La fractura iberoamericana amenaza el ¨¦xito de la cumbre de Veracruz
La ausencia de Brasil, Argentina, Venezuela y Bolivia en Veracruz ahonda la divisi¨®n
Los 22 pa¨ªses iberoamericanos forman una familia unida por lazos hist¨®ricos, ling¨¹¨ªsticos, culturales y sentimentales, pero no necesariamente bien avenida. M¨¦xico y Espa?a se han esforzado por reagrupar en Veracruz a todos los parientes, por encima de rivalidades y rencillas, ante el relanzamiento de esta comunidad, nacida en Guadalajara (M¨¦xico) en 1991. El reciente viaje del ministro de Exteriores espa?ol, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, a Cuba (el primero de un ministro de Mariano Rajoy), demostr¨® la voluntad de reconstruir puentes, aparcando profundas diferencias pol¨ªticas. Tambi¨¦n el prop¨®sito de la nueva secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, de centrarse en ¨¢reas como la educaci¨®n o la innovaci¨®n, alejadas de la confrontaci¨®n ideol¨®gica.
Pero la profunda divisi¨®n de Am¨¦rica Latina, ante la necesidad de enfrentarse al agotamiento del crecimiento econ¨®mico basado en el alto precio de las materias primas, amenaza con dejar fuera de la refundada familia a una parte significativa de ella. Las ausencias de las presidentas de Brasil y Argentina, Dilma Rousseff y Cristina Fern¨¢ndez, as¨ª como, salvo sorpresa de ¨²ltima hora, del venezolano Nicol¨¢s Maduro, el boliviano Evo Morales o el nicarag¨¹ense Daniel Ortega, muestran que en Veracruz ¡ªm¨¢s all¨¢ del ¨¦xito num¨¦rico¡ª no est¨¢n todos los que son. ?nicamente la asistencia del cubano Ra¨²l Castro en la ¨²ltima jornada de la cumbre, cada vez m¨¢s improbable, romper¨ªa la imagen de que una parte de la izquierda iberoamericana, la m¨¢s al¨¦rgica a las f¨®rmulas de la liberalizaci¨®n y el libre comercio, le da la espalda.
Los motivos no son los mismos en todos los casos. Brasil nunca ha tenido demasiado inter¨¦s en una organizaci¨®n en la que M¨¦xico, la otra gran potencia regional, es protagonista, y prefiere centrarse en Unasur, donde ejerce el liderazgo indiscutible. Solo el empe?o personal del rey Juan Carlos logr¨® que Rousseff asistiera a la cumbre de C¨¢diz en 2012. Maduro, que retir¨® a su embajador de Madrid despu¨¦s de que Rajoy recibiera a la esposa del l¨ªder opositor encarcelado Leopoldo L¨®pez, intenta mantener su ascendencia sobre los socios del ALBA (Alianza Bolivariana), aunque cada vez m¨¢s menguada tras la desaparici¨®n de Ch¨¢vez y las crecientes dificultades para mantener la alimentaci¨®n intravenosa a Gobiernos afines en forma de petr¨®leo subvencionado. Solo la presencia de representantes de la izquierda menos dogm¨¢tica, como el uruguayo Jos¨¦ Mujica, que se despide en esta cumbre, la chilena Michelle Bachelet, el salvadore?o Salvador S¨¢nchez Cer¨¦n o el ecuatoriano Rafael Correa impide que el paisaje de Veracruz sea monocolor.
Las cumbres de jefes de Estado y Gobierno, que llegan a su 24? edici¨®n y pasar¨¢n a ser bienales, ha cedido protagonismo en favor de foros de la sociedad civil, como el encuentro empresarial, en el que han participado m¨¢s de 200 compa?¨ªas, o el Foro de la Comunicaci¨®n, en el que han debatido los nuevos retos de la econom¨ªa digital los m¨¢ximos responsables de los principales grupos del mundo en espa?ol, como Univisi¨®n, Televisa o PRISA. Pero tampoco parece f¨¢cil que los mandatarios de Cuba o Venezuela est¨¦n dispuestos a debatir sobre la libertad de prensa.
El presidente del Gobierno espa?ol, Mariano Rajoy, ha aprovechado los proleg¨®menos de la cumbre para alardear de la recuperaci¨®n econ¨®mica de Espa?a, y para defender su receta: reformas estructurales, aunque resulten dolorosas, para ganar competitividad. Es una m¨²sica que suena bien a los o¨ªdos de su anfitri¨®n, el mexicano Enrique Pe?a Nieto, embarcado en un programa de reformas estructurales. Pero ni uno ni otro pueden presentar a¨²n resultados para la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. Am¨¦rica Latina camina por sendas divergentes y la familia iberoamericana, reunida en Veracruz, se resiente.
Siete mandatarios ausentes en la cumbre de Veracruz
Quince de 22. Lejos del pleno, al que aspiraba, la Cumbre Iberoamericana de Veracruz ha conseguido m¨¢s afluencia que las de Paraguay (2011) y Panam¨¢ (2013), a las que faltaron la mitad de los invitados, pero menos de C¨¢diz (2012), donde solo fallaron los mandatarios de Argentina, Uruguay, Cuba y Venezuela.
A las ausencias ya anunciadas de Dilma Rousseff (Brasil) y Cristina Fern¨¢ndez (Argentina), se sumaron las de Nicol¨¢s Maduro (Venezuela), Daniel Ortega (Nicaragua) y Evo Morales (Bolivia), quien el domingo atribuy¨® la organizaci¨®n de estas cumbres a ¡°los monarcas de Espa?a, para sus propios intereses¡±. El presidente salvadore?o, Salvador S¨¢nchez Cer¨¦n, que hab¨ªa llegado a Veracruz, tuvo que ausentarse por motivos de salud; mientras que ayer a¨²n no se descartaba, aunque parec¨ªa cada vez m¨¢s improbable, la presencia en la ¨²ltima jornada del l¨ªder cubano, Ra¨²l Castro.
El hecho de que un pa¨ªs del peso de M¨¦xico se encargase de organizar la cumbre parec¨ªa una garant¨ªa de ¨¦xito, despu¨¦s de que en los ¨²ltimos a?os muchos socios latinoamericanos hubieran dado muestras de escaso inter¨¦s por la comunidad que comparten con Espa?a y Portugal. Tambi¨¦n la renovaci¨®n en la Secretar¨ªa General Iberoamericana, donde el veterano Enrique Iglesias ha sido sustituido por la costarricense Rebeca Grynspan, permit¨ªa confiar en una relanzamiento de la comunidad. El resultado final se ha quedado a medias, no tanto por el n¨²mero de ausencias sino por el peso de algunas de ellas, como Brasil y Argentina.
M¨¢s all¨¢ de los debates, la cumbre ha servido de escenario para numerosos encuentros bilaterales. El Rey se ha entrevistado con el presidente peruano Ollanta Humala, mientras que el presidente Mariano Rajoy lo ha hecho con los presidentes de Paraguay (Horacio Cort¨¦s) y Guatemala (Otto P¨¦rez Molina).
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