempo la empresa es privada. Ser privada significa contratar el Consorcio Constructor Belo Monte (Andrade Gutierrez, Odebrecht, Camargo Corr¨ºa, Queiroz Galv?o, OAS y otras constructoras con participaci¨®n menor) sin licitar. Dice que no lo va a hacer, que no le corresponde hacerlo. Y nadie lo manda hacer. Por lo tanto, tenemos una situaci¨®n en la que el empresario se coloca como soberano, reescribiendo su obligaci¨®n. Por ejemplo: entre las condicionantes, estaba la compra de tierra, por Norte Energ¨ªa, para la ampliaci¨®n del ¨¢rea de los nativos Juruna del kil¨®metro 17 , porque quedar¨ªan muy expuestos con la obra. Norte Energ¨ªa eligi¨® el ¨¢rea. Pero cuando la Funai dijo a Norte Energ¨ªa que la comprase, la empresa respondi¨®: ¡°No, ya cumpl¨ª el condicionante. Ya hice la selecci¨®n del ¨¢rea, es responsabilidad del Gobierno comprarla¡±. Y la Funai se call¨®. Y el Ibama, ni siquiera tuvo conocimiento. Hubo una reuni¨®n, y yo pregunt¨¦ a la Funai: ¡°?No reclamaron a Norte Energ¨ªa que cumpliese el condicionante? Qui¨¦n tiene que decir lo que est¨¢ escrito es la Funai, no Norte Energ¨ªa¡±. Y si Norte Energ¨ªa dice ¡°no¡±, la Funai tiene que decir ¡°haga¡±, porque hay reglas. Conseguimos que Norte Energ¨ªa comprase el ¨¢rea por la acci¨®n judicial. Pero este es un ejemplo del proceso de Belo Monte, marcado por una inversi¨®n de papeles. Norte Energ¨ªa reescribe las obligaciones eximi¨¦ndose de lo que est¨¢ previsto en la licencia. ?Qui¨¦n impone las reglas en Belo Monte? ?El empresario tiene poder para decir ¡°no lo hago¡±? Mira, hasta lo tiene. Todo el mundo puede negarse a cumplir una obligaci¨®n, mientras use los mecanismos legales para hacerlo. Si no quieres pagar el alquiler, porque lo consideras indebido, y yo quiero que me pagues, ?qu¨¦ haces? Vas a juicio, recurres la decisi¨®n. Pero aqu¨ª no. Aqu¨ª, Norte Energ¨ªa dice: ¡°No lo hago¡±.

P. ?Y por qu¨¦ el Gobierno se excluye?

R. No me corresponde a m¨ª decirlo. Hay en Belo Monte cuestiones dif¨ªciles de entender. ?Qu¨¦ justifica una prioridad tan grande del Gobierno para una obra de impacto gigantesco y con un potencial de generar energ¨ªa nada extraordinario, ya que el r¨ªo no tiene caudal durante una parte del a?o? ?Qu¨¦ es lo que justifica Belo Monte? Es innegable que hay una zona nebulosa. Vea el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de Belo Monte, vea qui¨¦n firma. (Apunta los nombres de las empresas: Andrade Gutierrez, Camargo Corr¨ºa, Odebrecht¡­) Y, a la hora de la subasta, no participan en ella. Surge una empresa creada con prisas para disputar la subasta. Esa empresa, Norte Energ¨ªa, constituida como S.A., por lo tanto una empresa privada, es la que gana la subasta, la que obtiene la concesi¨®n. ?Y las empresas contratistas que participaron de los estudios de viabilidad? Formaron el Consorcio Constructor Belo Monte (CCBM), que es un contratado de Norte Energ¨ªa. Y Norte Energ¨ªa, a su vez, cambi¨® totalmente la composici¨®n que ten¨ªa en la ¨¦poca de la subasta. Hoy, con mucha m¨¢s aportaci¨®n de capital p¨²blico. Por lo tanto, las contratistas que hicieron los estudios de viabilidad y de impacto ambiental hoy son meras contratadas, sin ninguna responsabilidad socio ambiental en la licencia. Los oficios que enviamos al CCBM nunca son para exigir nada, porque no hay ning¨²n condicionante para esas empresas, ninguna responsabilidad socio ambiental. Con esa estructura, los recursos de Belo Monte no pasan por licitaci¨®n. ?Qu¨¦ es Belo Monte? Realmente, no lo s¨¦. No es sencillo entender Belo Monte. Es la Historia la que nos lo mostrar¨¢. Y, qui¨¦n sabe, las operaciones ya en curso (la de ¡°Lava Jato¡± por la Polic¨ªa Federal, que investiga la actuaci¨®n de las contratistas en el esc¨¢ndalo de corrupci¨®n de Petrobras) traigan algo para esclarecer esa nebulosidad.

P. En el caso de los ind¨ªgenas, estaba previsto el fortalecimiento de la Funai, para que el ¨®rgano pudiese observar el proceso. En vez de eso, la Funai pas¨® por un proceso de debilitamiento, articulado tambi¨¦n en el Congreso, por los esca?os ruralistas, que contin¨²a hasta hoy¡­

La mezcla entre el empresario y el Estado es una de las marcas de Belo Monte

R. Visit¨¦ la aldea Parakan?, en la tierra ind¨ªgena Apyterewa. Cuando llegu¨¦ all¨ª no me pod¨ªa creer las casas que se estaban construyendo. Tejado de media agua de ¡°Brasilit¡±. Una al lado de la otra, con aquel calor. Le pregunt¨¦ al funcionario de la Funai c¨®mo lo permitieron, porque los Parakan? tambi¨¦n son indios de contacto reciente. Y no se encontraban en las casas, se encontraban en una esquina de la aldea. De ah¨ª fuimos a los Arawet¨¦, tambi¨¦n construyendo. La aldea estaba llena de trabajadores. Aquellas ni?as andando desnudas. Los obreros escuchando m¨²sica en aquellas peque?as radios del celular. Pregunt¨¦ a la Funai: ¡°?C¨®mo lo permiten?¡±. La Funai no estaba revisando las obras, no sab¨ªa qui¨¦n estaba en la aldea ni de d¨®nde hab¨ªa salido aquel proyecto de casa. La Funai ten¨ªa que revisar los programas y no est¨¢ revisando. Estaba previsto el fortalecimiento de la Funai y ocurri¨® lo contrario. En el Plan de Protecci¨®n Territorial estaba prevista una especie de orquesta para proteger las tierras ind¨ªgenas. Habr¨ªa 32 bases, si no me enga?o, en lugares estrat¨¦gicos, ya que proteger el territorio es imprescindible para proteger a los ind¨ªgenas. Ese plan es uno de los condicionantes m¨¢s importantes de Belo Monte. En verdad, Belo Monte ser¨ªa impensable sin la protecci¨®n de los territorios ind¨ªgenas. Y proteger¨ªan tambi¨¦n las unidades de conservaci¨®n, frenando la deforestaci¨®n , porque habr¨ªa all¨ª Polic¨ªa Federal, Ibama, ICMBio (Instituto Chico Mendes de Conservaci¨®n de la Biodiversidad), Funai, todos juntos. Y todo eso con la previsi¨®n de contratar a 120 funcionarios para actuar en esa zona de protecci¨®n. Y eso ten¨ªa que preceder a la obra. A partir de ah¨ª, en 2011, vino la solicitud de Licencia de Instalaci¨®n, ya, y el plan no hab¨ªa comenzado. La Funai asinti¨® con la Licencia de Instalaci¨®n siempre que el plan fuese puesto en marcha en 40 d¨ªas. Y dijo: ¡°Recalcamos que el incumplimiento de las condiciones expresadas en ese oficio implicar¨¢n la suspensi¨®n forzosa de la anuencia de la Funai para la licencia ambiental del proyecto¡±. Es con eso con lo que me encuentro. A finales de 2012 los ind¨ªgenas reclamaron la puesta en marcha de ese plan en una ocupaci¨®n de las instalaciones de la obra y qued¨® claro que ni siquiera hab¨ªa comenzado la construcci¨®n de las bases. A partir de ah¨ª, Norte Energia paso a simplificar y a reescribir el plan. La Funai no ten¨ªa fuerza para reclamar la imposici¨®n de condiciones, pero no asinti¨® con lo que Norte Energia empieza a hacer. Propusimos una acci¨®n el d¨ªa 19 de abril de 2013, que era el D¨ªa del Indio, para que cumpliesen la condici¨®n. Y que se aplicase lo que estaba escrito: que el no cumplimiento implicar¨ªa la suspensi¨®n forzosa del consentimiento de la Funai para la licencia. El juez concedi¨® la medida cautelar casi un a?o despu¨¦s, ya en 2014. Pero, ?cu¨¢l fue la respuesta del Poder Judicial?: que suspender la anuencia de la Funai a la licencia ser¨ªa interferir en las opciones pol¨ªticas del gobierno. Resultado: hoy estamos pasando de 2014 a 2015 y la Protecci¨®n Territorial no est¨¢ en ejecuci¨®n. Fue la ¨²ltima informaci¨®n que recib¨ª de la Funai. El plan todav¨ªa no se inici¨®.

P. ?Esa es la situaci¨®n hoy?

R. El Plan de Emergencia era un conjunto de medidas anticipatorias indispensables para la viabilidad de Belo Monte. Comprend¨ªa el fortalecimiento de la Funai, un vigoroso plan de protecci¨®n territorial y el programa de etno desarrollo. El fortalecimiento de la Funai no se hizo. El plan de protecci¨®n no se inici¨®. ?Y el plan de etno desarrollo?: fue sustituido por acciones del empresario al margen de la licencia, por medio de las cuales los ind¨ªgenas fueron atra¨ªdos a Altamira para disputarse en los mostradores de Norte Energia toda suerte de mercanc¨ªas, con los recursos destinados a los programas de fortalecimiento.

P. ?C¨®mo es posible?

R. Realmente creo que est¨¢ teniendo lugar una tragedia aqu¨ª, que es la invasi¨®n de las tierras ind¨ªgenas, y la desprotecci¨®n. Vemos madera saliendo. Las denuncias que recibimos aqu¨ª de extracci¨®n de madera en la tierra ind¨ªgena de Cachoeira Seca, en la tierra ind¨ªgena de Trincheira Bacaj¨¢, son espeluznantes. Y yo realmente me pregunto: ?c¨®mo? La pregunta que le hab¨ªa hecho al juez en ese proceso era esa: ¡°?Belo Monte en qu¨¦ se sustenta si esa condicionante, que era la primera, no fue puesta en marcha?¡±. Belo Monte se sustenta en el hecho consumado. Y en una visi¨®n equivocada de que, en pol¨ªtica, no se interfiere. Como si aquella opci¨®n pol¨ªtica fuese tambi¨¦n una opci¨®n de no respetar la ley. El hecho es que Belo Monte, hoy, en v¨ªsperas de la Licencia de Operaci¨®n, marcha sin la primera condici¨®n ind¨ªgena. Te lo digo: es aterrador.

P. ?Belo Monte marcha, por tanto, al margen de la ley?

R. Esa acci¨®n de Norte Energia se dio al margen de la licencia. Si los estudios previeron que Belo Monte ser¨ªa de alt¨ªsimo riesgo, y que aparejaron una serie de medidas necesarias, y lo que el empresario hizo fue eso¡­ ?A qu¨¦ conclusi¨®n podemos llegar? Si hab¨ªa medidas para mitigar el alt¨ªsimo riesgo que Belo Monte supon¨ªa para los ind¨ªgenas y esas pol¨ªticas no se hicieron, y en sustituci¨®n lo que se hizo fue una pol¨ªtica marginal de instigaci¨®n al consumo, de ruptura del v¨ªnculo social, de desprecio de la tradici¨®n, de manera que los ind¨ªgenas fuesen atra¨ªdos hacia el n¨²cleo urbano por el empresario y abandonados en lo peor de nuestra cultura, que es el consumismo. Y, en el consumismo de los peores bienes, que es la Coca-Cola, que es el aceite¡­ O sea: ?para qu¨¦ se hicieron todos los estudios? ?Tanto antrop¨®logo participando para, a la hora de poner en marcha las pol¨ªticas, el empresario creara un mostrador directo con el ind¨ªgena suministr¨¢ndole lo que le viniera a la cabeza? Lo que sucedi¨® en Belo Monte: el impacto del Plan de Emergencia, que a¨²n no hab¨ªa sido evaluado, hasta ese momento, fue mayor que el propio impacto del proyecto. La acci¨®n del empresario fue avasalladora. Por lo tanto, de nuevo, ?cu¨¢l es el impacto de Belo Monte? El etnocidio ind¨ªgena.

P. ?Y qu¨¦ se hace ahora?

R. Hoy Belo Monte es una cat¨¢strofe. Tard¨¦ un a?o para ver, un a?o para conseguir comprender y ahora te voy a decir lo que creo. Si la ley se aplicase en Belo Monte, tendr¨ªa que suspenderse todo consentimiento de viabilidad de ese proyecto hasta que se realizase un nuevo estudio y se llevase a cabo un nuevo informe de viabilidad, con nuevas acciones paliativas, para un nuevo contexto, en el que pas¨® todo lo que no pod¨ªa pasar.

P. ?Es posible afirmar que Norte Energia actu¨® y act¨²a como si estuviese por encima del Estado?

Resulta aterrador c¨®mo la sociedad brasile?a asume como natural el etnocidio ind¨ªgena

R.?La empresa se comporta como si fuese soberana. Y por eso creo aqu¨ª es como si la ley estuviese suspendida. Es una prioridad tan grande del Gobierno, una obra que tiene que ser hecha a cualquier coste, que la orden jur¨ªdica fue suspendida. Y no consigues frenarlo en el Poder Judicial, porque el Judicial ya contempla esa interpretaci¨®n de que no le cabe interferir en las pol¨ªticas gubernamentales. Solo que el Poder Judicial est¨¢ confundiendo legitimidad con legalidad. La pol¨ªtica se sustenta en la legitimidad y, tomado un camino, el respeto a la ley no es una elecci¨®n m¨¢s, no es opcional. Y aqu¨ª s¨ª se ha vuelto opcional. ?Y qui¨¦n va a decirle al empresario lo que tiene que hacer?

P. Adem¨¢s de la cuesti¨®n ind¨ªgena, est¨¢ tambi¨¦n la cuesti¨®n de los reasentamientos. En noviembre, el Ministerio P¨²blico Federal de Altamira realiz¨® una audiencia p¨²blica para discutir el reasentamiento de habitantes de la ciudad, que fue muy impactante. ?Cu¨¢l es la situaci¨®n de esa poblaci¨®n urbana en relaci¨®n a Belo Monte?

R. De nuevo, como en el caso de los ind¨ªgenas, tenemos una obra de impacto enorme en una regi¨®n hist¨®ricamente descuidada, y el Estado ten¨ªa que instrumentalizar para que Belo Monte sucediese. Y cuando nos hemos dado cuenta, la obra est¨¢ en su c¨¦nit, y sin la presencia de la Defensor¨ªa P¨²blica (Defensor del Pueblo) en Altamira. Hasta 2013, hab¨ªa una persona en la Defensor¨ªa P¨²blica del Estado que revisaba la cuesti¨®n agraria, una abogada activa en relaci¨®n a Belo Monte, pero que necesitaba construir una teor¨ªa jur¨ªdica para actuar, porque era una defensora p¨²blica del Estado y las acciones de Belo Monte eran competencia de la Justicia Federal. Despu¨¦s todos fueron trasladados y nadie vino en sustituci¨®n.

P. Eso en la Defensor¨ªa P¨²blica Estatal. Pero, ?y en la federal?

R. La Defensor¨ªa P¨²blica de la Uni¨®n nunca estuvo presente en Altamira.

P. ?Nunca?, ?en ning¨²n momento?

R. No. Y la Defensor¨ªa P¨²blica del Estado tampoco ha vuelto a estar.

P. ?La poblaci¨®n estaba siendo desplazada por Belo Monte sin asistencia jur¨ªdica alguna? ?Las personas estaban solas?

R. S¨ª. Es incomprensible que, en una obra que cause un impacto socio ambiental como Belo Monte, la poblaci¨®n est¨¦ desasistida. En un mundo responsable, eso es impensable. Y creo que para cualquier persona con un raciocinio medio tambi¨¦n es impensable. Por lo tanto, hicimos una audiencia p¨²blica para que realmente todos pudiesen ser escuchados. Porque un d¨ªa lleg¨® a mi sala una se?ora muy humilde. Pocas veces yo me hab¨ªa encontrado con una persona as¨ª, porque vino sola y ya era una se?ora de edad. Y yo no consegu¨ªa entender lo que dec¨ªa. No lo consegu¨ªa. Ella estaba abandonada, desesperada y yo le dije: ¡°Usted espere ah¨ª fuera, que voy a resolver algunas cosas aqu¨ª y voy con usted personalmente a la empresa¡±. Porque el reasentamiento, ?c¨®mo se ha hecho. Norte Energia contrat¨® una empresa que hace el papel de intermediaria entre Norte Energia y las personas. Se llama Diagonal. As¨ª que llegu¨¦ a la empresa con ella. Es una casa, las personas se encuentran del lado de fuera, con aquel calor de 40 grados, esperando para entrar. Y una a una van siendo llamadas para negociar. Esa se?ora fue all¨ª a negociar su situaci¨®n y le ofrecieron una indemnizaci¨®n. Y ella no quer¨ªa una indemnizaci¨®n, ella quer¨ªa una casa. Y dijo: ¡°?No quiero la indemnizaci¨®n, quiero una casa!¡±. En ese momento estaba hablando con un asistente social de la empresa. Y ah¨ª, si ella no concuerda con lo que se le est¨¢ ofreciendo, el abogado de la empresa le explicar¨¢ por qu¨¦ no tiene derecho a una casa. Y si ella sigue sin estar de acuerdo, ese proceso ir¨¢ a Norte Energia. Para m¨ª esto ya fue una cosa completamente extra?a. La palabra no es extra?a¡­Yo dir¨ªa que fue una cosa interesante. Porque Norte Energia funciona como una instancia de apelaci¨®n, de la indignaci¨®n de la persona contra una empresa contratada por ella. Por lo tanto, la rebeli¨®n de la gente es contra la empresa Diagonal. Ah¨ª el caso de la persona ir¨¢ para Norte Energia y Norte Energia ir¨¢ con su cuerpo de abogados ¡ª26 abogados contratados solo para ese programa¡ª a hacer una evaluaci¨®n y explicar a la persona las reglas que se aplican. Y que si esa persona no aceptara, tiene un plazo para manifestarlo. Y si no se manifiesta en ese plazo, o si est¨¢ en desacuerdo, el proceso ser¨¢ llevado a la Justicia y Norte Energia pedir¨¢ la emisi¨®n de la propiedad. La se?ora tendr¨¢ que salir de cualquier modo y discutir en el juicio esos valores. Mira la situaci¨®n con la que me encontr¨¦. Primero: la mujer no ten¨ªa manera de explicar su propia historia, ten¨ªa dificultades al hablar. Porque el tiempo de ellos es otro, la comprensi¨®n de todo es otra. Estamos hablando de personas de ese mundo aqu¨ª, que no es el mundo de all¨ª, es el mundo de aqu¨ª. Y que yo misma no ten¨ªa la capacidad de entender. Entonces, esa persona, que tiene dificultad para expresarse, ?c¨®mo va a dialogar sola, en la mesa del empresario, con abogados y personas que no est¨¢n de su lado? En aquel momento comprend¨ª que, primero, hab¨ªa una confusi¨®n de papeles all¨ª, porque Norte Energia se presentaba como instancia de apelaci¨®n, pero hac¨ªa su papel. La otra empresa tambi¨¦n hac¨ªa su papel. Quien estaba ausente era el Estado. Quien estaba ausente era quien ten¨ªa que acompa?ar a esa persona. Entonces quien estaba ausent¨¢ndose all¨ª era el Estado. Me resultaba inadmisible que aquella se?ora estuviese sola negociando en la mesa del empresario. En la audiencia p¨²blica apareci¨® otra se?ora que firm¨®, pero cont¨® llorando que no sab¨ªa leer. Firm¨® con el dedo. Firm¨® una indemnizaci¨®n, pero quer¨ªa una casa. Esto resume la violencia de este proceso. Hay muchos casos. Muchos. Y todo eso estaba ocurriendo porque la Defensor¨ªa P¨²blica de la Uni¨®n no estaba aqu¨ª. Una de las funciones de la audiencia p¨²blica fue llamar al Estado. La Defensor¨ªa P¨²blica es una instituci¨®n que est¨¢ creciendo, que se fortalece, y creo que no puede dejar de lado una realidad con riesgo de gran violaci¨®n de derechos humanos, como es Belo Monte.

P. ?C¨®mo se explica un proyecto de ese tama?o, con miles de remociones, sin la presencia de la Defensor¨ªa P¨²blica de la Uni¨®n (Defensor del Pueblo)?

La minera Belo Sun presagia una explotaci¨®n de los recursos de la Amazonia a escala industrial

R. ?C¨®mo imaginas una obra con el impacto Belo Monte sobre 11 tierras ind¨ªgenas, con un efecto que ya es evidente, con alto riesgo de destrucci¨®n cultural, sin la Fundaci¨®n Nacional del Indio (Funai) estructurada? ?C¨®mo la Funai est¨¢ en Altamira con el mismo n¨²mero de empleados que ten¨ªa en 2009? ?C¨®mo no se hizo una nueva sede de la Funai? ?C¨®mo no se contrat¨® un empleado para la Funai? ?Y el Instituto Chico Mendes de Conservaci¨®n de la Biodiversidad (ICMBio)? Tenemos aqu¨ª seis unidades de conservaci¨®n en el ¨¢rea de impacto del proyecto. Entre esas unidades, solo la Estaci¨®n Ecol¨®gica de Terra do Meio tiene tres millones de hect¨¢reas. Si me preguntaras hoy cu¨¢ntos gestores tiene el ICMBio en esas unidades te lo dir¨¦: la unidad de la (Reserva Extractivista) Verde Para Siempre est¨¢ sin gestor. La unidad del Iriri est¨¢ sin gestor, fue contratado un cargo en comisi¨®n. O sea, no hay personal del ICMBio para cuidar de esa unidad del Iriri. Para la reserva de Riozinho do Anfr¨ªsio tambi¨¦n fue contratado un empleado ajeno al Instituto. Para el Parque Nacional de la Sierra del Padre, lo mismo. Tenemos Belo Monte con un impacto en su ¨¢pice, en el momento de mayor presi¨®n antr¨®pica prevista, con unidades de conservaci¨®n sin gestor. Y el impacto, o deforestaci¨®n, es una prueba de eso. En la reserva de Riozinho do Anfr¨ªsio la extracci¨®n ilegal de madera ya cruz¨® la unidad y lleg¨® a los ribeirinhos (las poblaciones que viven de la extracci¨®n de recursos en las riberas de los r¨ªos, sobre todo de los amaz¨®nicos). Es una regi¨®n que est¨¢ en efervescencia de impacto. Y el concurso p¨²blico realizado para el ICMBio solo previ¨® la contrataci¨®n de analistas para el R¨ªo Tapaj¨®s, donde el Instituto necesita hoy hacer una evaluaci¨®n positiva para que se autoricen los proyectos de las hidroel¨¦ctricas ah¨ª. No consigo entender c¨®mo el Estado se lanza a otro proyecto sin responder por lo que est¨¢ sucediendo aqu¨ª. Te lo digo porque me preguntas c¨®mo es posible que no haya aqu¨ª Defensor¨ªa P¨²blica. A m¨ª no me sorprende, porque estoy revisando otras instituciones absolutamente indispensables para la licencia de Belo Monte que est¨¢n totalmente desfasadas. El ICMBio es la prueba. Y los gestores que tienen aqu¨ª del ICMBio son extremadamente activos. Pero, solos, no pueden con todo. ?C¨®mo es posible que una persona responda por tres millones de hect¨¢reas de la estaci¨®n ecol¨®gica sin apoyo alguno? Lo que puedo decir es que en las investigaciones que hicimos aqu¨ª en relaci¨®n a Belo Monte, lo sustantivo es la ausencia del Estado. En un mundo en el que todo es posible, conseguimos vivir con una realidad en la que ocho mil familias van a ser realojadas sin que la Defensor¨ªa P¨²blica de la Uni¨®n haya sido activada para venir a Altamira. Belo Monte es el mundo en el que lo incre¨ªble es posible.

P. Volviendo al inicio de esta entrevista, ?cu¨¢l es la analog¨ªa que usted hace entre los estudios de Hannah Arendt sobre los totalitarismos y la descripci¨®n que ha hecho hasta aqu¨ª sobre el proceso de Belo Monte?

R. Va quedando m¨¢s claro, ?no es as¨ª? Cuando te dije que la ley est¨¢ suspendida, o sea, las reglas, los compromisos asumidos, las obligaciones de la licencia, la verdad pensaba en el estado de excepci¨®n. Entiendo que la realidad que describo es la realidad de un estado de excepci¨®n.

P. ?Pero c¨®mo es posible que todo sea posible?

R.?Cuando ves al Gobierno lanzarse a un nuevo proyecto, esta vez en el R¨ªo Tapaj¨®s, con otro impacto brutal, sin responder por el pasivo de Belo Monte, ?qu¨¦ te viene a la mente?. Y nosotros, en este d¨ªa a d¨ªa de Belo Monte, viendo este impacto, contemplando la deforestaci¨®n, asistiendo a la cuesti¨®n de los ind¨ªgenas, al sufrimiento de la poblaci¨®n local, viendo a las personas morir porque el hospital est¨¢ a tope, viendo a los ind¨ªgenas completamente perdidos¡­ Y entonces vemos al Gobierno lanzarse a un nuevo proyecto. La pregunta que toca es: ?c¨®mo es posible? Belo Monte no acab¨®. Cuando, un a?o atr¨¢s, la entonces presidenta de la Funai, Mar¨ªa Augusta Assirati, concedi¨® una entrevista (a la BBC Brasil) hablando de Belo Monte, dijo la siguiente frase: ¡°Ninguno de los actores implicados estaba preparado para la complejidad social, ¨¦tnica y de relaciones p¨²blicas que fue Monte Belo¡±. Cuando leo una frase como esta y vemos al gobierno brasile?o usar Belo Monte como campa?a pol¨ªtica en ¨¦poca de elecciones, y lanzarse a un nuevo proyecto, me pregunto: ¡°?qu¨¦ decir a un gobierno que reconoce que no estaba preparado para Belo Monte?¡±. Belo Monte no termin¨®. Si tienes responsabilidad, tu responsabilidad no acaba porque la tragedia sucedi¨®. O sea, ?el pasivo de Belo Monte, en el R¨ªo Xingu, permanece y el Gobierno va a poner en marcha una nueva contrata en el Tapaj¨®s? Y ?cu¨¢l es la prueba de que esa nueva contrata no va a causar un pasivo como este? La prueba tiene que hacerse aqu¨ª en Belo Monte. La Funai tiene que estar estructurada aqu¨ª. Las tierras tienen que estar protegidas aqu¨ª. La poblaci¨®n tiene que haber sido desplazada con dignidad aqu¨ª. Por lo tanto, cuando me preguntas por Hannah Arendt, me acuerdo de esa frase de la presidenta de la Funai. Cuando Arendt concluy¨® el juicio del nazi (en su libro ¡°Eichmann en Jerusal¨¦n¡±), dijo lo siguente: ¡°La pol¨ªtica no es un jard¨ªn de infancia¡±. Ella estaba analizando el genocidio. Yo no tengo dudas al decir que aqu¨ª estamos analizando un etnocidio, y la pol¨ªtica no es un jard¨ªn de infancia. Por lo tanto, la acci¨®n del Ministerio P¨²blico aqu¨ª es la de responsabilizar hasta donde sea posible. Un d¨ªa estas acciones van a ser juzgadas. Belo Monte un d¨ªa ser¨¢ juzgada.

P. La mayor¨ªa de las acciones que el Ministerio P¨²blico Federal est¨¢ proponiendo, desde hace a?os, tropiezan con los presidentes de los tribunales. ?Por qu¨¦? ?Cu¨¢l es su hip¨®tesis?

R.?Belo Monte es una obra sub judice. Ser¨¢ juzgada por el Supremo Tribunal Federal (Tribunal Supremo). Son 22 acciones, con contenidos extremadamente diversificados. La postura del Poder Judicial de que el fundamento jur¨ªdico, el m¨¦rito de la acci¨®n, permanezca suspendido de an¨¢lisis con base en la decisi¨®n pol¨ªtica, que es la suspensi¨®n de seguridad, es una decisi¨®n que no precisa el respaldo de la ley, busca el respaldo en los hechos. La suspensi¨®n de la seguridad es un mecanismo extremadamente complicado, porque abre el Derecho.

P. Creo que es importante aqu¨ª hacer un par¨¦ntesis para explicar a los lectores que el mecanismo jur¨ªdico de ¡°suspensi¨®n de seguridad¡± (medida por la que se revocan las decisiones de otros tribunales) es un resquicio de la dictadura. Impide cualquier juicio anticipado de una acci¨®n, que podr¨ªa ser solicitado por la urgencia, la relevancia y la calidad de las pruebas presentadas. Se concede por la presidencia de un tribunal, que no analiza el m¨¦rito o valor de la cuesti¨®n, solo se limita a mencionar razones como ¡°seguridad nacional¡±. As¨ª, cuando el m¨¦rito de la acci¨®n se juzga finalmente, lo que en general lleva a?os, una obra como Belo Monte ya se ha convertido en hecho consumado. ?Cu¨¢les son las justificaciones del uso de la suspensi¨®n de seguridad en Belo Monte?

R. En Belo Monte las justificaciones son la necesidad de la obra, el plazo, el calendario de trabajo, los valores, el cu¨¢nto cuesta un d¨ªa de parada o la cantidad de trabajadores que dependen del proyecto. Con esos fundamentos mucho m¨¢s f¨¢cticos, emp¨ªricos y pol¨ªticos, el mecanismo de suspensi¨®n de seguridad permite la suspensi¨®n de la decisi¨®n jur¨ªdica preliminar que se obtiene en las acciones judiciales. Y, con eso, las decisiones acaban perdiendo la capacidad de transformaci¨®n. Con una excepci¨®n en relaci¨®n a Belo Monte: las personas de derecho privado no pueden requerir la suspensi¨®n de seguridad. Norte Energia no podr¨ªa pedirla. Quien lo hace, entonces, es la Abogac¨ªa General de la Uni¨®n (Abogac¨ªa General del Estado), que act¨²a al lado de Norte Energia en las acciones judiciales. Todav¨ªa la interpretaci¨®n de ese mecanismo viene permitiendo que se superponga a todas las decisiones ¡ªy no solo las medidas cautelares¡ª hasta el juicio en la instancia final. Es un mecanismo que tiene previsi¨®n legal, pero es un mecanismo extremadamente complejo porque puede sustentarse en hechos. Y el derecho que se sustenta en hechos es el Derecho que se abre al mundo en el que todo es posible. El Ministerio P¨²blico Federal no cuestiona la opci¨®n pol¨ªtica del Gobierno por Belo Monte, sino cuestiona el debido proceso de licencia. Cuestionamos la legalidad, no la legitimidad de esa iniciativa. Pero el hecho es que esa legitimidad se obtiene sin espacio para el di¨¢logo. Y hoy realmente pienso que la sociedad deber¨ªa reflexionar y discutir esa opci¨®n de interferencia en los r¨ªos de la Amazonia. Ya sabemos el impacto que la deforestaci¨®n viene causando, sabemos el valor del agua, sabemos el valor de la Amazonia. Por eso, entiendo que estas decisiones que pueden sustentarse en hechos son peligrosas para el Estado democr¨¢tico de Derecho, ya que lo hechos no siempre tienen respaldo democr¨¢tico.

P. En su opini¨®n, con todo lo que usted ha manifestado ?cu¨¢l ser¨¢ el juicio de Belo Monte en el futuro?

En una sociedad de consumo, la muerte cultural de un pueblo no duele

R. Ah, creo que esa pregunta es un poco complicada. Sinceramente creo que esa cuesti¨®n de la legitimidad de Belo Monte tiene que ser abordada en un debate p¨²blico. Me coloco como fiscal de la Rep¨²blica. Estoy hablando de mi lectura jur¨ªdica de este proceso. Ahora bien, si preguntaras a Thais, persona, lo que ella piensa que va a suceder con Belo Monte, yo te dir¨ªa que hay preguntas que deben ser hechas. ?Es que el modo de vida de esa regi¨®n podr¨ªa ser soportado por otras fuentes de energ¨ªa? No tengo duda de que s¨ª. En la regi¨®n, quien necesita de Belo Monte son las industrias sider¨²rgicas y una minera canadiense (Belo Sun) que se va a instalar y extraer oro a escala industrial, en la regi¨®n de mayor impacto de Belo Monte. Entonces quienes dependen de esta energ¨ªa son esa empresa y otras que vendr¨¢n. Y esto es algo que me est¨¢ asustando mucho en relaci¨®n a Belo Monte. Una de las consecuencias de Belo Monte es esta posibilidad de extracci¨®n de recursos minerales a escala industrial en la Amazonia. Y la disputa por esos recursos ya ha comenzado. Me siento preocupad¨ªsima con la posibilidad de instalaci¨®n de un proyecto minero de esa envergadura en la regi¨®n del epicentro del impacto de Belo Monte, sin que se haya elaborado el estudio del componente ind¨ªgena y sin la evaluaci¨®n del Ibama, el Instituto Brasile?o de Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables. Va a haber all¨ª una superposici¨®n de impactos.

P. Es muy seria y controvertida, por decir lo m¨ªnimo, la instalaci¨®n de esa gran empresa minera canadiense, Belo Sun. ?Cu¨¢l es la situaci¨®n hoy?

R. Ese proyecto minero presagia un ciclo de explotaci¨®n de los recursos naturales de la Amazonia a escala industrial, que se har¨¢ viable con Belo Monte. Es tambi¨¦n el augurio de un de un grave riesgo. De que grandes proyectos vengan a superponer sus impactos a los de la hidroel¨¦ctrica, sin la debida y competente evaluaci¨®n. Con eso, los impactos de Belo Monte acaban potenci¨¢ndose en una dimensi¨®n extraordinaria. Y lo peor, las acciones paliativas indispensables en el certificado de viabilidad de la hidroel¨¦ctrica correr¨ªan peligro de perder su eficacia en caso de que no haya un control cuidadoso de la superposici¨®n de impactos. Si la generaci¨®n de energ¨ªa por Belo Monte depende del desv¨ªo del curso del R¨ªo Xingu, y la viabilidad de la hidroel¨¦ctrica para los pueblos ind¨ªgenas de la regi¨®n depende de una fuerte monitorizaci¨®n para que se garantice la reproducci¨®n de la vida en el lugar, ?c¨®mo un proyecto de alto impacto localizado en el coraz¨®n del trecho de caudal reducido del R¨ªo Xingu puede obtener el certificado de viabilidad sin estudios de impacto sobre los pueblos ind¨ªgenas? Y, si quien licencia Belo Monte es el Ibama, que es el ¨®rgano federal, y quien tiene la atribuci¨®n constitucional de proteger a los pueblos ind¨ªgenas es la Uni¨®n, ?c¨®mo esa licencia podr¨ªa tramitarse ante el ¨®rgano provincial? Son estas las preguntas que la Fiscal¨ªa llev¨® al Poder Judicial, siendo que hoy tenemos una sentencia anulando la licencia emitida, hasta que se concluyan los estudios sobre los ind¨ªgenas. Una decisi¨®n que esta suspendida hasta que se vea el recurso de Belo Sun por el Tribunal Regional Federal en Brasilia. Hay tambi¨¦n una decisi¨®n reciente imponiendo al Ibama que participe en todas los actuaciones de esta licencia ante el ¨®rgano provincial. Pero cuando me preguntas qu¨¦ va a ser Belo Monte en el futuro, creo que la gran cuesti¨®n de Belo Monte va a ser: ?para qui¨¦n Belo Monte?, ?por qu¨¦ Belo Monte?

P. ?Hay una caja negra en Belo Monte?

R. Los asuntos oscuros de Belo Monte, el hecho de que la obra sea una prioridad absoluta, son cuestiones que la Historia contar¨¢ y espero que las cuente r¨¢pido.

P. ?C¨®mo es vivir en Altamira en medio de todos estos superlativos?

R. La verdad es que, en realidad me encanta. Incluso tr¨¢gica, ?entiendes? Por m¨¢s que tengamos ganas de llorar, es impresionante. Me sorprendo cada d¨ªa con las cosas que suceden aqu¨ª, ya sea por el tama?o de las ¨¢reas, porque estamos hablando de millones de hect¨¢reas, de comercio ilegal de 200 mil hect¨¢reas de tierra, de deforestaci¨®n de mil hect¨¢reas. Todo es del orden inimaginable. Por lo tanto, acabo adoptando mucho esa postura de int¨¦rprete de la realidad. Cuando decid¨ª quedarme en Altamira, algunas personas dijeron: ¡°?Vaya, enhorabuena por ese acto de desprendimiento!¡±. Pero, para m¨ª, estar en Altamira es un privilegio. Conocer las poblaciones tradicionales es un privilegio. Poder recibir a un cacique, aqu¨ª, es un privilegio. Por lo tanto, mi relaci¨®n con Altamira es que cada d¨ªa me inclino m¨¢s. Cuando digo que me inclino m¨¢s es en el sentido de sentirme m¨¢s humilde ante las gentes de aqu¨ª. Hay un momento del d¨ªa en el que el sol provoca una especie de aura dorada en Volta Grande del Xingu. Voy al r¨ªo porque quiero verlo. Y cada d¨ªa es diferente. Nunca est¨¢ igual. Cuando veo el r¨ªo, solo puedo agradecer la posibilidad de que exista. Es como esos indios, como esos ribeirinhos. Gracias por ser diferentes, por mostrarme un mundo diferente del que estaba acostumbrada en Curitiba. Creo que es tan bonito el ni?o que se ba?a en el barril, y ah¨ª la madre pein¨¢ndolo, lo coloca en la grupa de la bicicleta y se lo lleva montado. Me encanta ver¡­ Adoro observar. En mi d¨ªa a d¨ªa vivo esa fascinaci¨®n por la regi¨®n, sabiendo que de aqu¨ª para all¨¢ tenemos una selva que atraviesa la frontera de Brasil y que es maravillosa. Que es lo que, en el futuro, va tener m¨¢s valor. Como trabajo en el asunto de Belo Monte, me sale de dentro ese sentimiento de tristeza por conocer la osad¨ªa del hombre de alterar aquello, de desviar ese r¨ªo.

P. Cuando la encontr¨¦ en una reserva extractivista, d¨ªas atr¨¢s, usted brome¨® con que que sent¨ªa un poco de envidia de los ribeirinhos. ?C¨®mo es eso?

R. Es que creo que su trabajo es m¨¢s importante que el m¨ªo. Lo pienso realmente. Si tienes una mirada hacia ellos como si fuesen pobres, como si no tuviesen nada, nuestra actuaci¨®n es muy limitada. Hoy los miro pensando que tengo el derecho de que ellos contin¨²en viviendo as¨ª. Porque ellos conocen una alternativa. Por lo tanto, hoy siento que es nuestro derecho, del mundo de ac¨¢, y no solo de ellos. Esa es la dimensi¨®n de la que te hablo. Y ahora reescribo y entiendo mejor mi trabajo, porque obtiene otra dimensi¨®n bajo esa perspectiva. O sea, que la Fiscal¨ªa protege las poblaciones ind¨ªgenas y tradicionales no solo porque tienen derechos, sino tambi¨¦n porque es importante para el conjunto de la sociedad que su modo de vida perdure. Tienen el derecho de desarrollarse a partir de ellas mismas, y no seg¨²n lo que creamos que es bonito. Y nosotros, nuestro hijos, necesitamos de ese otro modo de vida, necesitamos que vivan as¨ª. Por eso, tambi¨¦n, el proceso de Belo Monte en relaci¨®n a los ind¨ªgenas es tan doloroso.

P. Usted ha mencionado que ser¨ªa importante que la sociedad debatiese p¨²blicamente sobre la interferencia del Estado en los r¨ªos de la Amazonia. ?Por qu¨¦ cree que la sociedad no lo est¨¢ haciendo? O dicho de otro modo: ?por qu¨¦ a las personas no les importa?

R. Esa es la pregunta m¨¢s dif¨ªcil. Creo que la Amazonia no interesa solo a Brasil, interesa al mundo entero. Ese impacto tiene que ser discutido hasta la ¨²ltima posibilidad de las fuentes alternativas. Lo que quiero decir es que si la pol¨ªtica del Gobierno se sustenta en una legitimidad que depende de la aceptaci¨®n popular en relaci¨®n a la utilizaci¨®n de los r¨ªos de la Amazonia como fuente generadora de energ¨ªa, ese debate tiene que hacerse. Y hoy creo que es un momento importante porque Brasil est¨¢ viviendo la falta de agua. Y esa falta de agua se relaciona con la deforestaci¨®n de la Amazonia. Y la deforestaci¨®n de la Amazonia se ha incrementado, lo sabemos. La gente viene aqu¨ª a relatar lo que est¨¢ saliendo de camiones con madera. Es un relato que ya es p¨²blico, y Brasil tiene hoy, quiz¨¢, el bien m¨¢s precioso del mundo, que es la Amazonia. Es por eso por lo que este debate es importante, porque tiene que darse a la poblaci¨®n el espacio m¨¢s libre posible de discusi¨®n, de di¨¢logo, sobre lo que se pretende hacer con su bien m¨¢s precioso. Con el riesgo, incluso, de que se le quite. Por eso es realmente importante que se discuta. Creo que cuando no viv¨ªa aqu¨ª no entend¨ªa la dimensi¨®n. Lo sabemos de lejos, pero yo no conoc¨ªa la dimensi¨®n de lo que estaba sucediendo. Es muy grande. Primero quita la madera m¨¢s noble, deforesta y ah¨ª llega el ganado. Incluso la carne¡­ No como carne hace muchos a?os. Ya ten¨ªa una opci¨®n vegetariana. Pero ahora, despu¨¦s de ver lo que se necesita para criar un buey y cu¨¢nto interfiere en la regi¨®n amaz¨®nica, no tengo valor de comer carne. La carne para m¨ª es como la imagen de aquel tronco que est¨¢ saliendo de aqu¨ª. Sufro al ver el tama?o de los trozos de madera que salen de aqu¨ª. Sufro. Duele verlo. Sufro por dejar mi basura aqu¨ª. Porque s¨¦ que Altamira no recicla. Me llevo mi basura fuera, no la dejo aqu¨ª.

P. ?Se la lleva en avi¨®n?

Hannah Arendt conoc¨ªa los estados totalitarios. Conoc¨ªa el mundo del genocidio jud¨ªo. Es posible ver Belo Monte del mismo modo

R. Me la llevo para ser reciclada en Curitiba. Porque vivimos en la frontera de la Amazonia, en una regi¨®n en que el tema de la basura es extremadamente complicado, y realmente hay que tener valor para tirarla; yo no lo consigo. Una vez le¨ª un libro que se llama ¡°Los ciudadanos siervos¡± de Juan Ram¨®n Capella. Y me acuerdo que ese libro hablaba de lo siguiente: que las personas aprietan la descarga de la cisterna del ba?o y tienen la sensaci¨®n de que est¨¢n limpiando su casa. Y cuando tiras de la cadena la verdad es que estas ensuciando el mundo. Por lo tanto, tengo esa sensaci¨®n fuerte de que cuando pongo mi bolsa de basura en la calle, en vez de hacer un compostaje, estoy ensuciando el mundo, estoy ensuciando mi casa, porque mi casa es el mundo. Creo que el debate en torno a la Amazonia pasa por eso. Es un debate en torno al individualismo, a la forma como las personas viven centradas en el consumismo, en lo que buscan, que est¨¢ desconectado del otro y est¨¢ desconectado del mundo. Para m¨ª est¨¢ muy claro que mi casa no acaba en la puerta de mi casa ni mi responsabilidad por el mundo acaba en la puerta de mi universo individual. No es raz¨®n, es un sentimiento de que la casa de los dem¨¢s est¨¢ aqu¨ª tambi¨¦n. En ese contexto en el que vivimos, las personas tienen una preocupaci¨®n con el yo, con la belleza, con la est¨¦tica, con el consumo. Por lo tanto, es muy dif¨ªcil tener un debate p¨²blico sobre cuestiones ambientales. Es la marca misma de una ¨¦poca. Y hay otro asunto que creo que es m¨¢s fuerte todav¨ªa y que me asusta m¨¢s en Belo Monte. Te lo voy a explicar con un poco de calma¡­ ?No va a acabar nunca la entrevista!

P. Est¨¦ tranquila¡­

R. Creo lo siguiente. Ya cont¨¦ que veo Belo Monte como un etnocidio. Cuando Hannah Arendt estudia los reg¨ªmenes totalitarios hace una descripci¨®n del nazismo, una descripci¨®n de la pol¨ªtica de Hitler que es muy interesante. Hitler afirmaba que hab¨ªa descubierto una ley natural y que esa ley natural era una ley de superposici¨®n de una raza, de un pueblo sobre otro. Los jud¨ªos ser¨ªan un obst¨¢culo que naturalmente ser¨ªa superado por esa ley natural. Cuando digo que los estudios de Belo Monte identificaron un proceso de desestructuraci¨®n de los pueblos ind¨ªgenas de la regi¨®n que ya hab¨ªa comenzado con la construcci¨®n de la carretera Transamaz¨®nica, y que Belo Monte solo acelera ese proceso, me viene esa imagen de Hannah Arendt diciendo que Hitler solo descubri¨® una forma de acelerar el proceso de una ley natural que afirmaba haber descubierto. Y aqu¨ª, lo que Belo Monte hace a ese proceso de desestructuraci¨®n iniciado con la Transamaz¨®nica, es acelerarlo a un ritmo insostenible para los ind¨ªgenas. Y tal vez sea esa la justificaci¨®n de las suspensiones de las decisiones judiciales y de que la ley no se aplique aqu¨ª. Lo que me asusta es la manera como la sociedad asume como natural ese proceso con una visi¨®n de que es inevitable que los ind¨ªgenas vayan a ser asimilados por la sociedad circundante, por la sociedad hegem¨®nica. Y aceptar que Belo Monte va a generar la p¨¦rdida de referencias y conocimientos tradicionales en relaci¨®n a la Amazonia, la p¨¦rdida de otras formas de ver el mundo que podr¨ªan ser formas de salvaci¨®n, incluso, en el futuro. Entonces, este proceso de etnocidio es asimilado, y al serlo no le duele a la gente. No duele el hecho de que los indios est¨¦n muriendo. En una sociedad de consumo, mientras no se pierda el yo hegem¨®nico de cada uno, la muerte cultural de un pueblo no duele. Por lo tanto, lo que siento es que es tremendamente aterrador el modo en que la sociedad acepta este proceso.

P. ?Es por eso, al final, porque la mayor¨ªa de la poblaci¨®n brasile?a no se conmueve con la muerte cultural de los pueblos ind¨ªgenas, ni incluso con su muerte f¨ªsica, ni se conmueve con la muerte de la selva, por lo que Belo Monte es posible a pesar de atropellar la ley?

R. En ¨²ltima instancia, las decisiones judiciales tambi¨¦n tienen el respaldo de la sociedad. Si esas suspensiones de seguridad causaran una reacci¨®n muy fuerte, no tendr¨ªan legitimidad. ?Por qu¨¦ el silencio? ?C¨®mo es posible que la sociedad acepte la no garant¨ªa de los derechos de los pueblos ind¨ªgenas?. Lo acepta porque asume ese proceso, que es un proceso totalitario. Es un proceso en el que el yo ¨²nico, el todo, prevalece sobre lo diferente. Y que no seas capaz de mirar al diferente con respeto, como algo que es diferente a ti, de tu yo. Es una realidad, incluso, que estamos viviendo de dificultad para los pueblos ind¨ªgenas, para las poblaciones tradicionales, para mantener esas culturas diferentes. Aunque hoy exista una serie de garant¨ªas fundamentales, de orden internacional, en la Constituci¨®n Federal, es muy dif¨ªcil. Y por eso aqu¨ª, en Brasil, quien da la palabra sobre eso es el Supremo Tribunal Federal. Y el Supremo tiene que hacer eso, por lo que dice la Constituci¨®n. Entonces un d¨ªa todo esto va a ser juzgado. Un d¨ªa el Plan de Emergencia va a ser juzgado por el Supremo. Un d¨ªa el modo en que los indios no fueron escuchados en este proceso va a ser juzgado por el Supremo.

P. Pero ah¨ª el hecho ya est¨¢ consumado

R. S¨ª, ese es el problema. Es el hecho que cada d¨ªa se consuma.

P. ?Usted se siente impotente delante de Belo Monte, de ese hecho que se consuma a pesar de todo el esfuerzo, de todas las acciones, y sin apoyo de una sociedad que se excluye?

R. Creo que el Ministerio P¨²blico Federal no est¨¢ impotente. Pero creo que hoy, solo, ¨²nicamente por la v¨ªa del poder judicial, el Ministerio P¨²blico Federal no consigue hacer que la ley se aplique aqu¨ª. Belo Monte es un desaf¨ªo al estado de Derecho. Por encima de todo, creo que la historia tiene que ser contada. Y lo que el Ministerio P¨²blico Federal viene haciendo aqu¨ª en Altamira es la historia viva de Belo Monte. Y ah¨ª yo dir¨ªa: la Fiscal¨ªa no calla. No s¨¦ lo que la Historia va a decir de Belo Monte. Pero lo que yo puedo decir es que el Ministerio P¨²blico Federal no se call¨®.

Eliane Brum es escritora, reportera y documentalista. @brumelianebrum

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo

?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?

Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.

?Por qu¨¦ est¨¢s viendo esto?

Flecha

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.

?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.

En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PA?S
Recomendaciones EL PA?S
Recomendaciones EL PA?S
_
_
universo-virtual.com
buytrendz.net
thisforall.net
benchpressgains.com
qthzb.com
mindhunter9.com
dwjqp1.com
secure-signup.net
ahaayy.com
soxtry.com
tressesindia.com
puresybian.com
krpano-chs.com
cre8workshop.com
hdkino.org
peixun021.com
qz786.com
utahperformingartscenter.org
maw-pr.com
zaaksen.com
ypxsptbfd7.com
worldqrmconference.com
shangyuwh.com
eejssdfsdfdfjsd.com
playminecraftfreeonline.com
trekvietnamtour.com
your-business-articles.com
essaywritingservice10.com
hindusamaaj.com
joggingvideo.com
wandercoups.com
onlinenewsofindia.com
worldgraphic-team.com
bnsrz.com
wormblaster.net
tongchengchuyange0004.com
internetknowing.com
breachurch.com
peachesnginburlesque.com
dataarchitectoo.com
clientfunnelformula.com
30pps.com
cherylroll.com
ks2252.com
webmanicura.com
osostore.com
softsmob.com
sofietsshotel.com
facetorch.com
nylawyerreview.com
apapromotions.com
shareparelli.com
goeaglepointe.com
thegreenmanpubphuket.com
karotorossian.com
publicsensor.com
taiwandefence.com
epcsur.com
odskc.com
inzziln.info
leaiiln.info
cq-oa.com
dqtianshun.com
southstills.com
tvtv98.com
thewellington-hotel.com
bccaipiao.com
colectoresindustrialesgs.com
shenanddcg.com
capriartfilmfestival.com
replicabreitlingsale.com
thaiamarinnewtoncorner.com
gkmcww.com
mbnkbj.com
andrewbrennandesign.com
cod54.com
luobinzhang.com
bartoysdirect.com
taquerialoscompadresdc.com
aaoodln.info
amcckln.info
drvrnln.info
dwabmln.info
fcsjoln.info
hlonxln.info
kcmeiln.info
kplrrln.info
fatcatoons.com
91guoys.com
signupforfreehosting.com
faithfirst.net
zjyc28.com
tongchengjinyeyouyue0004.com
nhuan6.com
oldgardensflowers.com
lightupthefloor.com
bahamamamas-stjohns.com
ly2818.com
905onthebay.com
fonemenu.com
notanothermovie.com
ukrainehighclassescort.com
meincmagazine.com
av-5858.com
yallerdawg.com
donkeythemovie.com
corporatehospitalitygroup.com
boboyy88.com
miteinander-lernen.com
dannayconsulting.com
officialtomsshoesoutletstore.com
forsale-amoxil-amoxicillin.net
generictadalafil-canada.net
guitarlessonseastlondon.com
lesliesrestaurants.com
mattyno9.com
nri-homeloans.com
rtgvisas-qatar.com
salbutamolventolinonline.net
sportsinjuries.info
topsedu.xyz
xmxm7.com
x332.xyz
sportstrainingblog.com
autopartspares.com
readguy.net
soniasegreto.com
bobbygdavis.com
wedsna.com
rgkntk.com
bkkmarketplace.com
zxqcwx.com
breakupprogram.com
boxcardc.com
unblockyoutubeindonesia.com
fabulousbookmark.com
beat-the.com
guatemala-sailfishing-vacations-charters.com
magie-marketing.com
kingstonliteracy.com
guitaraffinity.com
eurelookinggoodapparel.com
howtolosecheekfat.net
marioncma.org
oliviadavismusic.com
shantelcampbellrealestate.com
shopleborn13.com
topindiafree.com
v-visitors.net
qazwsxedcokmijn.com
parabis.net
terriesandelin.com
luxuryhomme.com
studyexpanse.com
ronoom.com
djjky.com
053hh.com
originbluei.com
baucishotel.com
33kkn.com
intrinsiqresearch.com
mariaescort-kiev.com
mymaguk.com
sponsored4u.com
crimsonclass.com
bataillenavale.com
searchtile.com
ze-stribrnych-struh.com
zenithalhype.com
modalpkv.com
bouisset-lafforgue.com
useupload.com
37r.net
autoankauf-muenster.com
bantinbongda.net
bilgius.com
brabustermagazine.com
indigrow.org
miicrosofts.net
mysmiletravel.com
selinasims.com
spellcubesapp.com
usa-faction.com
snn01.com
hope-kelley.com
bancodeprofissionais.com
zjccp99.com
liturgycreator.com
weedsmj.com
majorelenco.com
colcollect.com
androidnews-jp.com
hypoallergenicdogsnames.com
dailyupdatez.com
foodphotographyreviews.com
cricutcom-setup.com
chprowebdesign.com
katyrealty-kanepa.com
tasramar.com
bilgipinari.org
four-am.com
indiarepublicday.com
inquick-enbooks.com
iracmpi.com
kakaschoenen.com
lsm99flash.com
nana1255.com
ngen-niagara.com
technwzs.com
virtualonlinecasino1345.com
wallpapertop.net
nova-click.com
abeautifulcrazylife.com
diggmobile.com
denochemexicana.com
eventhalfkg.com
medcon-taiwan.com
life-himawari.com
myriamshomes.com
nightmarevue.com
allstarsru.com
bestofthebuckeyestate.com
bestofthefirststate.com
bestwireless7.com
declarationintermittent.com
findhereall.com
jingyou888.com
lsm99deal.com
lsm99galaxy.com
moozatech.com
nuagh.com
patliyo.com
philomenamagikz.net
rckouba.net
saturnunipessoallda.com
tallahasseefrolics.com
thematurehardcore.net
totalenvironment-inthatquietearth.com
velislavakaymakanova.com
vermontenergetic.com
sizam-design.com
kakakpintar.com
begorgeouslady.com
1800birks4u.com
2wheelstogo.com
6strip4you.com
bigdata-world.net
emailandco.net
gacapal.com
jharpost.com
krishnaastro.com
lsm99credit.com
mascalzonicampani.com
sitemapxml.org
thecityslums.net
topagh.com
flairnetwebdesign.com
bangkaeair.com
beneventocoupon.com
noternet.org
oqtive.com
smilebrightrx.com
decollage-etiquette.com
1millionbestdownloads.com
7658.info
bidbass.com
devlopworldtech.com
digitalmarketingrajkot.com
fluginfo.net
naqlafshk.com
passion-decouverte.com
playsirius.com
spacceleratorintl.com
stikyballs.com
top10way.com
yokidsyogurt.com
zszyhl.com
16firthcrescent.com
abogadolaboralistamd.com
apk2wap.com
aromacremeria.com
banparacard.com
bosmanraws.com
businessproviderblog.com
caltonosa.com
calvaryrevivalchurch.org
chastenedsoulwithabrokenheart.com
cheminotsgardcevennes.com
cooksspot.com
cqxzpt.com
deesywig.com
deltacartoonmaps.com
despixelsetdeshommes.com
duocoracaobrasileiro.com
fareshopbd.com
goodpainspills.com
kobisitecdn.com
makaigoods.com
mgs1454.com
piccadillyresidences.com
radiolaondafresca.com
rubendorf.com
searchengineimprov.com
sellmyhrvahome.com
shugahouseessentials.com
sonihullquad.com
subtractkilos.com
valeriekelmansky.com
vipasdigitalmarketing.com
voolivrerj.com
zeelonggroup.com
1015southrockhill.com
10x10b.com
111-online-casinos.com
191cb.com
3665arpentunitd.com
aitesonics.com
bag-shokunin.com
brightotech.com
communication-digitale-services.com
covoakland.org
dariaprimapack.com
freefortniteaccountss.com
gatebizglobal.com
global1entertainmentnews.com
greatytene.com
hiroshiwakita.com
iktodaypk.com
jahatsakong.com
meadowbrookgolfgroup.com
newsbharati.net
platinumstudiosdesign.com
slotxogamesplay.com
strikestaruk.com
trucosdefortnite.com
ufabetrune.com
weddedtowhitmore.com
12940brycecanyonunitb.com
1311dietrichoaks.com
2monarchtraceunit303.com
601legendhill.com
850elaine.com
adieusolasomade.com
andora-ke.com
bestslotxogames.com
cannagomcallen.com
endlesslyhot.com
iestpjva.com
ouqprint.com
pwmaplefest.com
qtylmr.com
rb88betting.com
buscadogues.com
1007macfm.com
born-wild.com
growthinvests.com
promocode-casino.com
proyectogalgoargentina.com
wbthompson-art.com
whitemountainwheels.com
7thavehvl.com
developmethis.com
funkydogbowties.com
travelodgegrandjunction.com
gao-town.com
globalmarketsuite.com
blogshippo.com
hdbka.com
proboards67.com
outletonline-michaelkors.com
kalkis-research.com
thuthuatit.net
buckcash.com
hollistercanada.com
docterror.com
asadart.com
vmayke.org
erwincomputers.com
dirimart.org
okkii.com
loteriasdecehegin.com
mountanalog.com
healingtaobritain.com
ttxmonitor.com
bamthemes.com
nwordpress.com
11bolabonanza.com
avgo.top