Los otros casos Nisman
El escepticismo con el que la sociedad argentina sigue la investigaci¨®n sobre la muerte del fiscal se funda en el turbio historial de los servicios de inteligencia
El nombre, la car¨¢tula oficial con que la justicia investiga la muerte de Alberto Nisman, el fiscal que denunci¨® a la presidenta Cristina Fern¨¢ndez por encubrimiento de terroristas, se?ala: "muerte dudosa". A pesar de que las primeras pruebas periciales informan de que no hubo intervenci¨®n de terceros, los investigadores no descartan ni el asesinato ni el suicidio por inducci¨®n. Pero muchos argentinos ya emitieron su sentencia: asesinato. El mismo d¨ªa de su muerte miles de personas salieron a la calle pidiendo justicia con carteles que dec¨ªan: "Yo soy Nisman".
Dos d¨ªas despu¨¦s, cuando Leonardo Jmelnitzky, presidente de la Asociaci¨®n Mutual Israelita Argentina (AMIA), donde en 1994 85 personas murieron en un atentado terrorista?¡ªel caso que investigaba Nisman¡ª, mencion¨® la expresi¨®n "muerte dudosa" durante otra concentraci¨®n que tambi¨¦n reclamaba verdad y justicia, varios asistentes gritaron: "?Asesinato!". Y el jueves, hasta Cristina Fern¨¢ndez asegur¨® estar convencida de que Nisman no se suicid¨®.
Defender la tesis del suicidio de Nisman es, cuando menos, impopular para cualquier pol¨ªtico argentino. Aunque ninguna prueba haya demostrado hasta el momento lo contrario. Sobre la memoria colectiva del pa¨ªs est¨¢n muy presentes ciertos casos en los que el poder utiliz¨® los servicios secretos para escuchar, extorsionar o atacar a jueces, periodistas y rivales pol¨ªticos.
El 25 de enero, se cumplieron 18 a?os de la muerte de Jos¨¦ Luis Cabezas. Era un fot¨®grafo de la revista Noticias que public¨® en 1996 una gran exclusiva: la foto de Hugo Yabr¨¢n, un empresario vinculado al presidente Carlos Menem (1989-1999). Todo el mundo hablaba de Yabr¨¢n como jefe de una mafia enquistada en la Casa Rosada, pero nadie dispon¨ªa de su imagen. Hasta que Noticias public¨® su foto en marzo de 1996. Diez meses despu¨¦s, Cabezas fue hallado muerto dentro de un coche incendiado, con las manos esposadas a la espalda y dos tiros en la cabeza. Yabr¨¢n fue considerado el autor intelectual. El presidente Menem prometi¨® aclarar el caso, pero Yabr¨¢n se suicid¨® en 1998. La muerte de Cabezas, donde se vieron implicados los servicios secretos de la polic¨ªa bonaerense, manch¨® la d¨¦cada de Menem.
En Argentina, cada fuerza de seguridad dispone de su aparato de espionaje: la Armada, la Fuerza A¨¦rea y el Ej¨¦rcito, la Polic¨ªa Federal, la Prefectura, la Polic¨ªa de Seguridad Aeroportuaria, la Gendarmer¨ªa, la Bonaerense (que depende del gobernador de Buenos Aires) y la Secretar¨ªa de Inteligencia (SI). La m¨¢s poderosa de todas ellas es la SI, que a¨²n se conoce como la antigua SIDE (Secretar¨ªa de Inteligencia del Estado). Sus responsables reportan al presidente del Gobierno.
Defender la tesis de que el investigador se suicid¨® es impopular
En octubre de 2003, se comprob¨® la participaci¨®n de algunos de sus oficiales en varios secuestros. El entonces presidente, N¨¦stor Kirchner, encomend¨® a la SIDE la investigaci¨®n de algunos casos vinculados a la Bonaerense. Desde entonces, las luchas entre ambos estamentos son p¨²blicas. El ¨²ltimo cap¨ªtulo se sald¨® el 9 de julio de 2013 cuando 10 polic¨ªas de la Bonaerense entraron en la casa del esp¨ªa Pedro Viale, alias El Lauch¨®n, y lo acribillaron a balazos. El Lauch¨®n era un hombre de confianza de Antonio Stiusso, alias Jaime. Y Stiusso era, seg¨²n N¨¦stor Kirchner, quien m¨¢s sab¨ªa sobre el caso AMIA. Ten¨ªa estrechos v¨ªnculos con la CIA y con el Mosad y era el principal informador del fiscal Nisman. En diciembre, Cristina Fern¨¢ndez forz¨® su retiro y ahora, desde el Gobierno se insin¨²a que la denuncia de Nisman fue escrita por Stiusso. En 2004, al entonces ministro de Justicia, Gustavo Beliz, le cost¨® el cargo mantener un pulso contra Stiusso. Beliz advirti¨® a Kirchner:
¡ªVos pod¨¦s sentir que si pinch¨¢s tel¨¦fonos y ten¨¦s mucha informaci¨®n vas a ser m¨¢s poderoso, pero vas a ser esclavo de la persona que hace esas cosas.
¡ªDej¨¢ que de eso me encargo yo.
Kirchner, finalmente, pidi¨® la renuncia a Beliz y el ministro acudi¨® esa misma noche del 25 de julio de 2004 a televisi¨®n. All¨ª mostr¨® por primera vez una foto de Stiusso, lo acus¨® de "embarrar" la investigaci¨®n de la AMIA y dijo: "Me echaron por nombrar la palabra maldita de la pol¨ªtica argentina: SIDE. Es una especie de agujero negro, se manejan fondos sin rendici¨®n de cuentas. Constituye un Estado paralelo, una polic¨ªa secreta sin ning¨²n control: la maneja un se?or al que todo el mundo le tiene miedo porque dicen que es peligroso y te puede mandar a matar. Ese hombre particip¨® de todos los Gobiernos y se llama Jaime Stiusso". Despu¨¦s, Beliz abandon¨® la pol¨ªtica y se march¨® a EE UU. Stiusso continu¨® en su puesto con Kirchner y despu¨¦s con Cristina Fern¨¢ndez.
Hay muchos casos donde directa o indirectamente aparece la SIDE. Su m¨¢ximo responsable durante toda la d¨¦cada menemista, Hugo Anzorreguy, est¨¢ procesado por irregularidades durante la investigaci¨®n del caso AMIA y por encubrir a sus autores. El juicio oral contra ¨¦l est¨¢ pendiente.
Otro caso: en 2005, Enrique Olivera, candidato a alcalde de Buenos Aires por el partido ARI, fue acusado de guardar dos millones de d¨®lares en el extranjero. Olivera perdi¨® las elecciones y dos a?os despu¨¦s su denunciante, el dirigente de la Uni¨®n C¨ªvica Radical, Daniel Bravo, reconoci¨® que la denuncia "con datos falsos" hab¨ªa llegado a su poder de forma an¨®nima. Olivera acus¨® a la SIDE de la operaci¨®n contra ¨¦l. Nunca se comprob¨® cu¨¢l fue la mano negra.
Desde que se instaur¨® la democracia hasta ahora, la antigua SIDE y los pol¨ªticos que pasaron por la Casa Rosada hicieron m¨¦ritos para que todo el mundo desconf¨ªe de que Nisman, simplemente, pudo haberse suicidado.
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