Petrobras reduce su tama?o en plena sangr¨ªa burs¨¢til

Ya es oficial. Petrobras, el gigante petrolero que enorgulleci¨® en el pasado a los brasile?os y representaba el ¡°futuro¡± de la s¨¦ptima econom¨ªa del mundo para su Gobierno, va a reducir sus actividades de exploraci¨®n ¡°al m¨ªnimo necesario¡± durante unos a?os. Lo confirm¨® el jueves su cuestionada presidenta, Gra?a Foster, despu¨¦s de que el Consejo de Administraci¨®n publicase un balance retrasado e incompleto del tercer trimestre de 2014 por no ponerse de acuerdo sobre el coste real del enorme esc¨¢ndalo de corrupci¨®n que ha invadido como un tumor a la que hasta ahora era la mayor empresa p¨²blica de Am¨¦rica Latina (y hoy es, seg¨²n Reuters, la petrolera m¨¢s endeudada y menos rentable del mundo).

En 2010 Petrobras val¨ªa 380.200 millones de reales (145.000 millones de d¨®lares). Cuatro a?os despu¨¦s, vale 2,3 veces menos: 112.000 millones de reales (42.000 millones de d¨®lares). Al recorte de inversiones y la venta de activos (3.000 millones de d¨®lares) anunciados se suma la posibilidad de que la empresa retrase el pago de dividendos para afrontar una reducci¨®n de cr¨¦ditos. La agencia Moody¡¯s rebaj¨® hoy, por tercera vez en cuatro meses, el rating global de Petrobras, debido a ¡°preocupaciones sobre investigaciones de corrupci¨®n¡± derivadas de la Operaci¨®n Lava Jato (lavacoches, en portugu¨¦s) que impulsa el juez Sergio Moro.

Las acciones de la compa?¨ªa cotizan a su nivel m¨¢s bajo desde comienzos del 2003; su valor de mercado ha ca¨ªdo varios miles de millones de d¨®lares solo esta semana. ¡°El lema del Plan de Negocios para 2015 y los a?os siguientes es el redimensionamiento de Petrobras¡±, afirm¨® el jueves Gra?a Foster (que fue respaldada por la presidenta de la Rep¨²blica, Dilma Rousseff, en diciembre), en referencia a hacer inversiones ¡°m¨¢s selectivas¡± y poner ¨¦nfasis en controlar los niveles de deuda.

La compa?¨ªa dice trabajar sin descanso para recuperar la ¡°credibilidad¡± y ha creado una nueva Direcci¨®n de Gobernanza y dos bufetes para realizar una investigaci¨®n interna. La confianza del mercado, sin embargo, sigue huidiza y puede resentirse a¨²n m¨¢s si la empresa no paga en plazo los dividendos correspondientes a 2014, una posibilidad que apunt¨® el director financiero, Almir Barbassa: ¡°Si una compa?¨ªa estima que hay estr¨¦s financiero, existe la posibilidad de que no haya pago¡±.

La compa?¨ªa no ha logrado recaudar el dinero esperado en los mercados internacionales de capital mientras pugna por presentar informes financieros que reflejen su aut¨¦ntica situaci¨®n actual y el coste de amortizaci¨®n total de los contratos corruptos: por ejemplo, la compra de la refiner¨ªa de Pasadena (Texas, Estados Unidos) en 2006, por la que pag¨® un precio 47 veces superior a la que hab¨ªa desembolsado dos a?os antes, en 2004, la empresa belga Astra Oil. Foster ha declarado que las p¨¦rdidas por corrupci¨®n, estimadas inicialmente en 4.000 millones de reales (1.600 millones de d¨®lares), podr¨ªan ser m¨¢s graves y que la investigaci¨®n podr¨ªa durar m¨¢s de tres a?os. El muy probable retraso de la publicaci¨®n del balance auditado del cuatro trimestre de 2014, previsto para abril, requerir¨ªa la negociaci¨®n con los acreedores para evitar el impago.

Dilma Rousseff, que presidi¨® el Consejo de Administraci¨®n de Petrobras entre 2003 y 2010, est¨¢ ¡°enfurecida¡± con los c¨¢lculos preliminares sobre el impacto de los negocios corruptos sobre la caja de la empresa hechos por Gra?a Foster (88.600 millones de reales, 34.000 millones de d¨®lares), seg¨²n revelaciones an¨®nimas de asesores al diario Folha de S. Paulo. Fue precisamente la falta de acuerdo sobre el impacto real de todos los contratos sucios sobre el balance del tercer trimestre el que oblig¨® a presentar, de noche, un documento a¨²n provisional que decepcion¨® a los inversores e hizo caer al d¨ªa siguiente un 13% el precio de sus acciones.

El Gobierno de Rousseff, que ve como su segundo mandato comienza marcado por el mismo caso que lastr¨® su campa?a electoral, presiona discreta pero firmemente para tratar de salvaguardar la salud econ¨®mica de las grandes constructoras implicadas en el caso, con independencia de que los responsables sean castigados. Adem¨¢s de las denuncias hechas por algunas de estas empresas contratistas de que el propio Gobierno era el m¨¢ximo responsable de lo ocurrido entre 2004 y 2012, el Ejecutivo debe lidiar con las consecuencias econ¨®micas de la crisis de su empresa m¨¢s importante: entre ellas, la cancelaci¨®n de proyectos, como la de las refiner¨ªas Premium I, en Maranh?o, y la Premium II, en Cear¨¢, que ha provocado indignaci¨®n en ambos Estados y protestas de sus Gobiernos.