Los cubanos planean c¨®mo sacar beneficio del cambio
Pese embargo, se ha duplicado en los ¨²ltimos dos a?os el n¨²mero de estadounidenses que viajaron a al isla hasta llegar a 90.000
Lo que quiere Randel, lo que necesita, es hacer dinero en moneda fuerte y viajar en alg¨²n momento para traer mercanc¨ªas y hacer un poco m¨¢s. "Este es el mejor pa¨ªs del mundo, pero hay que tener un familiar en el extranjero o un negocio. Lo que da dinero, que es lo que est¨¢ haciendo todo el mundo, es montar un paladar [un restaurante privado], una casa de renta o comprar un carro, un Chevrolet. T¨² inviertes un dinero en ese negocio y, en seis o siete meses, lo recuperas y ganas un poco m¨¢s, guardando y gastando no m¨¢s que para comer". Pero el capitalismo, dice este chico cubano de 24 a?os ¨¢vido de emprendimiento, es un sistema que no le seduce.
Randel pertenece a una generaci¨®n para la cual los estudios gratuitos, que junto a la salud universal han sido orgullo de la revoluci¨®n, no son la llave que abre la puerta al futuro. Randel solo cumple uno, y a medias, de los dos requisitos que, en su opini¨®n, podr¨ªan asegurarle el porvenir que imagina. Su hermano mayor, que s¨ª fue a la universidad para hacerse cirujano, se fue a Caracas (Venezuela) en una misi¨®n m¨¦dica y nunca volvi¨®. "Pero se le hace muy dif¨ªcil mandar dinero y m¨¢s bien estamos preocupados de que le pase algo con la violencia que dicen que hay all¨¢".
Los m¨¦dicos son trabajadores estatales mejor remunerados: 1.600 pesos al mes (unos 60 d¨®lares)
En cambio, para Dar¨ªo, que naci¨® hace 51 a?os, la educaci¨®n cubana es el logro por el que todo ha valido la pena. La ¨²nica vez que intent¨® emigrar, estuvo seis meses en Rep¨²blica Dominicana y regres¨® espantado. "Ellos all¨¢ son analfabetos, pero no les falta nada, lo mismo que era Cuba en los a?os 50", afirma. El padre de Dar¨ªo apenas complet¨® el segundo grado de primaria y era propietario de una bodega, caballos, ganado y un cami¨®n grande. "Me acuerdo que yo jugaba sobre los sacos de arroz. ?l era analfabeto pero con dinero. Despu¨¦s la revoluci¨®n nos liber¨® del analfabetismo, porque cuando una persona es culta, es libre a la vez y no la enga?an".
De los profesionales que trabajan para el Estado, los m¨¦dicos son los mejor remunerados: ganan 1.600 pesos al mes (unos 60 d¨®lares, alrededor de 50 euros), gracias a un aumento del 50% aprobado este a?o por el Gobierno. "Esos 60 d¨®lares los hago yo en un d¨ªa, trabajando de taxista", dice Orlando, un exoficial de 35 a?os que abandon¨® los cuarteles y la carrera de leyes que le pagaba el Ej¨¦rcito cuando iba por el tercer a?o. "Pero eso es ahora. A lo mejor ma?ana cambia la cosa con todo lo que est¨¢ pasando, vamos a ver. Por eso siempre le he dicho a mis hijos que tienen que estudiar".
Ya sin capacidad de sostener por m¨¢s tiempo el rol del Estado como primer empleador, el presidente Ra¨²l Castro resolvi¨® legalizar el trabajo por cuenta propia o "cuentapropismo" en octubre de 2010, reserv¨¢ndose la potestad de determinar qu¨¦ tipo de actividades pueden desarrollar los ciudadanos y los impuestos que deben pagar por ello.
En los ¨²ltimos tres a?os, los trabajadores por cuenta propia se ha disparado de 157.000 a 442.000, seg¨²n las cifras oficiales. Muchos de ellos ejercen alguna actividad vinculada al turismo, uno de los sectores que los cubanos conf¨ªan en que se fortalezca con el restablecimiento de relaciones diplom¨¢ticas entre Washington y La Habana tras 53 a?os. Un anuncio sobre el cual Fidel Castro no ha opinado, ni de viva voz ni por escrito.
Aun a pesar de que en EE UU siguen vigentes las leyes del embargo contra Cuba aprobadas desde la d¨¦cada de 1960, las visitas legales de estadounidenses por intercambios culturales se han duplicado en los ¨²ltimos tres a?os. Entre 2012 y 2013, 90.000 estadounidenses viajaron a la isla. Y esos son los turistas que Martha espera alojar en la habitaci¨®n que fue de su hijo hasta que emigr¨® a Estados Unidos, y que ella alquila por d¨ªas o temporadas desde que el Gobierno lo permite. "El precio de la habitaci¨®n est¨¢ entre 30 y 25 CUC [pesos convertibles cubanos, equivalentes al d¨®lar], dependiendo de la persona. ?Quiere verla?". La habitaci¨®n, en La Habana Vieja, tiene dos camas, aire acondicionado y un cartelito de "no molestar". "El ba?o de la casa tiene agua caliente y queda para ti sola, porque mientras tanto no lo vamos a utilizar. El desayuno es opcional".
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