¡°No podemos dejar que las amenazas cambien nuestra idea de democracia¡±
El dibujante sueco objetivo del atentado del s¨¢bado en Copenhague cuenta c¨®mo convive con el miedo a un ataque
¡°Los disparos parec¨ªan no acabar nunca. Pero en realidad solo pudimos o¨ªr el ataque. Entre nosotros y el asesino hab¨ªa una pared¡±. La voz de Lars Vilks, el dibujante sueco objetivo del atentado del s¨¢bado en Copenhague, suena tranquila. Est¨¢ acostumbrado a las amenazas de muerte desde que, en 2007, realizara una serie de dibujos para una muestra, donde representaba a Mahoma con los rasgos de un perro: ¡°Nunca fue mi intenci¨®n ofender al profeta. Lo hice para subrayar que el arte ha de ser libre¡±, ha explicado en diferentes ocasiones.
Desde entonces ha sobrevivido a dos atentados, vive con escolta en una localidad secreta, duerme con un hacha bajo la almohada y ha construido un refugio blindado en casa, por si alguien lograra penetrar en ella. [Vilks anunci¨® este lunes que permanecer¨¢ recluido en un lugar ¡°totalmente desconocido¡± durante ¡°unos d¨ªas o una semana¡±]. ¡°Estoy preparado para este tipo de cosas. Puede que los asistentes al encuentro de Copenhague vivieran momentos terribles, miedo, horror. Yo no puedo decir lo mismo, pues convivo con las amenazas desde hace ya demasiados a?os. Y estoy bien protegido¡±.
Pregunta. ?Era usted el objetivo del ataque?
Respuesta. Yo dir¨ªa que era el candidato con m¨¢s papeletas en la sala¡
Mi intenci¨®n no fue ofender. Lo hice para subrayar que el arte debe ser libre¡±
P. ?Qu¨¦ sucedi¨® tras los disparos?
R. Los hombres de mi escolta saben manejar este tipo de situaciones. Me separaron de los dem¨¢s y me llevaron a un lugar seguro, donde habl¨¦ con los investigadores.
P. Hace tiempo denunci¨® que cada vez le piden menos intervenciones en p¨²blico. ?Su presencia asusta?
R. Mi presencia es dif¨ªcil de llevar, y el miedo ha provocado que se cancelasen acontecimientos a los que estaba invitado. Ahora, un ataque como el de Copenhague hace las cosas a¨²n peores. Tambi¨¦n corremos el riesgo de sufrir nuevas censuras: ?qui¨¦n publicar¨¢ los trabajos que se consideran controvertidos? Pero yo sigo adelante, no tengo problemas en ese sentido.
P. ?Qu¨¦ cambi¨® tras el ataque a Charlie Hebdo?
R. Los que hacen mi trabajo tambi¨¦n ten¨ªan miedo antes. No es mejor o peor. Si acaso, tras la matanza de Par¨ªs el debate sobre la libertad de expresi¨®n se volvi¨® m¨¢s franco. Los terroristas no lograron impedirlo. Conf¨ªo en que este en¨¦simo ataque, en lugar de hacer que el miedo aumente, contribuya a ampliar el debate: la libertad de expresi¨®n es un tema fundamental. Todo el mundo tiene que posicionarse claramente al respecto.
P. Ha habido muchas declaraciones de solidaridad hacia su persona, pero tambi¨¦n voces cr¨ªticas que dicen que los artistas como usted, con sus dibujos, ponen en peligro a la sociedad. ?Qu¨¦ tiene que decir?
R. El peligro no son los artistas, sino los asesinos, a los que hay que localizar y detener. No se negocia con conceptos como la democracia o la libertad de expresi¨®n. No podemos dejar que las amenazas nos condicionen y pongan en tela de juicio nuestras reglas. No podemos sucumbir. No podemos cambiar nuestra idea de democracia solo porque no le gusta a unos asesinos.
Conf¨ªo en que este ataque, en vez de aumentar el miedo, ampl¨ªe el debate¡±
P. ?C¨®mo explicar su trabajo a quienes se sienten ofendidos?
R. Habr¨ªa que explicar que todas las religiones, tambi¨¦n el islam, condicionan la vida social y pol¨ªtica de la gente y que, por ende, est¨¢n al mismo nivel que otras ideolog¨ªas, y han de someterse a las mismas reglas. El islam tiene que estar abierto al debate, a la idea de que se puedan recibir insultos o insultar. Eso es la libertad de expresi¨®n. La violencia, eso es otra cosa¡
P. ?Qu¨¦ va a hacer ahora?
R. Seguir¨¦ haciendo todo lo que pueda, colaborando tambi¨¦n con otras personas. Lo ¨²nico que a?oro es no poder trabajar en mi estudio.
Traducci¨®n de News Clips.
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