Condenado en Guatemala el polic¨ªa que asalt¨® la Embajada de Espa?a
El jefe de comando policiaco que entr¨® en la sede diplom¨¢tica a sangre y fuego ha sido condenado tras 35 a?os del suceso
Tuvieron que transcurrir 35 a?os para que Pedro Garc¨ªa Arredondo, de 69 a?os, jefe del comando policiaco que entr¨® a sangre y fuego a la Embajada de Espa?a en Guatemala el 31 de enero de 1980 matando a 37 personas, fuera juzgado, encontrado culpable y sentenciado a 90 a?os de prisi¨®n. La Fiscal¨ªa hab¨ªa solicitado 1.240 a?os la semana anterior, al quedar el proceso listo para sentencia. Garc¨ªa Arredondo se declar¨® inocente.
El tribunal encontr¨® al acusado culpable de asesinato, asesinato en grado de tentativa y de delitos de lesa humanidad. Tambi¨¦n de la muerte de dos universitarios, acribillados durante el cortejo f¨²nebre de las v¨ªctimas del asalto a la sede diplom¨¢tica.
Entre 250 y 300 ind¨ªgenas, en su mayor¨ªa provenientes de Quich¨¦ y parientes de los campesinos inmolados en la Embajada, llegaron a la sede del Tribunal desde primeras horas de la ma?ana para poder entrar a la sala donde se anunciar¨ªa la condena, la que fue recibida con una mezcla de emoci¨®n, dolor y la satisfacci¨®n de que el culpable fuera condenado.
El 31 de enero de 1980, un grupo de campesinos de Quich¨¦ (norte), lleg¨® a la capital guatemalteca para denunciar los atropellos de que eran v¨ªctimas por parte del Ej¨¦rcito. Al no encontrar eco en los medios de comunicaci¨®n, que les cerraron las puertas, decidieron ocupar la sede diplom¨¢tica, sin m¨¢s prop¨®sito que encontrar una caja de resonancia para sus quejas. En la sede diplom¨¢tica, un grupo de juristas notables, entre ellos, el exvicepresidente Eduardo C¨¢ceres Lehnhoff, y el exministro de Exteriores, Adolfo Molina Orantes, se entrevistaban con el embajador M¨¢ximo Cajal y L¨®pez.
De los grandes represores de la ¨¦poca m¨¢s sanguinaria de la historia contempor¨¢nea de Guatemala, s¨®lo Pedro Garc¨ªa Arredondo sido juzgado
Nada m¨¢s trascender el hecho, la polic¨ªa recibi¨® ¨®rdenes de proceder al desalojo de los invasores, acci¨®n que ejecutaron con fiereza desoyendo las peticiones del Embajador, quien suplicaba a los comandos policiacos alejarse del recinto diplom¨¢tico. En una conversaci¨®n v¨ªa Internet un par de semanas antes de su muerte, Cajal y L¨®pez dijo a este periodista que la polic¨ªa lleg¨® con la consigna de ocupar la sede diplom¨¢tica y que desoyeron sus s¨²plicas de negociar una retirada pac¨ªfica de los ocupantes. ¡°No me dieron tiempo para nada. Llegar y empezar a romper las puertas con hachas fue todo uno¡±, dijo Cajal.
De acuerdo con el testimonio del periodista El¨ªas Barahona, un topo de la guerrilla que lleg¨® a jefe de prensa del ministro de Gobernaci¨®n (Interior), Donaldo ?lvarez, fue el presidente Romeo Lucas quien dio la orden de reprimir sin contemplaciones a los ocupantes. Seg¨²n otros testimonios escuchados en la sala, como el de Odette Arz¨², miembro de una de las familias m¨¢s influyentes de Guatemala, Garc¨ªa Arredondo dijo a los hombres bajo su mando: ¡°Que no salga nadie vivo¡±.
El saldo del asalto policiaco fue pavoroso. Murieron quemadas 37 personas, entre ellas los exfuncionarios guatemaltecos aludidos, el primer secretario de la Embajada, Jaime Ruiz del ?rbol, y Vicente Mench¨², padre de Rigoberta Mench¨², premio Nobel de la Paz 1992. Solo sobrevivieron el embajador Cajal y el campesino Gregorio Yuj¨¢. Este fue secuestrado del hospital donde ¨¦l y Cajal eran atendidos de las quemaduras sufridas, torturado salvajemente y su cad¨¢ver lanzado en el campus de la Universidad (nacional) de San Carlos.
El Gobierno de Lucas Garc¨ªa manej¨® la tesis de que los campesinos se hab¨ªan inmolado, haciendo estallar las bombas molotov que llevaban consigo. Este extremo es desmentido por el informe de la Comisi¨®n de Esclarecimiento Hist¨®rico (CEH) patrocinada por la ONU, que reza: ¡°La CEH lleg¨® a la convicci¨®n de que agentes del Estado, en concreto agentes de la polic¨ªa y miembros de la inteligencia del Ej¨¦rcito (¡) fueron los responsables materiales de la ejecuci¨®n de quienes estaban dentro de la Embajada (¡) y que las m¨¢s altas autoridades del gobierno de la ¨¦poca son los responsables intelectuales de esta grav¨ªsima violaci¨®n de derechos humanos¡±. El informe puntualiza que ¡°carece de toda base la hip¨®tesis de que las v¨ªctimas se auto inmolaron¡±. Tambi¨¦n expresa ¡°la convicci¨®n plena de que agentes del Estado ejecutaron arbitrariamente al ¨²nico ocupante que sobrevivi¨® a la masacre de la Embajada, Gregorio Yuj¨¢¡±.
De los grandes represores de la ¨¦poca m¨¢s sanguinaria de la historia contempor¨¢nea de Guatemala, s¨®lo Pedro Garc¨ªa Arredondo ha sido juzgado. De sus jefes inmediatos, ¨²nicamente sobrevive Donaldo ?lvarez Ruiz, ministro de Gobernaci¨®n. ?lvarez es pr¨®fugo de la justicia internacional. Murieron en su cama, impunes, el ex presidente Romeo Lucas (1978-1982); el ex director general de la Polic¨ªa, Germ¨¢n Chupina Barahona, jefe inmediato de Garc¨ªa Arredondo, y su par, el jefe del Cuerpo de Detectives, Manuel de Jes¨²s Valiente T¨¦llez.
Dentro de la pol¨ªtica de terror imperante durante los a?os 70 y 80 del siglo pasado, el Ej¨¦rcito utiliz¨® a los cuerpos de polic¨ªa para realizar las tareas sucias, como la tortura y el asesinato de los adversarios pol¨ªticos. En esta tarea, Valiente T¨¦llez y Garc¨ªa Arredondo destacaron por su crueldad.
A la condena de este lunes hay que sumar la sentencia a 70 a?os dictada en agosto de 2012, a la que Garc¨ªa Arredondo se hizo acreedor por el secuestro y asesinato del universitario ?dgar S¨¢enz Calito, acusado de pertenecer al grupo guerrillero Organizaci¨®n del Pueblo en Armas, ORPA. Este hecho ocurri¨® en los a?os 80, cuanto Arredondo estaba en la cresta de la ola de terror promovida por la represi¨®n militar.
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