Un caso ¡°inquietante¡±

¡°Es muy extra?o que no se hallen restos de p¨®lvora en las manos de un suicida¡±. Dos avezados mandos de la Polic¨ªa Cient¨ªfica espa?ola admiten que hay veces en las que no se encuentran vestigios de plomo, antimonio y bario ¡ªelementos inherentes al disparo de un arma de fuego¡ª aunque lo habitual es que s¨ª aparezcan tales residuos en las manos de quien se ha quitado la vida. Por ello, los agentes coinciden es que es ¡°inquietante¡± la ausencia de estos elementos en el fiscal Alberto Nisman.

Siempre que alguien aprieta el gatillo de un arma, el disparo produce una nube de gases y micropart¨ªculas que se depositan en el acto en la mano y el antebrazo de quien la empu?a. Esto sucede incluso con una pistola peque?a, como la del calibre 22 que mat¨® a Nisman.

Para localizar los restos de la detonaci¨®n, los especialistas recurren a la prueba de la parafina, aunque ya no se usa esta sustancia para recoger evidencias. Ahora, la polic¨ªa emplea un kit de sustancias qu¨ªmicas con el que suele tomar hasta seis u ocho muestras de cada mano, el antebrazo y la ropa que est¨¦ pr¨®xima. Despu¨¦s, se observan bajo microscopio y as¨ª se ven los restos con cierta facilidad.

Solo es imposible descubrir la presencia de plomo, antimonio o bario si la v¨ªctima o sus manos han sido lavadas o han estado sumergidas en agua. En ese supuesto, las part¨ªculas desaparecen y eso dificulta las investigaciones. En la bibliograf¨ªa policial hay casos de espionaje en los que un asesino ha simulado el suicidio de la v¨ªctima y, para crear confusi¨®n, ha introducido el cad¨¢ver en una ba?era, como si el presunto suicida hubiera ca¨ªdo all¨ª tras darse el tiro.

Es dif¨ªcil dictaminar sobre la muerte de Nisman sin saber c¨®mo se hizo la inspecci¨®n del cad¨¢ver y la casa y sin conocer si hay otras pruebas cient¨ªficas.