Renzi logra un gran triunfo con la elecci¨®n de Mattarella
El jefe del Gobierno italiano sit¨²a en la presidencia de la Rep¨²blica a un juez constitucional de origen democristiano
Si se tratara de f¨²tbol, estar¨ªamos hablando del gol del siglo. La estrategia seguida por Matteo Renzi para convertir en presidente de la Rep¨²blica a Sergio Mattarella, un discreto juez constitucional de 73 a?os, or¨ªgenes democristianos y un pasado familiar marcado por la lucha antimafia, ha resultado antol¨®gica. Desde el jueves al s¨¢bado, el joven primer ministro ¨Capoyado en la sombra por el anciano presidente dimisionario, Giorgio Napolitano¡ªha logrado desplegar todos sus atributos pol¨ªticos, entre los que destacan la astucia, el arrojo y un refinado instinto matador, para reconciliarse con el ala izquierda del Partido Democr¨¢tico (PD), agravar la agon¨ªa de Silvio Berlusconi y volver a demostrar la inutilidad absoluta de Beppe Grillo. O sea, para que a nadie le quepa duda ya de que el ¨²nico liderazgo en Italia es el suyo.
Un liderazgo que, a partir del martes, ser¨¢ complementado desde el palacio del Quirinal ¨Cantigua residencia de los papas¡ª por un hombre con perfil de ermita?o. A pesar de haber sido ministro de Giulio Andreotti durante la Primera Rep¨²blica, de su participaci¨®n en la fundaci¨®n del Partido Democr¨¢tico (PD) y de haber ocupado los cargos de vicepresidente y ministro en el Gobierno de Massimo D¡¯Alema, muy pocos se acordaban de Sergio Mattarella hasta que el jueves Renzi lo propuso como candidato ante la asamblea del PD. Fue el primer golpe de efecto, tal vez el m¨¢s emotivo. Porque Renzi, cuyo liderazgo al frente del centroizquierda naci¨® con el pecado original de mandar al desguace a los viejos excomunistas y se gan¨® el infierno al pactar las reformas con Silvio Berlusconi, protagoniz¨® un giro inesperado.
Mientras el ala izquierda del PD aguardaba con la escopeta cargada que el candidato de Renzi fuese tambi¨¦n el del viejo l¨ªder de Forza Italia (FI), el primer ministro se sac¨® de la manga a Mattarella, un cat¨®lico de izquierdas, un hombre de las instituciones, alguien que ¨Ccomo astutamente hizo recordar sobre el estrado¡ª dimiti¨® como ministro en 1990 para protestar por una ley de Andreotti que consolidaba el imperio medi¨¢tico de un magnate llamado Berlusconi. La asamblea del PD, aquel jueves por la ma?ana, se rindi¨® por unanimidad ante un l¨ªder al que no todos aman, pero con el que en las pasadas elecciones europeas empezaron a saborear el extra?o sabor de la victoria.
Ese primer acto de in¨¦dita comuni¨®n de Renzi con todos los sectores del PD a prop¨®sito de la candidatura de Mattarella provoc¨® otra situaci¨®n a¨²n m¨¢s sabrosa: el monumental enfado de Silvio Berlusconi, al que ¨Cdurante varias reuniones previas¡ªel astuto primer ministro hab¨ªa hecho creer que pactar¨ªa el nombre del inquilino del Quirinal. As¨ª lo comunic¨® el viejo l¨ªder a sus ¡°fidel¨ªsimos¡± para que estos lo fuesen filtrando convenientemente a la prensa. De ah¨ª que Berlusconi, al sentirse burlado y adem¨¢s en p¨²blico, clam¨® a los cuatro vientos acusando a Renzi de no haber jugado limpio ¨Cel viejo tah¨²r de la pol¨ªtica italiana hablando de juego limpio¡-- y asegurando que su alianza de facto para pactar las reformas quedaba rota. Pero a nadie se le escapaba que Renzi ya hab¨ªa logrado que dos de sus principales reformas ¨Cla laboral y la electoral¡ªestuviesen ya resueltas.
La estrategia de Renzi, adem¨¢s de reagrupar a las bases del PD y encabritar a Berlusconi, ten¨ªa m¨¢s ventajas. El perfil de izquierdas de Mattarella aseguraba el voto de Izquierda, Ecolog¨ªa y Libertad (SEL), mientras que su condici¨®n de cat¨®lico y juez constitucional convert¨ªan en muy dif¨ªcil la oposici¨®n del centro pol¨ªtico, pese a que Angelino Alfano, l¨ªder del Nuevo Centroderecha (NCD) y ministro del Interior, tambi¨¦n mostr¨® su enfado por no haber sido consultado. Pero Alfano sabe ¨Cy Renzi m¨¢s¡ªque fuera del actual gobierno no hay vida por el momento. As¨ª que, despu¨¦s de las tres primeras votaciones de tr¨¢mite al ser necesarios los dos tercios de los 1.009 electores, ayer por la ma?ana se consum¨® la jugada. Sergio Mattarella logr¨® 665 votos, lo que significa que, adem¨¢s de los esperados votos del centroizquierda, el nuevo presidente obtuvo unos 30 o 40 respaldos de Forza Italia ¨Ca pesar de que Berlusconi exigi¨® a sus parlamentarios votar en blanco¡ª y tambi¨¦n algunos del Movimiento 5 Estrellas. Desde hace dos a?os, Beppe Grillo dilapida d¨ªa a d¨ªa ¨Ca fuerza de obstruccionismo, insultos y bromas sin gracia-- el gran respaldo que le dieron los ciudadanos.
La operaci¨®n para sentar al prudente Mattarella en el palacio del Quirinal no es m¨¢s que la ¨²ltima jugada maestra de Renzi, paisano y admirador confeso de Maquiavelo.
Un dirigente marcado por la lucha antimafia
Hay personajes que, cuando se mueren, el p¨²blico descubre que a¨²n segu¨ªan vivos. Sergio Mattarella llevaba a conciencia una vida solitaria de viudo reciente, de juez silencioso y discreto desde que en 2008 dej¨® la pol¨ªtica despu¨¦s de haber sido muchas veces diputado por la Democracia Cristiana (DC) y varias veces ministro, adem¨¢s de haber ideado el sistema electoral que funcion¨® en Italia desde 1994 a 2001 ¡ªpor eso conocido como Mattarellum¡ª y redactado junto a otros el manifiesto de fundaci¨®n del Partido Democr¨¢tico (PD). Hasta tal punto Sergio Mattarella hab¨ªa querido desaparecer del panorama pol¨ªtico ¡ªen un pa¨ªs donde las f¨¢bricas de tertulianos trabajan a destajo¡ª que, el jueves pasado, cuando Matteo Renzi pronunci¨® su nombre como candidato a la jefatura del Estado, los periodistas italianos se echaron a las calles y a las redes para averiguar qu¨¦ hab¨ªa sido de su vida. Solo encontraron algunos testimonios de viejos amigos y vecinos, que coincid¨ªan en definirlo como un hombre casi mudo a fuer de discreto, y un solo v¨ªdeo colgado en YouTube por unos estudiantes de Acci¨®n Cat¨®lica en el que Mattarella habla pausado de cultura, valores, dignidad¡
Es, sin embargo, una fotograf¨ªa en blanco y negro publicada ayer por el diario La Repubblica junto a un texto que Attilio Bolzoni, experto en mafias del diario romano, la que explica por s¨ª sola muchas cosas: ¡°En esta foto est¨¢ el destino de un hombre¡±. Es el 6 de enero de 1980. Un sicario de la Cosa Nostra acababa de descerrar ocho tiros en el centro de Palermo contra Piersanti Mattarella, presidente de la regi¨®n de Sicilia, el hombre que estaba haciendo limpieza en la Democracia Cristina y poniendo trabas a los negocios de la Mafia. Los tiros a bocajarro sobre el Fiat 132 del pol¨ªtico ¡ªque aquella ma?ana hab¨ªa prescindido de la escolta para ir a misa con su familia¡ª son escuchados por Sergio Mattarella, entonces profesor de Derecho en Palermo, que corre a socorrer a su hermano. Es lo que se ve en la fotograf¨ªa. El ahora presidente de la Rep¨²blica intentando sacar del coche a Piersanti que agoniza ante las miradas horrorizadas de su esposa ¡ªque tambi¨¦n result¨® herida en la mano¡ª y de sus hijas. ¡°Aquellos ocho disparos¡±, asegura Bolzoni, ¡°cambiaron la vida tranquila del profesor¡±. Tres a?os despu¨¦s se meti¨® en pol¨ªtica.
Una trayectoria sin mancha de la que ahora se rescata un episodio que puede explicar la animadversi¨®n de Silvio Berlusconi. El 26 de julio de 1990, Mattarella dimiti¨® como ministro de Educaci¨®n del Gobierno de Giulio Andreotti en protesta por la aprobaci¨®n de la ley Mamm¨¬, que reorganizaba los canales de televisi¨®n y otorgaba tres de ellos al imperio medi¨¢tico del pol¨ªtico y magnate de Mil¨¢n.
A Sergio Mattarella, afortunadamente, no le ha hecho falta morirse para que los italianos no solo descubran que sigue vivo, sino que a¨²n es posible una pol¨ªtica honesta, alejada de la corrupci¨®n. Ayer, tras hacerse oficial su elecci¨®n, el viejo profesor solo quiso decir: ¡°Mi pensamiento est¨¢, por encima de todo, en las dificultades y las esperanzas de los ciudadanos¡±. Luego, a bordo de un peque?o coche gris, se acerc¨® a rendir homenaje a los 335 asesinados por los nazis en 1944 durante la masacre de las fosas Ardeatinas.
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