El doble atentado pone a prueba el modelo de integraci¨®n dan¨¦s
La inmigraci¨®n ser¨¢ uno de los ejes de las legislativas de septiembre Unas 30.000 personas despiden a las v¨ªctimas de los ataques terroristas
Miles de daneses despidieron este lunes por la tarde a las v¨ªctimas del ataque terrorista de este fin de semana que ha conmocionado Dinamarca. ¡°Es horrible lo que ocurri¨®, pero tenemos que vivir sin miedo¡±, dec¨ªa Hanna Camnas, una mujer que vive al lado del centro cultural donde el s¨¢bado fue asesinado el cineasta de 55 a?os Finn N?rgaard. Como ella, miles de ciudadanos, unos 30.000 seg¨²n la polic¨ªa, ped¨ªan volver a la normalidad.
Horas antes, la primera ministra, Helle Thorning-Schmidt, hab¨ªa insistido en diferenciar a los violentos de los musulmanes. ¡°No estamos ante un conflicto entre Occidente y el islam¡±, dijo la l¨ªder socialdem¨®crata en una comparecencia ante la prensa extranjera. Pese a todo, el debate sobre la inmigraci¨®n y la integraci¨®n desempe?ar¨¢ un papel fundamental en los pr¨®ximos meses en vista de las elecciones del pr¨®ximo septiembre en las que la derecha puede volver al poder.
¡°Creo que los ataques van a calentar la discusi¨®n sobre inmigraci¨®n, en especial de los musulmanes. Si es as¨ª, espero al menos que incluya tambi¨¦n el aspecto de la exclusi¨®n social y de la falta de oportunidades para los j¨®venes de origen ¨¢rabe. Pero me temo que el Partido Popular Dan¨¦s dominar¨¢ el debate, sobre todo, parad¨®jicamente, fuera de Copenhague¡±, se?ala Birgit St?ber, profesora de Comunicaci¨®n Intercultural de la Escuela de Negocios de la ciudad danesa. Su colega de la Universidad de Copenhague Kristian S?by Kristensen se?ala que, pese a no haber sufrido ning¨²n atentado, los daneses ya conviv¨ªan de hecho con la amenaza terrorista, por lo que cree que el ataque no va a tener un gran efecto. ¡°Lo que ha ocurrido no ha sido una sorpresa para nadie. La polic¨ªa ya desactiv¨® hace a?os planes para atacar al peri¨®dico Jyllands-Posten¡±, afirma. Precisamente este diario daba el paso que la primera ministra no hab¨ªa querido dar al hablar de una ¡°guerra de religiones¡±. ¡°En Europa hay una guerra cultural y de valores, pero tambi¨¦n una guerra religiosa. Hay que asumirlo si queremos defender nuestro modelo de sociedad¡±, se?alaba el editorial del rotativo que se hizo famoso hace una d¨¦cada al publicar unas caricaturas de Mahoma que generaron una ola de violencia.
En realidad el debate sobre el n¨²mero adecuado de inmigrantes, las f¨®rmulas para integrarlos y el papel de los musulmanes no ha vuelto a Dinamarca, porque nunca se fue. En los ¨²ltimos 15 a?os ha sido uno de los pivotes de la pol¨ªtica danesa. El actual jefe de la oposici¨®n, Lars L?kke Rasmussen, gobern¨® el pa¨ªs hasta 2011 gracias al apoyo del xen¨®fobo Partido Popular Dan¨¦s (PPD).
Esta formaci¨®n que defiende una mayor protecci¨®n de las fronteras y reducir los servicios de los que se benefician los europeos residentes en Dinamarca fue la m¨¢s votada en las elecciones europeas del a?o pasado. Y las encuestas le otorgan un excelente resultado para los comicios del pr¨®ximo septiembre, que podr¨ªan acabar con el Gobierno de Thorning-Schmidt.
El lenguaje del PPD ha ido contagiando al resto de formaciones pol¨ªticas de este pa¨ªs, con un 4% de musulmanes. La portavoz de Venstre, el primer partido de la oposici¨®n, arm¨® un revuelo el a?o pasado al afirmar que los inmigrantes no occidentales generan m¨¢s problemas de integraci¨®n. ¡°No hay que establecer los mismos requisitos para todo el mundo, pero por norma general hay una gran diferencia en la capacidad y voluntad para integrarse entre un americano cristiano o un sueco que entre un musulm¨¢n somal¨ª o paquistan¨ª¡±, asegur¨®.
Esta corriente tambi¨¦n ha arrastrado a los socialdem¨®cratas en el Gobierno, que han aprobado normas para endurecer el control de las fronteras. La primera ministra proclam¨® las pasadas Navidades que la integraci¨®n no hab¨ªa funcionado. Cuando surgi¨® una pol¨¦mica porque los comedores escolares daban comida halal a los ni?os, Thorning-Schmidt pidi¨® que se incluyera en los men¨²s comida tradicional danesa con cerdo, lo que le vali¨® a la primera ministra el sobrenombre de ¡°alb¨®ndiga Helle¡±.
¡°En los ¨²ltimos a?os, tanto el centro-derecha como los socialdem¨®cratas se han desplazado hacia una ret¨®rica mucho m¨¢s derechista. Este giro puede explicarse por la amenaza de perder votos a manos del PPD o por la necesidad que Dinamarca tiene en los pr¨®ximos a?os de ajustar su Estado del bienestar al tiempo que trata de proteger algunos de los valores principales de su sistema social¡±, a?ade la profesora St?ber.
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