El hombre tras las marchas que agitan la xenofobia en Alemania
Lutz Bachmann, l¨ªder de la organizaci¨®n islam¨®foba Pegida, tiene un largo historial policial
Lutz Bachmann tiene 41 a?os, es due?o de una agencia de fotograf¨ªa y relaciones p¨²blicas y confiesa en su p¨¢gina de Facebook que ha sido condenado por la justicia alemana a tres a?os y medio de c¨¢rcel, aunque evita precisar qu¨¦ pecados cometi¨® (varios delitos, entre los que se incluye el robo con violencia). Y, algo raro en un personaje p¨²blico, Bachmann tampoco confiesa cu¨¢ndo tuvo la idea de fundar una agrupaci¨®n que tiene en vilo a la naci¨®n: el movimiento Patriotas Europeos contra la Islamizaci¨®n de Occidente (Pegida).
Hace 10 semanas, Bachmann invit¨® a la poblaci¨®n de Dresde a manifestarse contra la amenaza que ¨¦l considera que encierra para Alemania la llegada de refugiados musulmanes ¡ªque en Sajonia suponen un exiguo 0,1% de los habitantes¡ª. ¡°Pero no soy racista¡±, declar¨® al diario Bild, en una de las pocas entrevistas que ha concedido. ¡°No estamos contra el derecho de asilo. Nosotros combatimos a los refugiados econ¨®micos¡±, matiz¨®. Siguiendo esta l¨ªnea de razonamiento, Pegida ha ido virando de los ataques a los musulmanes a las cr¨ªticas contra los inmigrantes m¨¢s pobres.
A la primera cita acudieron 200 personas; el lunes pasado, m¨¢s de 17.000, seg¨²n la polic¨ªa, se reunieron frente a la ¨®pera de la ciudad para cantar villancicos, un gesto con el que advertir al mundo que la poblaci¨®n de Dresde defiende la fe cristiana.
La protesta semanal de Dresde ha hecho que el nombre de Bachmann comience a ser maldecido en silencio en los pasillos del mundo pol¨ªtico, donde se le ha tachado de peligro p¨²blico n¨²mero uno del pa¨ªs. La prensa lo ha etiquetado como un moderno flautista de Hamelin que lleva a su reba?o de seguidores hacia las peligrosas aguas del r¨ªo Elba, en una met¨¢fora del embaucador que se aprovecha de las almas c¨¢ndidas para arrastrarlas al vac¨ªo.
Lo que s¨ª es desde luego Bachmann es un hombre ajeno al establishment pol¨ªtico, un activista que calific¨® a Gregor Gysi, el carism¨¢tico l¨ªder del partido La Izquierda, como un ¡°cerdo de la Stasi¡±, a los Verdes como ¡°terroristas ecol¨®gicos¡± y al partido Socialdem¨®crata (SPD) como ¡°una tropa de criminales¡±.
Hasta hace 10 semanas nadie, excepto la polic¨ªa y los proxenetas del barrio rojo de Dresde, hab¨ªa o¨ªdo el nombre de Lutz Bachmann. Bachmann abandon¨® sus estudios de cocinero para dedicarse a asaltar clientes de las prostitutas. ?se es s¨®lo un detalle m¨¢s de su colorido expediente policial.
Huy¨® a Sud¨¢frica, donde se inscribi¨® en la Universidad de Ciudad del Cabo con un nombre falso para evitar la c¨¢rcel. Despu¨¦s de tres a?os, las autoridades descubrieron su verdadera identidad y lo expulsaron.Cumpli¨® su condena en Alemania, y al cabo de dos a?os fue excarcelado. Poco despu¨¦s fue detenido cuando intentaba vender coca¨ªna, lo que le cost¨® otra condena de dos a?os en libertad condicional. El expediente de Bachmann, tambi¨¦n incluye haber conducido sin licencia y en estado de ebriedad, robos y agresiones f¨ªsicas. ?Es el autodesignado ¡°salvador de Occidente¡± un simple delincuente com¨²n convertido en profeta iluminado? Lutz Bachmann parece ser algo m¨¢s. Seg¨²n informes de la inteligencia alemana, el flautista de Dresde es un hombre inteligente, y ambicioso pero que, por su forma de ser, siempre ha fracasado en alcanzar sus metas.
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