California debatir¨¢ una ley de muerte digna tras el caso de Brittany Maynard
La campa?a de la mujer que se suicid¨® en noviembre logra que se plantee una nueva ley en el estado del que se tuvo que ir para morir
Un grupo de legisladores de California present¨® este mi¨¦rcoles un nuevo intento por legalizar el suicidio asistido en el estado, acompa?ados por la familia de Brittany Maynard, la mujer de 29 a?os que con su muerte el pasado noviembre dio un impulso sin precedentes a este debate legal en Estados Unidos. El ¨²ltimo intento de regular el suicidio asistido en California fracas¨® en 2007.
Brittany Maynard viv¨ªa en Oakland, California, cuando a principios del a?o pasado le diagnosticaron una agresiva forma de c¨¢ncer en el cerebro, incurable, que la matar¨ªa antes de dos a?os. Se acababa de casar y planeaba tener hijos. Tras el diagn¨®stico, decidi¨® poner fecha a su propia muerte, el 1 de noviembre, y dedicar todo ese tiempo a promover las leyes de muerte digna en Estados Unidos.
Para ello se mud¨® a Portland, Oreg¨®n, con su marido y sus padres. Oreg¨®n es uno de los cinco estados que permiten el suicidio asistido, junto a Washington, Montana, Vermont y Nuevo M¨¦xico. Tuvo que dejar su casa e instalarse en la ciudad norte?a solo para poder morir por su propia mano y legalmente. Maynard hizo p¨²blico su caso a trav¨¦s de la organizaci¨®n Compassion&Choices, que promueve las leyes de muerte digna en EE UU, para llamar la atenci¨®n sobre la falta de opciones en su propio estado, California, y en casi todo el pa¨ªs.
¡°La mayor¨ªa de los californianos no pueden hacer lo que nosotros hicimos¡±, dijo este mi¨¦rcoles en el capitolio de Sacramento, la capital de California, Debbie Ziegler, la madre de Maynard, durante la presentaci¨®n de la nueva propuesta de ley. ¡°Sab¨ªamos que no pueden dejar sus casas, sus trabajos, sus familias, sus amigos, sus mascotas. Nosotros tuvimos que hacer todo eso y a?adi¨® otra capa de dolor¡±, dijo Ziegler, citada por la agencia AP.
La campa?a tuvo un enorme impacto. Maynard cont¨® en varios v¨ªdeos distribuidos por internet y vistos por cientos de miles de personas como se iba encontrando cada vez peor. En un momento dado, pareci¨® replantearse la fecha de la muerte porque se sent¨ªa con fuerzas para seguir, aunque era consciente de que alg¨²n d¨ªa no podr¨ªa tomar esa decisi¨®n por s¨ª misma. Finalmente, tras visitar el Gran Ca?¨®n, una de las ilusiones de su vida, y celebrar el cumplea?os de su marido, Maynard se quit¨® la vida el 1 de noviembre con un medicamento eutan¨¢sico recetado por un m¨¦dico de Oreg¨®n, rodeada de su familia.
La experiencia de Maynard, que llen¨® telediarios y p¨¢ginas de peri¨®dicos durante meses, revel¨® que las encuestas suelen reflejar un apoyo general al suicidio asistido entre los estadounidenses. La iniciativa tambi¨¦n tiene un amplio apoyo en la prensa de referencia, pero se enfrenta a la oposici¨®n de lobbies m¨¦dicos y la iglesia cat¨®lica.
La nueva propuesta es muy similar a la existente en Oreg¨®n. Permitir¨¢ a una persona con una enfermedad terminal y una prognosis de muerte en un plazo de seis meses pedir una medicaci¨®n eutan¨¢sica. El paciente debe ser capaz de tomar la medicaci¨®n ¨¦l mismo, no administrada por los m¨¦dicos, y estar en pleno uso de sus facultades mentales. Los impulsores de la iniciativa han anunciado que consideran la posibilidad de llevar la cuesti¨®n a una votaci¨®n popular en California si fracasa de nuevo en el Legislativo.
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