El presidente de Yemen y los rebeldes Huthi llegan a un acuerdo
Seg¨²n los t¨¦rminos del pacto, se revisar¨¢ el borrador de la nueva Constituci¨®n y los insurgentes dejar¨¢n libre al jefe del gabinete de Hadi
El presidente de Yemen, Abdrabbo Mansur Hadi, ha alcanzado en la noche de este mi¨¦rcoles un acuerdo con los rebeldes Huthi para frenar el deterioro de la situaci¨®n pol¨ªtica y de seguridad. De acuerdo con los t¨¦rminos del pacto, difundido por varios portavoces oficiales, ambas partes se comprometen revisar el borrador de la nueva Constituci¨®n, aumentar el n¨²mero de esca?os de la C¨¢mara baja del Parlamento y fomentar la participaci¨®n pol¨ªtica. Como resultado, los Huthi han aceptado liberar al colaborador de Hadi que ten¨ªan secuestrado desde el s¨¢bado y retirar sus milicianos tanto del Palacio Presidencial como del Republicano (sede de la oficina del primer ministro).
¡°Contento de que una vez m¨¢s hayamos evitado un prolongado conflicto armado. Espero que sea sostenible. Gracias a Dios, prevalece la sabidur¨ªa yemen¨ª¡±, ha tuiteado Mohammed Albasha, portavoz yemen¨ª en Washington. Albasha ha sido, junto con la ministra de Informaci¨®n, Nadia Sakkaf, uno de los primeros en informar de la salida al conflicto que, desde el lunes, ha dejado 35 muertos y decenas de heridos en San¨¢, seg¨²n la agencia France Presse.
Los seguidores de Ansarullah (literalmente Partidarios de Dios, que es como se llama el grupo rebelde) se oponen a la divisi¨®n del pa¨ªs en seis regiones que contempla el actual borrador de la Constituci¨®n. Esa medida privar¨ªa de acceso al mar a su regi¨®n, por lo que proponen una zona norte y otra sur, convencidos de poder controlar la primera. Adem¨¢s, aprovechando su control de la situaci¨®n tras los ¨²ltimos enfrentamientos, tambi¨¦n exig¨ªan el nombramiento de un vicepresidente de su formaci¨®n y la integraci¨®n de 10.000 de sus milicianos en el Ej¨¦rcito y 10.000 m¨¢s en otros cuerpos de seguridad.
De momento, no han conseguido esto ¨²ltimo, pero el acuerdo anunciado incluye que tanto Ansarullah como Al Herak, el movimiento separatista del Sur, nombren cargos gubernamentales. Hadi tambi¨¦n se ha comprometido a cambiar las ordenanzas de la Autoridad para la Conferencia del Di¨¢logo Nacional, promover el consenso y garantizar que un Yemen federal seguir¨¢ siendo un Estado unido.
Como resultado del acuerdo, el jueves se espera que vuelva la normalidad a San¨¢ con la reapertura de centros oficiales, universidades y escuelas que permanec¨ªan cerrados desde el lunes. No obstante, los combates ya hab¨ªan cesado, a medida que los soldados cedieron sus posiciones a los Huthi. De hecho, el domicilio del presidente amaneci¨® esta ma?ana custodiado por milicianos de ese grupo en lugar de la guardia presidencial, lo que llev¨® a algunos de sus consejeros a denunciar que era reh¨¦n de los rebeldes y ten¨ªa restringida su libertad de movimientos.
Albasha neg¨® ese extremo e inform¨® de que Hadi se hab¨ªa reunido durante el d¨ªa con jefes tribales y consejeros, entre ellos Saleh al Sammad, representante de los rebeldes y asesor de la presidencia desde que ¨¦stos tomaron la capital yemen¨ª en septiembre. Como gesto de buena voluntad, los Huthi permitieron que Ahmed Awad Bin Mubarak, el jefe del gabinete presidencial a quien secuestraron el s¨¢bado, hablara por primera vez con su esposa durante tres minutos.
Esa milicia, que desde hace una d¨¦cada lucha por los derechos de la minor¨ªa chi¨ª zayd¨ª, pas¨® a la ofensiva el lunes ante los rumores de que el Ej¨¦rcito iba a actuar para desalojarles de San¨¢, dado que no se hab¨ªan retirado como acordaron con el Gobierno. Su asalto al Palacio Presidencial, con cuyo control se hicieron el martes, llev¨® a la ministra de Informaci¨®n, Nadia Sakkaf, a asegurar que se trataba de ¡°un paso hacia el golpe¡± de Estado, una apreciaci¨®n compartida por los miembros del Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo.
Sin embargo, el l¨ªder de Ansarullah, Abdel Malek al Huthi, durante una intervenci¨®n televisada ayer por la noche, dijo que se hab¨ªa tratado de ¡°una advertencia¡± y no lleg¨® a pedir su dimisi¨®n. De todas formas, sus palabras no disimulaban la amenaza al advertirle de que estaban dispuestos a llegar m¨¢s lejos a no ser que aceptara sus demandas. Los observadores se muestran convencidos de que los rebeldes prefieren un presidente d¨¦bil y plegado a sus exigencias que asumir las responsabilidades de Gobierno, en un pa¨ªs sumido en la miseria y sin apenas recursos.
Arabia Saud¨ª, la principal fuente de financiaci¨®n de Yemen, interrumpi¨® su asistencia econ¨®mica en septiembre a ra¨ªz del avance Huthi sobre San¨¢. El Gobierno de Riad, como muchos yemen¨ªes y observadores extranjeros, se muestra convencido de que los Huthi est¨¢n respaldados por Ir¨¢n, un v¨ªnculo que sus representantes niegan. Sin embargo, las autoridades yemen¨ªes han capturado en el pasado barcos con armas que aseguraron iban dirigidas a ese grupo. Aunque los problemas tienen ra¨ªces tribales y locales, la rivalidad de ambas potencias regionales contribuye sin duda a inflamar la situaci¨®n y, lo que es m¨¢s grave, reforzar el margen de maniobra de Al Qaeda en la Pen¨ªnsula Ar¨¢biga.
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