Solo la verdad no es suficiente
Sin sancionar a los que violan los derechos humanos continuaremos leyendo informes que nos abren el infierno
Neaira y el ni?o dentro de su vientre murieron en el acto. Corr¨ªa el a?o 458 A.C. y durante las fiestas dionis¨ªacas, Neaira presenciaba el estreno de Las Eumenides, la tercer obra en la trilog¨ªa de Esquilo, La Oresteia. Las Eumenides o Ereinas, diosas de la venganza, encargadas de impartir una justicia brutal, eran temidas hasta por los dioses del Olimpo, ya que vengaban los cr¨ªmenes sometiendo a sus autores a torturas infinitas. Con serpientes en la cabeza, alas de murci¨¦lago, l¨¢tigo, antorcha y l¨¢grimas de sangre, es comprensible que el coraz¨®n de Neaira no haya resistido. Pero a juzgar por algunos hechos recientes, ante la ausencia de justicia, lamentablemente las Ereinas pueden continuar asustando.
Esta semana hubo dos hechos que tuvieron un impacto destacado en las Am¨¦ricas y el mundo. Brasil y EEUU hicieron p¨²blicas las terribles atrocidades cometidas por militares y civiles. Como tantas otras veces, ambos informes nos llevan a un viaje por las entra?as del infierno que es capaz de crear el ser humano, y que no deja de sacudir nuestra capacidad de asombro. El Informe sobre las torturas cometidas por funcionarios del gobierno de los Estados Unidos luego del 11 de septiembre de 2001, muestra s¨®lo una peque?a parte del total de las violaciones, pero es suficiente para evidenciar el alcance de las atrocidades. Las torturas, c¨ªnicamente denominadas ¡°t¨¦cnicas de interrogaci¨®n mejoradas¡±, como pretendiendo enga?ar al mundo cambiando el nombre para que no exista el delito, incluyeron el submarino (asfixia) en sus distintas formas, la introducci¨®n de alimentos v¨ªa rectal, abusos sexuales, golpes, privaci¨®n del sue?o y ruleta rusa, entre otros.
En el caso de Brasil, la Comisi¨®n de la Verdad creada en 2011 por la presidenta Dilma Rouseff, acaba de publicar su Informe, donde hace p¨²blicas las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura militar entre 1964 y 1985. Seg¨²n el Informe, hubieron 434 muertes o desapariciones y se detallan las golpizas, descargas el¨¦ctricas, violaciones y mutilaciones llevadas a cabo por militares y civiles en cientos de centros clandestinos de detenci¨®n.
Las palabras que describen los actos de tortura nunca reflejan la atrocidad del hecho, s¨®lo nos permiten acercarnos brevemente a ese infierno. Ambos informes son el primer paso de un camino que, seguramente, har¨¢ p¨²blico un sinn¨²mero de nuevos hechos y generar¨¢ consecuencias durante las pr¨®ximas d¨¦cadas. Pero hay dos aspectos que ya es posible destacar: el enorme poder de los estamentos militares y de inteligencia, y la falta de justicia.
Si bien para las v¨ªctimas es indiferente de d¨®nde sale la mano que asesina o tortura, o el cuerpo que la viola, en el caso brasile?o las violaciones ocurrieron en un gobierno de facto que acumul¨® el poder absoluto durante 21 a?os, y por lo tanto, al igual que en el resto de los pa¨ªses del Cono Sur, la sociedad no ten¨ªa mecanismos para evitar la barbarie asesina. Sin embargo, en el caso de Estados Unidos ocurrieron durante una democracia, donde supuestamente la divisi¨®n de poderes, la independencia del poder judicial y la funci¨®n de control del Congreso deber¨ªan haber evitado semejantes atrocidades. Lamentablemente, en Estados Unidos, como en la gran mayor¨ªa de las democracias del mundo, el poder militar y de Inteligencia en muchas ocasiones contin¨²a teniendo un poder desmesurado y carente de un control civil eficiente.
Las palabras que describen los actos de tortura nunca reflejan la atrocidad del hecho
En Am¨¦rica Latina, en muchos pa¨ªses el poder militar ha logrado evitar que los vientos de la democracia desacomoden sus gorras y medallas. Argentina es un ejemplo de ese poder dif¨ªcil de domesticar. Gracias a Alfons¨ªn y N¨¦stor Kirchner, los militares argentinos eran la rara excepci¨®n latinoamericana a ese poder sin control. Pero lamentablemente el Gobierno de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner est¨¢ revirtiendo ese gran triunfo de la democracia, al haber nombrado al mando del Ej¨¦rcito a un General acusado de desapariciones forzadas durante la dictadura. Los informes y las Comisiones de la Verdad son una gran herramienta de la denominada Justicia Transicional. La verdad es un derecho que tenemos todos y que nos permite avanzar como sociedad, y es fundamental para que las v¨ªctimas y sus familiares encuentren un poco de paz, luego de una pesadilla infinita. Pero s¨®lo la verdad, no es suficiente. La verdad sin justicia es tierra f¨¦rtil para la venganza y la repetici¨®n de las violaciones.
Estos informes y las comisiones de la verdad pueden ser un primer paso en la b¨²squeda de justicia o, por el contrario, convertirse en el muro para evitar que la justicia avance. Cuando el poder militar que asesin¨®, tortur¨®, desapareci¨® y viol¨® se mantiene intacto, las comisiones de la verdad son muchas veces la excusa para evitar que se haga justicia. Controlar el poder militar y derribar el muro de la impunidad contin¨²a siendo uno de los desaf¨ªos principales para el Estado de Derecho.
A trav¨¦s de los informes de Brasil y Estados Unidos es posible identificar a los responsables de los delitos de lesa humanidad cometidos por los agentes del Estado de ambos pa¨ªses. Sin embargo, una ley de amnist¨ªa en Brasil aprobada por los militares antes de entregar el poder, no ha logrado ser derogada por ninguno de los presidentes democr¨¢ticos, incluyendo a la Presidenta Rouseff, ella misma v¨ªctima de torturas, y a pesar de una decisi¨®n de la Corte Interamericana que ordena su derogaci¨®n. En Estados Unidos, sin perjuicio de los llamados reiterados de la sociedad civil, son pocas las voces del poder pol¨ªtico que se alzan en reclamo de una investigacion judicial independiente y sanciones a los responsables.
Neaira muri¨® por el p¨¢nico a las diosas de la venganza. De haber resistido o llegado tarde al Teatro de Dionisio, habr¨ªa presenciado la escena en la que Esquilo sustituye a las diosas de la venganza por un Tribunal de Justicia, y hubiese sobrevivido al terror de las Eumenides. Al crear ese Tribunal, Esquilo reflejaba en su obra uno de los m¨¢s grandes avances de la democracia ateniense, que estaba dando los primeros pasos en la creaci¨®n de una justicia independiente y alejada de la venganza personal. Esta evoluci¨®n hacia un verdadero Estado de Derecho, 2500 a?os despu¨¦s, a¨²n nos escapa.
Si no se logra sancionar a los responsables de las graves violaciones a los derechos humanos continuaremos leyendo informes que nos abren la puerta del infierno.
Santiago Canton es director Ejecutivo del Centro Robert F. Kennedy para la Justicia y los Derechos Humanos y Profesor de Derecho de la Universidad de Georgetown. Twitter @SantiagoACanton
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Comisi¨®n Verdad Brasil
- Tortura
- Argentina
- PNUD
- Integridad personal
- Cr¨ªmenes contra humanidad
- Dictadura brasile?a
- Brasil
- Estados Unidos
- Derechos humanos
- Dictadura militar
- Latinoam¨¦rica
- Sudam¨¦rica
- Norteam¨¦rica
- Dictadura
- Gobierno Brasil
- Am¨¦rica
- Organizaciones internacionales
- Gobierno
- Delitos
- Relaciones exteriores
- Administraci¨®n Estado
- Justicia
- Administraci¨®n p¨²blica
- Sociedad
- Planeta Futuro