El secreto protege a los pa¨ªses implicados
El informe elude citar las c¨¢rceles clandestinas en Afganist¨¢n, Polonia o Rumania
El informe del Senado sobre el programa de interrogatorio y detenci¨®n de la CIA no detalla los pa¨ªses que acogieron centros de tortura. La CIA empez¨® a pensar en oto?o de 2001, tras los atentados del 11-S, en instalar prisiones secretas en el extranjero, que operaron entre 2002 y 2006. Por exigencia de la agencia, el documento difundido ayer simplemente los detalla con la palabra pa¨ªs ¡ªque aparece en 291 ocasiones¡ª y los clasifica con ocho colores. Sin embargo, las descripciones de algunos de estos pa¨ªses y de los episodios que tuvieron lugar all¨ª permiten deducir cu¨¢les son.
Seg¨²n un an¨¢lisis del documento que hace el diario The Washington Post, hab¨ªa nueve centros secretos: cuatro en Afganist¨¢n y el resto en la base naval de EE UU en Guant¨¢namo (Cuba), en Polonia, Rumania, Lituania y Tailandia. El informe tampoco facilita los nombres de los centros. El mencionado con mayor frecuencia (en 166 ocasiones) es el denominado Cobalt, que lleg¨® a albergar ¡°m¨¢s de la mitad¡± de los 119 detenidos identificados en el documento. Esa c¨¢rcel inici¨® sus operaciones en septiembre de 2002. Seg¨²n la publicaci¨®n The Daily Beast, a partir del an¨¢lisis de los detalles descritos se llega a la conclusi¨®n de que trata del centro conocido como Salt Pit en Afganist¨¢n.
Como anticipo del malestar que pod¨ªa generar en algunos pa¨ªses la difusi¨®n del informe, el presidente, Barack Obama, y la primera ministra polaca, Ewa Kopacz, hablaron por tel¨¦fono el lunes. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos conden¨® en julio al Gobierno polaco a indemnizar a dos presuntos terroristas que estuvieron confinados en uno de esos centros secretos.
El informe del Senado detalla la indignaci¨®n que caus¨® en algunos pa¨ªses la difusi¨®n de sus actividades y la opacidad con la que operaba dentro y fuera de EE UU. ¡°La CIA exig¨ªa secretismo y cooperaci¨®n a las naciones para cooperar en los centros clandestinos¡±, se?ala. El documento sostiene que la CIA ¡°no inform¨® a dos secretarios de Estado¡± sobre las ubicaciones de las prisiones secretas y que pidi¨® a los embajadores que no hablaran del programa con funcionarios del Departamento de Estado, pese a las implicaciones diplom¨¢ticas de la colaboraci¨®n y el hecho de que ¡°los l¨ªderes pol¨ªticos de los pa¨ªses de acogida eran generalmente informados¡±.
El informe menciona nueve centros secretos de la CIA: cuatro en Afganist¨¢n y el resto en la base naval de Guant¨¢namo (Cuba), en Polonia, Rumania, Lituania y Tailandia
¡°Desde el principio del programa, la CIA afront¨® desaf¨ªos significativos en la b¨²squeda de naciones dispuestas a acoger sitios clandestinos de detenci¨®n¡±, revela. Con la excepci¨®n de un pa¨ªs sin detallar, ¡°la CIA fue forzada a recolocar a los detenidos fuera de cada uno de los pa¨ªses en los que hab¨ªa centro de detenci¨®n por la presi¨®n del gobierno de acogida o revelaciones p¨²blicas del programa¡±. El documento asegura que uno de los factores que llev¨® al fin del programa en 2006 fue la ¡°reducci¨®n de la cooperaci¨®n¡± de naciones.
El documento no entra en detalles sobre c¨®mo eran transportados los detenidos ni d¨®nde hac¨ªan escala. Seg¨²n una investigaci¨®n judicial, en enero de 2004, 13 agentes secretos de la CIA hicieron escala en Palma de Mallorca en un avi¨®n civil en el que permaneci¨® secuestrado Jaled el Masri, un alem¨¢n de origen liban¨¦s, que posteriormente fue traslado a una c¨¢rcel de Kabul donde fue torturado.
El pasado septiembre, el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno decidi¨® archivar el caso del vuelo de la CIA que recal¨® en Palma de Mallorca alegando la imposibilidad de lograr ¡°la identificaci¨®n real de los miembros de la tripulaci¨®n¡±.
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