La invitaci¨®n del Congreso de EE UU a Netanyahu irrita a Obama
El presidente no recibir¨¢ al mandatario israel¨ª para evitar que se interprete como una injerencia en la campa?a electoral
El presidente de la C¨¢mara de Representantes estadounidense, John Boehner, nunca hubiera podido imaginar el caos que ha provocado en el mundo pol¨ªtico israel¨ª la invitaci¨®n al primer ministro, Benjamin Netanyahu, para que hable ante las dos C¨¢maras del Congreso de los Estados Unidos sobre Ir¨¢n. No s¨®lo porque las potencias occidentales est¨¢n en uno de los momentos m¨¢s delicados de su negociaci¨®n sobre el futuro del programa nuclear de Teher¨¢n, sino porque se trata de uno de los desaf¨ªos m¨¢s importantes de la pol¨ªtica exterior del presidente Barack Obama y porque Israel se encuentra en plena campa?a electoral, que culminar¨¢ en los comicios el 17 de marzo.
Al d¨ªa siguiente del discurso del Estado de la Uni¨®n de Obama, el republicano Boehner encontr¨® el mi¨¦rcoles la clave para demostrarle al presidente dem¨®crata sus poderes en un Congreso que, desde el 6 de enero, est¨¢ en manos de la oposici¨®n. Y, a la vez, la posibilidad de tender una mano a su amigo Netanyahu. A espaldas de la Casa Blanca, Boehner le extendi¨® al primer ministro israel¨ª una invitaci¨®n para hablar por tercera vez (ya lo hizo en 1996 y 2011) en una sesi¨®n conjunta de la C¨¢mara de Representantes y del Senado. La ¨²nica persona que se ha dirigido en tres ocasiones a los legisladores estadounidenses es Winston Churchill, primer ministro brit¨¢nico (1940-45 y 1951-55).
La oficina de Netanyahu anunci¨® este jueves que el primer ministro ha aceptado la invitaci¨®n. Pocas horas despu¨¦s, la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Bernadette Meehan, afirm¨® que Obama no se reunir¨¢ con Netanyahu durante su visita para "evitar la apariencia" de que trata de influir en las elecciones israel¨ªes. El Departamento de Estado inform¨® de que tampoco lo har¨¢ el secretario John Kerry por los mismos motivos.
Aunque en principio la intervenci¨®n en el Capitolio se preve¨ªa para el 11 de febrero, finalmente ser¨¢ el 3 de marzo para que Netanyahu no viaje dos veces a EE UU durante la campa?a electoral, ya que tambi¨¦n planea acudir a la conferencia de AIPAC, el mayor lobby proisrael¨ª de EE UU. El primer ministro conoce muy bien Estados Unidos y se desenvuelve perfectamente en ingl¨¦s gracias a sus etapas como estudiante, alto cargo en la Embajada israel¨ª en Washington y embajador de su pa¨ªs ante la ONU, en Nueva York.
La reacci¨®n tanto en Washington como en Jerusal¨¦n fue s¨²bita y ¨¢spera. La Casa Blanca evidenci¨® el mi¨¦rcoles su malestar por el hecho de no ser notificada con antelaci¨®n ni por Boehner ni Netanyahu. ¡°El protocolo t¨ªpico sugerir¨ªa que el l¨ªder de un pa¨ªs contactar¨ªa al l¨ªder de otro pa¨ªs cuando va a viajar all¨ª¡±, dijo el portavoz de Obama, John Earnest. Lo tild¨® de ¡°desv¨ªo del protocolo¡±, algo que neg¨® Boehner. El l¨ªder del Congreso defendi¨® su independencia organizativa y justific¨® la invitaci¨®n en la necesidad de que haya ¡°una conversaci¨®n m¨¢s seria¡± sobre las amenazas yihadista y de Ir¨¢n.
Netanyahu es, sin duda, uno de los mandatarios internacionales que m¨¢s en serio se toma esas amenazas. Lo que le ha hecho chocar en ocasiones con Obama, al que ha acusado de hacer demasiadas concesiones a Teher¨¢n en las negociaciones sobre su programa nuclear. La falta de sinton¨ªa entre ambos qued¨® patente en su ¨²ltimo encuentro en la Casa Blanca en octubre pasado y solicitado por Netanyahu: el Gobierno estadounidense critic¨® -con una contundencia inusual entre dos s¨®lidos aliados- los planes israel¨ªes de construcci¨®n de nuevos asentamientos en Jerusal¨¦n Este; mientras el primer ministro pidi¨® ¡°firmeza¡± a Obama con Ir¨¢n, lo que lo sit¨²a en las posiciones de muchos republicanos y de algunos dem¨®cratas.
El presidente estadounidense reiter¨® el martes, en su discurso en el Congreso, que si los legisladores aprueban nuevas sanciones contra Ir¨¢n las vetar¨ªa porque considera que podr¨ªan torpedear las negociaciones, cuyo plazo termina el pr¨®ximo 30 de junio. Con la invitaci¨®n a Netanyahu, Boehner busca debilitar ese postulado: el primer ministro israel¨ª posiblemente insistir¨¢ ante el Congreso en la necesidad de no hacer concesiones a Teher¨¢n.
En una entrevista radiof¨®nica, el parlamentario israel¨ª Tzachi HaNegbi, un aliado del primer ministro, dijo que ¡°Boehner esperaba avergonzar al presidente a trav¨¦s de esta invitaci¨®n¡±.
A su vez, una fuente an¨®nima revel¨® a la agencia de noticias Bloomberg que el Mossad, el servicio de inteligencia israel¨ª, est¨¢ en abierto desacuerdo con Netanyahu respecto a la posibilidad, encabezada por Boehner y el Partido Republicano, de agudizar y aumentar las sanciones existentes contra Ir¨¢n.
En comentarios a periodistas, el secretario de Estado, John Kerry, cit¨® a ¡°una alta figura de la inteligencia israel¨ª" al explicar cu¨¢l ser¨ªa el impacto que provocar¨ªan sanciones adicionales, ¡°y este contest¨® que tendr¨ªa el efecto de tirar una granada en contra del proceso¡±. Pero el jefe del Mossad,?Tamir Pardo, en un in¨¦dito comunicado, desminti¨® que haya desacuerdo con Netanyahu respecto a las sanciones a Ir¨¢n.
En Israel, la decisi¨®n tambi¨¦n caus¨® problemas ya que ahora queda por saber si la televisi¨®n local conseguir¨¢ el permiso de las autoridades electorales para emitir el discurso de Netanyahu en vivo, ya que estar¨ªa brind¨¢ndole un espacio que se podr¨ªa considerar publicidad electoral fuera de las regulaciones.
Por ahora, el Partido Laborista se ha limitado a un solo comunicado breve del parlamentario Eitan Cabel quien dijo que el primer ministro ¡°tambi¨¦n sabe leer encuestas, y en su forma habitual ha reaccionado hist¨¦ricamente y corre a Washington para organizar una charla. Tristemente para ¨¦l, la era de Netanyahu ha acabado, y el Congreso estadounidense no le puede ayudar¡±.
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