¡®La Comunidad¡¯ de Buenos Aires
Millones de argentinos, jud¨ªos o no, aguardan el esclarecimiento del atentado de la AMIA
Una generaci¨®n de porte?os ha crecido con un elemento urbano que para el turista puede pasar inadvertido pero que para los vecinos de Buenos Aires tiene todo un significado: los pilotes. Cualquier vecino de la capital argentina aprende desde ni?o que varios pilotes unidos por una cadena en una acera son indicativo de que el edificio frente al que est¨¢n colocados pertenece a la comunidad jud¨ªa, sea una sinagoga, una asociaci¨®n, un colegio o un club. Se trata de una protecci¨®n m¨ªnima para evitar que un coche-bomba pueda pegarse a las paredes del edificio y multiplicar su fuerza letal, que es exactamente lo que sucedi¨® en dos ocasiones en los ¨²ltimos 24 a?os. Una en 1992 contra la Embajada de Israel, y otra contra la Asociaci¨®n Mutual Argentina (AMIA) en 1994.
En la primera ocasi¨®n, el atentado qued¨® enmarcado en la amenaza que se cierne desde su fundaci¨®n sobre Israel, pero en la segunda qued¨® claro que se trataba de un ataque directo contra una comunidad argentina que forma parte de alma colectiva porte?a y se suma a otras como los descendientes de espa?oles, italianos, armenios o libaneses por citar solo algunas. Unos 250.000 jud¨ªos viven en Buenos Aires, aunque esta cifra no es f¨¢cilmente contrastable, ya que no se trata de una adscripci¨®n religiosa ¡ªque lo es tambi¨¦n¡ª sino cultural, y como tal en muchos casos se ha mezclado con las dem¨¢s comunidades. Eso s¨ª, en Buenos Aires cuando alguien se refiere a ¡°la Comunidad¡± no habla ni de gallegos ni de tanos ni de turcos, sino de jud¨ªos.
Hoy en d¨ªa, Yom Kippur es fiesta laboral para los jud¨ªos y Hannuk¨¢ ¡ªque suele caer en torno a la Navidad cristiana¡ª se celebra en parques de la ciudad, siempre con una discreta vigilancia. Los templos y especialmente los colegios ¡ªmuchos tienen alumnos no jud¨ªos¡ª muestran medidas de protecci¨®n m¨¢s evidentes. Y aunque se producen casos de antisemitismo, nadie se cuestiona la presencia de jud¨ªos en la vida p¨²blica, ya sean empresarios, artistas o ministros en carteras clave del Gobierno. Es la econom¨ªa y no la seguridad lo que en los ¨²ltimos a?os ha empujado a jud¨ªos argentinos a emigrar a Israel.
Es precisamente esta pertenencia de lo jud¨ªo al ser argentino lo que hace dif¨ªcilmente comprensible para la comunidad jud¨ªa ¡ªy para millones de conciudadanos¡ª que, 20 a?os despu¨¦s, todav¨ªa no se haya esclarecido el atentado m¨¢s grave de la historia del pa¨ªs. Tras dos d¨¦cadas, la ¨²nica medida concreta son los pilotes.
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