Alemania recuerda que Atenas deber¨¢ respetar los acuerdos previos
Una quita griega dar¨ªa alas a los populistas antieuro opuestos a Merkel
Angela Merkel encaj¨® el domingo el segundo golpe de la semana. El primero lleg¨® de Fr¨¢ncfort el jueves, con la confirmaci¨®n de que, a partir de marzo, el temido plan de compra de deuda del Banco Central Europeo ser¨¢ realidad. Y el segundo vino de Atenas, con la victoria del izquierdista Alexis Tsipras. Son dos amenazas a la pol¨ªtica que el Gobierno alem¨¢n ha impulsado desde el inicio de la crisis del euro, pero hace tiempo que la canciller y su equipo daban ambas por pr¨¢cticamente seguras y que se hab¨ªan preparado para hacerles frente.
¡°La se?ora Merkel es la responsable de las pol¨ªticas de austeridad. No aceptaremos en ning¨²n caso los puntos de vista de sus representantes¡±, dijo Tsipras en su ¨²ltimo discurso antes de las elecciones. Las fuentes consultadas no ocultan su preocupaci¨®n por las declaraciones del nuevo hombre fuerte de Atenas, pese a que en los ¨²ltimos meses haya mostrado un tono m¨¢s moderado. Pero tambi¨¦n insisten en que habr¨¢ que esperar a la formaci¨®n del nuevo Gobierno y ver qu¨¦ reivindicaciones ponen sobre la mesa. La pelota est¨¢ ahora en el tejado griego.
La victoria de Syriza inquieta en la canciller¨ªa alemana, pero nadie prev¨¦ una situaci¨®n como la de 2012, cuando la ruptura de la eurozona y un terremoto econ¨®mico parec¨ªa a la vuelta de la esquina. Pese a los globos sonda que, a principios de mes, suger¨ªan que Merkel estaba preparada para dejar caer a Grecia, todo apunta a que nadie en el Gobierno se plantea ese escenario.
Hace tiempo que el secretario de Estado Asmussen mantiene contactos con Syriza
Wolfgang Sch?uble, el ministro de Hacienda, que en las ¨²ltimas semanas ha insistido en que Atenas debe mantener sus compromisos adquiridos independientemente del resultado de las elecciones, podr¨¢ abordar hoy mismo la situaci¨®n griega en la reuni¨®n que mantendr¨¢ en Bruselas con sus colegas de la zona euro. Otro duro, el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, reiter¨® ayer mismo que Grecia seguir¨¢ necesitando ayuda y que solo la obtendr¨¢ si cumple los acuerdos ya firmados. ¡°Espero que el nuevo Gobierno no ponga en duda lo que se espera de ¨¦l ni arriesgue los logros ya alcanzados¡±, asegur¨® a la televisi¨®n p¨²blica ARD.
Al tiempo que muestra firmeza, Berl¨ªn se prepara para los nuevos tiempos. Hace tiempo que el Gobierno ¡ªa trav¨¦s de J?rg Asmussen, secretario de Estado del Ministerio de Trabajo y antiguo miembro del comit¨¦ ejecutivo del BCE¡ª mantiene contactos informales con Syriza. Los portavoces niegan que Asmussen actuara de forma oficial, pero tanto Merkel como su n¨²mero dos en el Gobierno, el socialdem¨®crata Sigmar Gabriel, conoc¨ªan estos encuentros.
Weidmann pide al nuevo Gobierno que no arriesgue los logros alcanzados
Merkel sabe que algo habr¨¢ que hacer, pero ve poco margen de maniobra para aligerar la deuda de 320.000 millones de euros ¡ªde los que Alemania ha prestado 65.000¡ª que arrastra Grecia. La complicaci¨®n no es solo econ¨®mica, sino pol¨ªtica. Tras una d¨¦cada en el poder, la canciller mantiene su popularidad en m¨¢ximos porque ha logrado convencer a los alemanes de que pueden confiar en ella como gestora de su dinero. Pero una quita griega que perjudicara al contribuyente alem¨¢n har¨ªa las delicias de los sectores m¨¢s populistas y, especialmente de Alternativa por Alemania. Este partido ultraconservador y euroesc¨¦ptico aspira a entrar en el Parlamento de Hamburgo en las elecciones del 15 de febrero y demostrar as¨ª que es una fuerza con vocaci¨®n nacional, y no estar recluida, como hasta ahora, a los Estados orientales del pa¨ªs.
El Gobierno insiste en que las elecciones de ayer son una cuesti¨®n interna en la que no debe inmiscuirse. Pero las declaraciones de distintos dirigentes de los partidos que forman la gran coalici¨®n muestran los matices de esta afirmaci¨®n: los democristianos dijeron que ayer fue ¡°un mal d¨ªa para el euro y para Grecia¡±, mientras que los socialdem¨®cratas, o al menos su sector m¨¢s izquierdista, se mostr¨® menos cr¨ªtico con la victoria de Syriza. Mientras, Bernd Riexinger, el presidente de los poscomunistas de Die Linke, se congratulaba de que los griegos hayan echado del poder ¡°a las dos fuerzas corruptas¡± que se repartieron el poder durante d¨¦cadas, los conservadores de Nueva Democracia y los socialistas del Pasok.
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