Par¨ªs como revulsivo
Usemos este 11-S europeo como revulsivo de una Europa ensimismada que ha dejado de creer en sus posibilidades
La condena del ataque a las libertades sufrido en Par¨ªs, en el coraz¨®n de la Europa de la Ilustraci¨®n, no ha sido seguido por otra condena a los musulmanes que viven entre nosotros, solo el 4% de la poblaci¨®n europea, una cifra que destroza el argumento de la supuesta islamizaci¨®n del Viejo Continente. La sensata respuesta de la ciudadan¨ªa europea es la contraria a la buscada por los terroristas que perpetraron la matanza. Franceses de origen musulm¨¢n, educados en la escuela laica, buscaban la polarizaci¨®n, la respuesta de la ley del Tali¨®n. Y no lo han logrado. Un primer triunfo de la civilizaci¨®n sobre el oscurantismo tras un horrendo ataque contra nuestra com¨²n humanidad, que cobija por igual a musulmanes, jud¨ªos, cristianos, o ateos.
Destaca la reacci¨®n del alcalde, holand¨¦s de origen musulm¨¢n, de Rotterdam. ¡°Si no te gusta la libertad de la que disfrutamos aqu¨ª, haz la maleta y l¨¢rgate¡±. Nada m¨¢s. No responderemos con vuestras armas. Un tuit que ha circulado entre la poblaci¨®n musulmana en Europa reclama el antiguo principio de Voltaire: ¡°Soy Ahmed, el polic¨ªa muerto. Charlie ridiculizaba mi fe y mi cultura, y mor¨ª defendiendo su derecho a hacerlo¡±. Los criminales han logrado el efecto contrario: reafirmar la unidad nacional en Francia y en Alemania.
Tanto Hollande como Merkel han admitido que el islam forman parte de sus pa¨ªses y su cultura, herej¨ªa para el Frente Nacional (FN) y para los islam¨®fobos de Pegida. En la gran marcha de Par¨ªs hemos visto un nuevo patriotismo democr¨¢tico, republicano, inclusivo, frente al nacionalismo de exclusi¨®n del FN. En Berl¨ªn, el presidente del Consejo Central Musulm¨¢n garantiz¨® su compromiso incondicional con la sociedad abierta alemana. ?Cabe reconciliar el islam con la libertad de expresi¨®n?
El sentimiento de unidad y humanidad compartida decaer¨¢ pronto. Reflexionemos sobre las medidas excepcionales: policiales, de inteligencia, vigilancia m¨¢s intrusiva a¨²n en las comunicaciones, que Europa se propone adoptar en la lucha contra el yihadismo. Sin sobreactuar y solo con autorizaci¨®n judicial. Para ser capaces de mirarnos en el espejo. Ejercemos el derecho a la leg¨ªtima defensa. Usemos este 11-S europeo como revulsivo de una Europa ensimismada que ha dejado de creer en sus posibilidades, palanca para un renacimiento de la UE como basti¨®n de valores universales.
Los 1.600 millones de musulmanes no son culpables pero hay un problema de extremismo en el islam, que no es monol¨ªtico. Ni la libertad ni el pluralismo son valores exclusivamente europeos. Hace 20 a?os, Salman Rushdie le dec¨ªa a EL PA?S que lo que ocurr¨ªa ¡ªy ocurre a¨²n¡ª en los pa¨ªses isl¨¢micos es una confrontaci¨®n entre el fundamentalismo y la modernidad, una lucha por saber qui¨¦nes son los due?os de las palabras; la misma que tuvo lugar en Europa en el siglo XVIII. Tambi¨¦n entonces la libertad debi¨® establecerse en contra de los poderes religiosos. ?Puede reformarse el islam sin abrazar el laicismo?
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