Duelo en la cumbre
De tanta reuni¨®n y tanta sigla en Am¨¦rica Latina debiera salir una selecci¨®n de las que fueran eficaces
?La inauguraci¨®n de un fara¨®nico palacio en Quito fue motivo la pasada semana de una cumbre de Unasur, la organizaci¨®n que integran 12 Estados de Sudam¨¦rica. Y apenas hab¨ªan concluido las celebraciones cuando los jefes de Estado que quisieran y pudieran ten¨ªan que personarse el lunes en Veracruz para asistir a la cita de naciones iberoamericanas que patrocina Espa?a. Esa es la mejor demostraci¨®n del abarrotamiento de cumbres con que tiene que pechar Am¨¦rica Latina. Y como la naturaleza tiene tanto horror a las apreturas como al vac¨ªo, de tanta reuni¨®n y tantas siglas parece que debiera salir una selecci¨®n de las que sean funcionalmente eficaces, dejando a las dem¨¢s para vestir santos, como meros foros de parloteo.
El problema consiste en que los temas sustantivos son relativamente pocos y repetitivos: seguridad, educaci¨®n, libre circulaci¨®n de bienes y personas, creaci¨®n de una supranacionalidad latinoamericana, mediaci¨®n de conflictos y la gran idea-madre, la integraci¨®n del continente. As¨ª es como se produce una superposici¨®n de cumbres y su derivado, una rebati?a para hacerse con los objetivos de mayor proyecci¨®n, con una delimitaci¨®n de territorio y n¨®mina que resulta inevitablemente confusa porque ¡ªal igual que las matrioskas rusas¡ª pueden englobar f¨ªsicamente unas a otras, como es el caso de la propia Unasur, varios de cuyos miembros son parte de la Alianza del Pac¨ªfico, y de Mercosur, creaciones las dos de talante m¨¢s econ¨®mico. Una eventual demostraci¨®n de coincidencias podr¨ªa hallarse en el reciente nombramiento del expresidente colombiano Ernesto Samper como secretario de Unasur, que tambi¨¦n son¨® como posible sucesor de Enrique Iglesias en la organizaci¨®n iberoamericana, y que si hubiera ocupado este ¨²ltimo puesto en lugar de la costarricense Rebeca Grynspan, podr¨ªa estar hoy haciendo propuestas no muy diferentes de las que se han discutido en la agrupaci¨®n sudamericana.
Ante un patio tan abrupto, ambas organizaciones tienen en com¨²n voluntad de refundaci¨®n. La desaparici¨®n del expresidente argentino N¨¦stor Kirchner, que fue el primer secretario general de Unasur, y del l¨ªder bolivariano Hugo Ch¨¢vez, han hecho que la organizaci¨®n perdiera peso simb¨®lico, y hoy necesita pensar y ejecutar un programa que la justifique, para lo que un hiperactivo Samper maneja ya propuestas de inter¨¦s, como la creaci¨®n de un pasaporte para la circulaci¨®n entre pa¨ªses miembros. Y de la eventual perpetuaci¨®n de las cumbres iberoamericanas habr¨¢ de responder tanto o m¨¢s que Espa?a, el mundo de lengua espa?ola y portuguesa, y muy se?aladamente M¨¦xico, con la cumbre de Veracruz, y Colombia, donde se celebrar¨¢ la reuni¨®n de 2016, pero ya con car¨¢cter bienal. La idea motriz de la cita mexicana ha sido Educaci¨®n, Innovaci¨®n y Cultura, apostando al grado menor posible de interferencia con otras concentraciones.
Pero, tambi¨¦n en ambos casos, menudean las dificultades. Para llevar adelante su plan de instalar un Erasmus iberoamericano, proyecto estrella de Grynspan, har¨¢ falta una burocracia que d¨¦ seguimiento al trabajo de los pa¨ªses miembros; y en el caso de Unasur las suspicacias son a¨²n m¨¢s significativas, como prueba el derecho de veto a cualquier propuesta de los integrantes, contra lo que se alza el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, pidiendo que las decisiones se tomen por mayor¨ªa.
La integraci¨®n de Am¨¦rica Latina parece todav¨ªa un horizonte lejano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.