Jubilarse a los 65, inalcanzable para millones de latinoamericanos
Las bajas pensiones y el aumento de la expectativa de vida plantean un desaf¨ªo para los pa¨ªses de la regi¨®n
Es un caluroso lunes de verano en Buenos Aires. Julio sube a su taxi a las 6 de la ma?ana en busca de los primeros clientes del d¨ªa. Tiene por delante una dura jornada en una ciudad desierta por el ¨¦xodo vacacional.
A sus 68 a?os recibe una pensi¨®n del estado, pero la anhelada opci¨®n de retirarse del mercado laboral sigue estando lejos. Al contrario, debe trabajar de cinco a seis horas diarias para que le alcance para vivir.
¡§Durante mi vida laboral hice pocas contribuciones para la pensi¨®n. Por eso tengo que trabajar, para mantenerme¡§, dice al volante.
Su caso no es una excepci¨®n en la Am¨¦rica Latina, donde a pesar de los significativos avances en los sistemas de pensiones durante la ¨²ltima d¨¦cada, la mayor¨ªa de adultos mayores deben seguir trabajando pasada la edad media de retiro.
¡§Depende mucho de cu¨¢nto ahorraron. Si antes viv¨ªas hasta los 70 y te jubilabas a los 58, ten¨ªas 12 a?os de jubilaci¨®n. Hoy en d¨ªa la esperanza de vida es m¨¢s alta, y si vives hasta los 80 necesitas trabajar m¨¢s¡§, explica Michele Gragnolati, experto en desarrollo humano del Banco Mundial.
La realidad latinoamericana muestra que las pensiones son tan bajas que muy pocos afortunados pueden permitirse no trabajar despu¨¦s de los 65 a?os. Esta es la pensi¨®n que reciben los jubilados en algunos pa¨ªses:?
- Argentina: m¨ªnima de 3.821 pesos argentinos (442 USD)
- M¨¦xico: m¨ªnima de aproximadamente 1.600 pesos mexicanos (110 USD)
- Brasil: m¨ªnima de 772 reales (300 USD)
- Colombia: m¨ªnima de 644.350 pesos colombianos (270 USD)
- Per¨²: m¨ªnima de 415 nuevos soles (136 USD)
A pesar de las bajas retribuciones, Am¨¦rica Latina ha logrado ofrecer cobertura a m¨¢s de la mitad de sus adultos mayores ¨Cunos 30 millones de personas. Y lo ha logrado a trav¨¦s de tres estrategias diferentes: dando beneficios a todos los adultos mayores (en Bolivia y Trinidad y Tobago); incluyendo a los excluidos (en Argentina, Brasil, Chile, Panam¨¢ y Uruguay); y focaliz¨¢ndose en los m¨¢s vulnerables (en Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, M¨¦xico, Paraguay y Per¨²).
El beneficio de trabajar m¨¢s a?os
Al contrario de lo que se podr¨ªa pensar, la extensi¨®n de la vida laboral no es necesariamente negativa; si llegan a la vejez con buena salud f¨ªsica y mental, van a seguir siendo productivos y, en algunos casos, el trabajo puede resultar una fuente de gratificaci¨®n en esta nueva etapa caracterizada por la abundancia de tiempo de ocio.
Paralelamente, el trabajo de los adultos mayores tiene tambi¨¦n un impacto directo en los sistemas de pensiones. En promedio, casi la mitad de los trabajadores no contribuyen a sistemas de seguridad social.
En este sentido, en la medida en que los ciudadanos trabajan m¨¢s, de un lado siguen financiando el sistema de salud; y de otro lado, usan la pensi¨®n durante menos tiempo, lo cual ayuda al equilibrio de los sistemas de seguridad social.
¡§La pol¨ªtica ideal ser¨ªa tener una cobertura que garantice un beneficio m¨ªnimo para ayudar con las necesidades b¨¢sicas y un sistema de empleo capaz de seguir ofreciendo oportunidades laborales dignas para los que ahora se jubilan¡§, opina Gragnolati.
Seg¨²n el experto, un escenario razonable ser¨ªa una estructura horaria decreciente, es decir, una salida gradual del mercado laboral, reducir paulatinamente el n¨²mero de horas de trabajo.
La l¨®gica es simple: los adultos mayores contribuir¨ªan m¨¢s y consumir¨ªan menos pensiones. En la actualidad, los trabajadores en activo contribuyen a financiar las pensiones de los jubilados, pero alargando la vida laboral se lograr¨ªa que parte de sus contribuciones estuvieran destinadas a su propia pensi¨®n.
Una oportunidad inigualable
Para el 2050, la poblaci¨®n mayor de 65 a?os se triplicar¨¢. Este cambio demogr¨¢fico impactar¨¢ en la productividad de los pa¨ªses y, paralelamente, ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil satisfacer la creciente demanda de servicios p¨²blicos como los de salud o jubilaci¨®n, especialmente en sociedades de ingreso bajo y medio como las latinoamericanas.
La buena noticia es que actualmente el 65% de la poblaci¨®n latinoamericana est¨¢ en edad de trabajar, hecho que supone una ventaja demogr¨¢fica al ofrecer las herramientas para un aumento de la productividad. Este porcentaje, afirman los expertos, seguir¨¢ subiendo en los pr¨®ximos a?os.
Esta situaci¨®n de supuesta alta productividad ofrece a los pa¨ªses de la regi¨®n una oportunidad inmejorable para ahorrar, invertir en capital humano y f¨ªsico y garantizar la acumulaci¨®n de capital.
Estos esfuerzos, opinan los expertos, ser¨¢n vitales para que en el futuro, cuando disminuya la proporci¨®n de personas en edad de trabajar y aumente el porcentaje de adultos mayores, se puedan brindar servicios p¨²blicos de calidad.
* Robert Valls es productor online del Banco Mundial
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