M¨¦xico se cans¨® de 2014
La matanza de Iguala y el atasco econ¨®mico quebraron el a?o de las reformas
El viernes 7 de noviembre el fiscal general de M¨¦xico, Jes¨²s Murillo Karam, dio una rueda de prensa en la que expuso los testimonios que se?alaban que 43 estudiantes hab¨ªan sido asesinados por una alianza narco-policial comandada por un alcalde. Al final de una larga ronda de preguntas, dijo: ¡°Ya me cans¨¦¡±. Esas tres palabras se interpretaron como un s¨ªmbolo de la dejaci¨®n institucional que ¡ªen calibres distintos, de la ineficiencia a la corrupci¨®n criminal¡ª afecta a M¨¦xico hasta extremos de resonancia mundial como el caso Iguala.
Y el a?o hab¨ªa empezado optimista.
En lo econ¨®mico arranc¨® con un horizonte prometedor para el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto. Las expectativas generadas por las reformas legislativas de 2013 dispararon las previsiones de crecimiento para 2014 hasta casi un 4%. Pero el paso de los meses mostr¨® que los cambios en tres de las grandes patas productivas ¨Cenerg¨¦tica, financiera y telecomunicaciones¨C son de recorrido largo y necesitan m¨¢s tiempo para probar sus efectos. El brillo de las reformas se fue oscureciendo y en el ¨²ltimo trimestre qued¨® del todo eclipsado por la abrupta ca¨ªda del precio de petr¨®leo y la fuerte depreciaci¨®n del peso frente al d¨®lar, un atasco econ¨®mico que sumado al caso Iguala conform¨® una tormenta pol¨ªtica perfecta a la que se a?adieron dos guindas dom¨¦sticas, servidas por sendas investigaciones period¨ªsticas: la esposa del presidente, Ang¨¦lica Rivera, y el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, adquirieron viviendas a un contratista cercano a la c¨²pula del Gobierno en un obvio conflicto de intereses. El pr¨®logo a estos tres meses negros fue, en septiembre, la revelaci¨®n period¨ªstica de la ejecuci¨®n extrajudicial de 22 supuestos narcos a manos del Ej¨¦rcito.
Pe?a Nieto entra en 2015, su tercer a?o de mandato, con una previsi¨®n de crecimiento anual mediocre ¡ªentre el 2,1% y el 2,6%¡ª y en medio de una significativa crisis de cr¨¦dito institucional que se plasm¨® en el lema de las masivas marchas ciudadanas por el asesinato de los estudiantes: ¡°Fue el Estado¡±. El presidente y su gabinete se enfrentan a un reto de solvencia pol¨ªtica para el que no se espera que puedan contar a¨²n con los anhelados efectos de la gran baza de su proyecto sexenal: tras 76 a?os de monopolio estatal, la industria petrolera se abre a la inversi¨®n privada. Los contratos se asignar¨¢n este a?o. El objetivo es atraer inversi¨®n y recuperar la producci¨®n de barriles que ha ido menguando m¨¢s de un 30% durante la ¨²ltima d¨¦cada. Sin embargo, el desplome del precio del crudo mexicano, debido a la exuberancia productiva de los pa¨ªses de la OPEP y de EE UU, puede reducir el apetito de los inversores. Es improbable que la econom¨ªa sea el flotador del presidente. M¨¢s probable es que su batalla de 2015, con la herida de Guerrero abierta y la del vecino Estado de Michoac¨¢n supurando otra vez, sea la de la seguridad, una paradoja para un Ejecutivo cuya estrategia de origen era que la agenda de crecimiento ocupase el primer plano y que el mundo de la narcoviolencia asomase s¨®lo cuando hubiese que dar cuenta de los logros de la pol¨ªtica anticrimen, como ocurri¨® con la ca¨ªda del principal capo del narco, Joaqu¨ªn El Chapo Guzm¨¢n.
El s¨¢bado 22 de febrero, M¨¦xico se despert¨® con la noticia de m¨¢s peso en la historia del tr¨¢fico de droga desde la muerte de Pablo Escobar: hab¨ªa ca¨ªdo El Chapo, el rey del cartel de Sinaloa. Una operaci¨®n de inteligencia de la Marina con apoyo de EE UU termin¨® con su leyenda, la de un hombre de escasa estatura, nacido en los cincuenta en un poblado pobre y remoto de la sierra, que prosper¨® por su pericia a la hora de cruzar droga al otro lado de la frontera; la de un capo de mano dura, el m¨¢s poderoso, respetado por el resto de narcos. Le llamaban El Chapo, El Jefe, Shorty. En su pueblo, La Tuna, le dec¨ªan ¡ªle siguen diciendo¡ª El Se?or. Hoy es un preso de una c¨¢rcel de m¨¢xima seguridad.
Entrada la primavera, M¨¦xico segu¨ªa un curso de aparente estabilidad. Hasta con momentos dichosos. El 2 de marzo Alfonso Cuar¨®n gan¨® el ¨®scar a la mejor direcci¨®n por Gravity. El 23 de abril, la escritora Elena Poniatowska recibi¨® en Espa?a el premio Cervantes. Una alegr¨ªa que restaba un poco las tres tristezas literarias del primer trimestre del a?o: el 14 de enero hab¨ªa muerto con 83 a?os el poeta argentino afincado en M¨¦xico D. F. Juan Gelman; el 26 de enero muri¨® a los 74 otro poeta, el mexicano Jos¨¦ Emilio Pacheco, un autor tan brillante y querido como humilde ¨Cde su obra, dec¨ªa: ¡°Pero si ni siquiera soy uno de los mejores de mi barrio. ?No ven que soy vecino de Juan Gelman?"¨C. Fueron dos muertes muy sensibles que precedieron a la muerte de todas las muertes de la literatura de Am¨¦rica Latina: el 17 de abril, en su residencia de la Ciudad de M¨¦xico, muri¨® Macondo. A los 87 a?os dej¨® de existir el creador de ese loco pueblo caribe?o imaginado en Cien a?os de soledad, el colombiano Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez.
Del personaje fundador de Macondo, Jos¨¦ Arcadio Buend¨ªa, se conoce que quiso convertir una lupa en una definitiva arma de guerra. En junio de 2014, un mexicano rubio al que le llaman El Piojo so?¨® con hacer campe¨®n del mundo de f¨²tbol a su pa¨ªs. M¨¦xico, que acostumbra a sufrir m¨¢s que a disfrutar con su selecci¨®n, pas¨® triunfal la primera fase del Mundial de Brasil. En una entrevista de radio, un locutor le dijo a Miguel Herrera que en una cr¨®nica de EL PA?S lo elogiaban por su labor en la competici¨®n. El seleccionador no reaccion¨® al halago. El periodista a?adi¨®, ante el silencio inc¨®modo, que el peri¨®dico lo destacaba por su frialdad a la hora de plantear los partidos, en contra del t¨®pico de que El Piojo era m¨¢s coraz¨®n que cabeza. "Yo siempre he sido un estratega", contest¨®. En octavos de final, su equipo lleg¨® al minuto 88 ganando 1-0 a la poderosa Holanda. Pero en cinco minutos encaj¨® dos goles tan repentinos como crueles y qued¨® eliminado. Algunos dicen que a Herrera le fall¨® la estrategia en los instantes decisivos. Pero nadie le quita lo que logr¨®: ilusionar a m¨¢s de cien millones de mexicanos con la posibilidad de que una lupa, aprovechando con ingenio los rayos de sol, pueda llegar a ser un arma de guerra.
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