Recuperarse trae a veces disgustos
La recuperaci¨®n de la econom¨ªa no siempre implica una mejora de los resultados electorales para quien la ha iniciado
La recuperaci¨®n de la econom¨ªa no siempre implica una mejora de los resultados electorales para quien la ha iniciado. Sucedi¨® con George Bush I, que en 1993 debi¨® ceder el testigo a Bill Clinton. O con Felipe Gonz¨¢lez / Pedro Solbes, que en 1996 dieron paso a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar / Rodrigo Rato. En ambos casos la recuperaci¨®n de sendas crisis (menores, vistas hoy) iba balizando un relanzamiento.
Por eso no es autom¨¢tico que la salida de la recesi¨®n (en Grecia el PIB ya crece, baja un poco el paro y el presupuesto luce super¨¢vit primario) de la era del conservador Andonis Samar¨¢s le allegue el triunfo este domingo. Es veros¨ªmil lo contrario.
Los polit¨®logos tienen bien estudiado que la bonanza econ¨®mica no siempre beneficia al gobernante. Sobre todo si es incipiente. Y si a la crisis econ¨®mica se le asoci¨® una fuerte fractura social de m¨¢s larga duraci¨®n, entonces no hay manera. Los colapsos socioecon¨®micos may¨²sculos suelen derivar en rotura de las costuras sociales y quiebra de las pol¨ªticas.
El ejemplo cl¨¢sico es la Gran Depresi¨®n de los a?os 30, que abon¨® los extremos, hasta entonces minoritarios, hacia el ¨¦xtasis fascista (y estalinista).
Grecia ha perdido desde 2008/9 un 25% de su PIB. Y aunque la renta per c¨¢pita es a¨²n mayor que la registrada antes de entrar en la Europa comunitaria, ese destrozo solo halla parang¨®n en ¨¦poca de guerras. ¡°Jam¨¢s he visto en todo el tiempo que llevo trabajando en las crisis de deuda un ajuste fiscal tan grande como el de Grecia¡± ha confesado el muy poco bolchevique Charles Dallara, exdirector del Instituto de Finanzas Internacionales, y fact¨®tum de la reestructuraci¨®n / quita privada (del 70%) en 2011.
Los tres millones (sobre 11) de parados de larga duraci¨®n y otros que no pueden pagar su seguro m¨¦dico (y no les operan: ?no les operan!); la reducci¨®n del 40% de la renta familiar media; la evasi¨®n fiscal de un 25% del PIB; los 330.000 hogares a oscuras, donde los chavales deben estudiar con candela; un tercio de la poblaci¨®n en la pobreza (buena parte en el hambre)... ?En qu¨¦ despachos del resto del continente se computan esos costes sociales?
Lo extraordinario es que esta bomba social no explosione. Que se est¨¦ traduciendo en crecientes apuestas pol¨ªticas por una versi¨®n inc¨®moda de la izquierda radical, s¨ª, pero democr¨¢tica y europe¨ªsta. Y no en abonar mayoritariamente la violencia matona, dictatorial y zafia de los neonazis de Aurora Dorada. Hay griegos torpes. Y so?adores. Y disparatados. Pero tambi¨¦n mucha sabidur¨ªa.
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