La ONU alerta de la impunidad de las desapariciones forzadas en M¨¦xico
Naciones Unidas concluye que la desaparici¨®n de miles de personas durante la guerra contra el narco se extiende ¡°por gran parte del territorio¡±
M¨¦xico tiene a¨²n demasiadas tumbas abiertas. El Comit¨¦ contra la Desaparici¨®n Forzada de la ONU dio este viernes un sonoro vapuleo al Estado mexicano por su incapacidad para cerrar uno de los cap¨ªtulos m¨¢s oscuros de su historia reciente: la desaparici¨®n de miles de personas durante la guerra contra el narco. Lejos de considerarlo un fen¨®meno aislado y ya superado, Naciones Unidas alert¨® de que este tumor a¨²n se extiende ¡°por gran parte del territorio¡± y que representa para las autoridades un ¡°serio desaf¨ªo en materia de prevenci¨®n, investigaci¨®n y sanci¨®n¡±. Como ejemplo de esta lacra, la ONU destac¨® la reciente tragedia de los 43 normalistas secuestradosen Iguala por la polic¨ªa municipal y, seg¨²n la versi¨®n oficial, asesinados por sicarios del narco.?El Gobierno mexicano acogi¨® a rega?adientes las conclusiones de la ONU. ¡°Las recomendaciones emitidas por el Comit¨¦ no reflejan adecuadamente la informaci¨®n presentada por M¨¦xico ni aportan elementos adicionales que refuercen las acciones y compromisos que se llevan a cabo para solventar los retos mencionados¡±, se?alaron en un comunicado conjunto de las secretar¨ªas de Gobernaci¨®n y de Relaciones Exteriores.
La mayor¨ªa de las veces no se sabe si se debe a la mano oscura del narco, alg¨²n cuerpo policial, los militares o su combinaci¨®n
El an¨¢lisis del comit¨¦ es fruto de una minuciosa revisi¨®n en la que se ha dado audiencia al Estado mexicano y a representantes de la sociedad civil. Aunque en las conclusiones se reconocen tanto los avances logrados en materia legislativa como el di¨¢logo constructivo mantenido con los representantes gubernamentales, el grueso del documento se centra en las graves carencias en la lucha contra este terrible crimen. El aguafuerte trazado por Naciones Unidas no deja t¨ªtere con cabeza: no solo fallan las investigaciones, sino que la resoluci¨®n de las mismas queda la mayor¨ªa de las veces en blanco. ¡°El comit¨¦ se muestra preocupado por la impunidad respecto a los numerosos casos denunciados por desaparici¨®n forzada y que se expresa en la casi inexistencia de condenas por este delito¡±, denuncia el informe.
Parte de este fracaso procede de la imposibilidad de cerrar un c¨¢lculo fiable. Las cifras oficiales, como apunta la ONU, carecen de depuraci¨®n. El Ejecutivo ha contabilizado 23.000 desaparecidos hasta la fecha. Pero nadie ha puesto orden en ese agujero negro. Ni hay un registro eficaz ni una normativa general sobre esta materia. Y el constante descubrimiento de fosas arroja cada d¨ªa nuevos interrogantes.
Aunque seis estados acumulan el 30% de la casu¨ªstica, el problema se extiende por casi todo el pa¨ªs, y la mayor¨ªa de las veces no se sabe a ciencia cierta si se debe a la mano oscura del narco, alg¨²n cuerpo policial, los militares o su combinaci¨®n. Los intentos para aclarar este punto no han pasado de aproximaciones, sostenidas por bases de datos escasas. Por ejemplo, la organizaci¨®n no gubernamental Human Right Watch, en un estudio realizado en 2013 sobre 249 desapariciones, concluy¨® que en un 60% de los supuestos hab¨ªan concurrido las fuerzas de seguridad y, por lo tanto, pod¨ªan ser definidas como forzadas.
En t¨¦rminos num¨¦ricos, el grueso de los casos procede, por acumulaci¨®n, de la era del panista Felipe Calder¨®n (2006-2012), el presidente que declar¨® la guerra al narco y sac¨® las tropas a la calle. Decenas de miles de soldados llevan desde entonces librando un sangriento combate contra el crimen organizado. El uso de la maquinaria b¨¦lica, pese a la vitoreada ca¨ªda de los grandes capos, ha tra¨ªdo frutos amargos. El ataque frontal a las estructuras del narcotr¨¢fico ha propiciado la atomizaci¨®n del crimen organizado. Los carteles se han multiplicado y se desangran en desquiciadas luchas territoriales. Hay Estados donde combaten entre s¨ª una decena de grupos, con sus respectivas y cambiantes cohortes de sicarios. En este escenario convulso, ocho a?os despu¨¦s de iniciada la guerra, las desapariciones siguen siendo una constante, como demuestra la tragedia de Iguala. Pero el mal no se agota en esta pesadilla.
Las cifras del horror
- El Gobierno mexicano ha contabilizado 23.701 desapariciones, pero los datos no est¨¢n depurados.
- Seis Estados (Tamaulipas, Coahuila, Sinaloa, Chihuahua, Jalisco y Sonora) acumulan el 30% de los casos.
- Solo dos Estados han tipificado el delito de desaparici¨®n forzada (aquella en la que intervienen fuerzas de seguridad)
- No hay una ley general de desapariciones forzadas y de un registro ¨²nico centralizado, aunque se ha prometido crearlos.
- La ONU considera el 'caso Iguala' como una desaparici¨®n forzada por la polic¨ªa municipal.
El comit¨¦ recuerda la ¡°dram¨¢tica situaci¨®n¡± que sufren colectivos como los migrantes, que fluyen por decenas de miles hacia Eldorado estadounidense. Su extrema vulnerabilidad les convierte en una presa f¨¢cil. Sin documentos ni apoyos legales, su desaparici¨®n, como recuerdan las innumerables fosas que jalonan sus rutas, se convierte en un borr¨®n que nadie se encarga de resolver.
Otro grupo en situaci¨®n de alto riesgo lo configuran las mujeres y los ni?os. ¡°El comit¨¦ desea enfatizar la singular crueldad con la que las desapariciones forzadas afectan a los derechos humanos de las mujeres y de los ni?os; las primeras son particularmente vulnerables a actos de violencia sexual y otras formas de violencia de g¨¦nero, y los ni?os lo son a m¨²ltiples violaciones, incluida la sustituci¨®n de su identidad¡±, denuncia el informe.
El cuadro trazado por la ONU pone la pelota en el tejado del Gobierno mexicano. Las principales peticiones lanzadas por el comit¨¦, entre ellas la creaci¨®n del registro ¨²nico y la ley general de desapariciones, ya han sido asumidas por el presidente mexicano en su segunda agenda de reformas. Y la disposici¨®n del Ejecutivo, seg¨²n fuentes gubernamentales, es llevar adelante la mayor¨ªa de las recomendaciones. Los expertos, sin embargo, alertan de que el objetivo queda lejos y que M¨¦xico tendr¨¢ a¨²n que convivir durante a?os con ese mundo espectral que forman los desaparecidos.
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