El Capit¨¢n Euro contra el villano euroesc¨¦ptico
Un centro de estudios londinense crea un superh¨¦roe para combatir las crecientes amenzas al proyecto europeo
El villano est¨¢ dentro y campa a sus anchas. El mal¨¦fico euroescepticismo se ha introducido en los parlamentos nacionales y hasta se ha hecho fuerte en el de Estrasburgo. Nacionalismos, xenofobia, populismo¡ todo aquello contra lo que naci¨® la Uni¨®n Europea vuelve a escena con fuerza. Castigado por la crisis de la uni¨®n monetaria, amenazado su principio de libre circulaci¨®n de personas, desafiado por la promesa de un refer¨¦ndum sobre la separaci¨®n de Reino Unido, el proyecto europeo parece pedir a gritos la ayuda de un superh¨¦roe. No teman: aqu¨ª est¨¢.
Que tiemblen Nigel Farage y Marine Le Pen. Llega el Capit¨¢n Euro. Embutido su musculado cuerpo en un uniforme azul y blanco, al m¨¢s puro estilo de los h¨¦roes de la Marvel, el Capit¨¢n Euro posee un solo superpoder: la persuasi¨®n. Y, como su compa?ero de profesi¨®n Batman, tiene detr¨¢s una especie de instituci¨®n fil¨¢ntropa. Un think tank, en la terminolog¨ªa del siglo XXI. ¡°Consideramos que la UE es un bien global¡±, explica Nicol¨¢s de Santis, madrile?o de 48 a?os, apasionado europe¨ªsta, presidente del think tank londinense Gold Mercury y verdadero padre del Capit¨¢n Euro. ¡°La paz, la solidaridad, la sostenibilidad¡ los valores que promueve son buenos para el mundo. Pero creemos que es un proyecto dif¨ªcil de entender. Hay un problema de marca¡±. Y ah¨ª es donde entra este prestigioso centro de estudios y consultor¨ªa, fundado en 1961 por el productor de cine italiano Eduardo de Santis, padre de Nicol¨¢s, que ¡°trabaja con gobiernos y corporaciones para navegar por la complejidad global y construir los modelos de negocio y marcas del futuro¡±.
Esta no es la primera misi¨®n del Capit¨¢n Euro. En la era pre-Mastricht, a principios de los a?os 90, Gold Mercury realiz¨® un trabajo de consultor¨ªa para el Parlamento Europeo. Estudiaron su identidad y su imagen para concluir, b¨¢sicamente, que no la ten¨ªa. ¡°Hab¨ªa una uni¨®n de pa¨ªses, un mercado ¨²nico, instituciones comunes y hasta iba a haber una misma moneda, pero era dif¨ªcil de entender¡±, explica De Santis. ¡°El ciudadano percib¨ªa que hab¨ªa un proyecto de uni¨®n, pero no lo comprend¨ªa en toda su complejidad, como comprende, en mayor o menor medida, el funcionamiento de un pa¨ªs. O a veces lo entend¨ªa, pero no lo amaba. Les dijimos que deb¨ªan trabajar la imagen de marca, pero no nos hicieron caso. Entonces creamos por nuestra cuenta el Capit¨¢n Euro, como una mascota para lanzar la moneda ¨²nica¡±.
Han pasado casi 20 a?os de aquella primera misi¨®n autofinanciada, que tuvo un considerable impacto en t¨¦rminos de m¨¢rketing. Ahora la UE tiene 28 miembros, no 12. ¡°Y seguimos con el mismo problema pero aumentado¡±, opina De Santis. ¡°La UE sigue sin poder gestionar su marca¡±.
As¨ª que decidieron gestionarla ellos y crearon la marca Europa. ¡°Somos el departamento de m¨¢rketing no oficial de la Uni¨®n Europea¡±, bromea De Santis. ¡°No nos pagan por ello pero estamos haciendo su trabajo¡±. El proyecto se financia con aportaciones desinteresadas de gente como el inversor estadounidense Todd Ruppert, cuyo padre luch¨® en Europa en la Segunda Guerra Mundial. ¡°Nos da mucha libertad no tener cliente¡±, explica De Santis. ¡°No trabajamos para la Comisi¨®n, nos podemos meter con quien queramos. Antes el Capit¨¢n Euro era m¨¢s neutral. Ahora podemos entrar m¨¢s en temas pol¨ªticos¡±.
El Capit¨¢n Euro es en realidad Adam Andros, un ex periodista de investigaci¨®n que, cubriendo los conflictos de la antigua Yugoslavia, descubri¨® la necesidad de una Europa fuerte y unida. Desde entonces, junto a la bella Europa y el lobo Lupo, combate a su archienemigo el malvado D. Vider, que solo quiere dividir la UE. Por sus aventuras -que pueden leerse en su web en ingl¨¦s, y ya est¨¢n traducidas al italiano, alem¨¢n, croata y, ahora, al espa?ol- desfilan personajes reales, como un Vlad¨ªmir Putin a pecho descubierto, el matrimonio Obama al tel¨¦fono desde el despacho oval de la Casa Blanca, Angela Merkel, Jean-Claude Juncker o David Cameron. ¡°La gente nos dice que estamos locos¡±, admite De Santis. ¡°Nos preguntan por qu¨¦ lo hacemos, pero la respuesta es muy sencilla. Como think tank de marca y visi¨®n estrat¨¦gica, creemos que, si no se gestiona bien esta marca, podemos ir hacia una ruptura. Y eso ser¨ªa terrible¡±.
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