Un di¨¢logo de sordos
Un centro intenta potenciar el entendimiento de ambas naciones
Cada a?o, en marzo, se publica de forma paralela en Polonia y Rusia una encuesta sobre lo que los rusos y los polacos piensan los unos de los otros y c¨®mo perciben la situaci¨®n internacional. El estudio lo realiza el Centro Polaco-Ruso para el Di¨¢logo y el Entendimiento.
Este a?o, los autores de la encuesta tropezaron con la cuesti¨®n de Ucrania. La versi¨®n original de la pregunta en ruso era: "?Cu¨¢l es su actitud hacia la junta fascista de Kiev?". Los sorprendidos polacos hab¨ªan propuesto una pregunta sobre la "transformaci¨®n proeuropea en Ucrania". Al final, ambas partes acordaron una pregunta neutral sobre la "evaluaci¨®n de los cambios en Ucrania", aunque los soci¨®logos rusos no se quedaron satisfechos con este cambio.
Explicaban que no se trataba de pol¨ªtica, sino de metodolog¨ªa. Argumentaban que, a la hora de realizar los estudios, se debe emplear un sistema conceptual, f¨¢cil de entender para el entrevistado. Si la pregunta en cuesti¨®n trata de la "junta fascista", el asunto es claro porque este es el lenguaje utilizado por los medios de comunicaci¨®n rusos, dice el director del centro, Slawomir Debski. Este ejemplo muestra que rusos y polacos se comunican a trav¨¦s de unos c¨®digos conceptuales completamente diferentes. A la pregunta de c¨®mo se mantiene el di¨¢logo y el entendimiento, Debski responde que "dif¨ªcilmente".
El Centro Polaco-Ruso para el Di¨¢logo y el Entendimiento es fruto de una breve distensi¨®n en las relaciones bilaterales en los a?os 2009 y 2010, que ya parecen haber olvidado ambos pa¨ªses. El centro se cre¨® por iniciativa de un grupo ruso-polaco que investiga los elementos m¨¢s sangrientos (y enga?osos) de su historia com¨²n. Su creaci¨®n fue acordada por los jefes de los dos Gobiernos, el polaco Donald Tusk y el ruso Vlad¨ªmir Putin.
El momento clave de la mejor¨ªa en las relaciones estuvo marcado por la visita que realiz¨® Vlad¨ªmir Putin, el 7 de abril de 2010, a las tumbas de los oficiales polacos tiroteados por la NKVD en 1940 en Katyn. Entonces se acord¨® que en 2015 se celebrar¨ªa en Rusia el a?o de la cultura polaca, y viceversa. Sin embargo, poco despu¨¦s, la investigaci¨®n sobre el accidente del avi¨®n Tu-154 en el que muri¨® el presidente polaco Lech Kaczynski enfri¨® de nuevo el entendimiento.
Cualquier cr¨ªtica polaca a Putin es percibida por sus vecinos como ¡°rusofobia¡±
Polonia, en lo que se refiere al conflicto de Crimea y Donbas, se pronuncia firmemente a favor de Ucrania; las autoridades polacas describen la pol¨ªtica de Mosc¨² literalmente como terrorismo estatal. Las autoridades rusas perciben a Polonia como un pa¨ªs ostensiblemente antirruso y el funcionamiento de los centros de di¨¢logo y entendimiento les parecen extravagantes.
"Somos como una isla. Parte de los pol¨ªticos y periodistas polacos, especialmente los de derechas, nos definen como ¡®agentes rusos que ejercen influencia¡¯. En Rusia, algunos de los socios nos tratan como una agencia polaca", comenta Debski. El principal problema para los polacos es el hecho de que cualquier opini¨®n cr¨ªtica acerca de las actuaciones del presidente Putin, a ojos de muchos interlocutores, es calificada suavemente de "rusofobia", y radicalmente de "fascismo" y trato favorable frente a los banderowcy, miembros de la facci¨®n revolucionaria de la Organizaci¨®n de Nacionalistas Ucranios.
A¨²n as¨ª, el centro sigue realizando investigaciones con un alcance bastante amplio, desde la publicaci¨®n de las fuentes hist¨®ricas de la ¨¦poca del "per¨ªodo tumultuoso" (de 1607 a 1612, los a?os en que los dirigentes polacos resid¨ªan en el Kremlin), hasta la reconstrucci¨®n del llamado "listado de Bielorrusia" (lista de los oficiales muertos por la NKVD, cuyas tumbas a¨²n no han sido encontradas). A lo largo del a?o se organiza entre Polonia y Rusia un intercambio juvenil, gracias al cual cerca de 1.000 j¨®venes polacos acuden a conocer el pa¨ªs vecino. Solo que, lo que sucede con cada vez m¨¢s frecuencia, que los cient¨ªficos rusos, sobre todo los que representan a los c¨ªrculos oficiales, se niegan a recibir a los j¨®venes, declarando que "no hay tiempo para ellos", y los padres de los muchachos se preguntan si estar¨¢n seguros en Rusia.
"Siempre que un ruso est¨¦ interesado en conversar, trataremos de hablar", afirma Debski. A su juicio, un valor en s¨ª mismo es que en Rusia y en Polonia existen dos instituciones que fomentan el inter¨¦s hacia el pa¨ªs vecino y cuentan con fondos especialmente asignados para tal fin. "Hasta hace poco, nadie en Rusia se interesaba especialmente por Polonia, y contrariamente a las apariencias, el inter¨¦s en la direcci¨®n opuesta no es particularmente grande", concluye Debski.
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