El teatro del absurdo de Eike Batista
El juez que ha despojado de su fortuna al hombre m¨¢s rico de Brasil es descubierto al volante uno de los Porsche expropiados
La ca¨ªda al vac¨ªo de Eike Batista (Minas Gerais, 1956), hasta hace poco el hombre m¨¢s rico de Brasil, parec¨ªa una novela perfecta sobre la ambici¨®n enfermiza y los excesos del capitalismo financiero global, pero ¨²ltimamente se aproxima al ¡®teatro del absurdo¡¯. Despojado de sus bienes en el transcurso de un juicio que le puede condenar a 13 a?os de c¨¢rcel, uno de sus abogados cont¨® a un reportero de Globo un hecho absolutamente ins¨®lito: el magistrado que le juzga, Fl¨¢vio Roberto de Souza, titular del Tribunal Criminal Federal n?3, circulaba por R¨ªo de Janeiro con un Porsche Cayenne que le hab¨ªa incautado al empresario semanas antes.
¡°Es normal¡±, afirm¨® el juez tras ser descubierto: ¡°Varios jueces lo hacen, estuvo bien guardado y con c¨¢maras¡±. Souza, seg¨²n un abogado defensor, tambi¨¦n se ha hecho instalar en su casa un piano que fue propiedad de su cliente, supuestamente ¡°en muy mal estado¡± (dicen fuentes judiciales). Los conflictos entre el juez y el acusado, que ha pedido su recusaci¨®n, son constantes: ¡°Voy a escudri?ar hasta su alma, pedazo por pedazo¡±, afirm¨® el juez hace un tiempo: [Batista y su familia] ¡°hacen una ostentaci¨®n totalmente incompatible con alguien que tiene deudas millonarias¡±.
El juicio, de cualquier manera, iba a durar varios a?os. Batista fue durante a?os el emprendedor m¨¢s admirado del pa¨ªs. En abril de 2012 acumulaba una fortuna de 34.000 millones de d¨®lares: era el s¨¦ptimo hombre m¨¢s rico del planeta, seg¨²n la revista Forbes, gracias en su mayor parte a la compa?¨ªa de petr¨®leo y gas OGX (hoy Ogpar), cuyos primeros pozos empezaban entonces a producir. Menos de tres a?os despu¨¦s, el ya exmagnate debe al menos 1.000 millones y afronta desde noviembre un juicio que le amenaza seriamente con convertirle en el primer condenado por uso de informaci¨®n privilegiada en Brasil. La fiscal¨ªa est¨¢ segura de que manipul¨® el mercado al vender millones de acciones de OGX justo antes de que la compa?¨ªa anunciase la interrupci¨®n de su producci¨®n de petr¨®leo porque sus pozos offshore (considerados una mina de oro) estaban bastante secos.
Cuando se descubri¨® la trampa, nadie acudi¨® al rescate de Batista y su grupo empresarial: ni Petrobras, ni su socia malaya Petronas, ni el BNDES. Los accionistas convirtieron su vida en un infierno, y el holding cay¨® en bancarrota un a?o y pocos meses de estar en la cima del mundo. La quiebra fue declarada en octubre de 2013, con deudas de m¨¢s 5.000 millones de d¨®lares. Batista se defendi¨® como pudo de las acusaciones, sostuvo ante viento y marea que vendi¨® las acciones para afrontar deudas y acus¨® a directivos de mentir sobre la riqueza de sus pozos petrol¨ªferos. Pero nadie le cree, y hoy responde de presuntos delitos por falsedad, lavado de dinero y cr¨ªmenes contra el mercado financiero.
El hombre m¨¢s rico de Brasil no empez¨® millonario. A los 18 a?os vend¨ªa p¨®lizas de seguro de casa en casa para sobrevivir en Aquisgr¨¢n, Alemania (el pa¨ªs de su madre), donde empez¨® estudios universitarios de Ingenier¨ªa Metal¨²rgica. Su familia se hab¨ªa trasladado a Europa durante su infancia. Cuando cumpli¨® la mayor¨ªa de edad, sus padres regresaron a Brasil con sus seis hermanos; pero ¨¦l se qued¨®. Buscaba un camino propio, cont¨® siempre, alejado del ala protectora de un padre exministro de Energ¨ªa y expresidente de la gran empresa minera estatal, Vale. Cuando volvi¨® a Brasil, a comienzos de la d¨¦cada de 1980, hablaba cinco idiomas que le fueron muy ¨²tiles para intermediar entre los productores de oro del Amazonas y compradores brasile?os o europeos. Ten¨ªa 21 a?os cuando fund¨® su primera empresa en el sector de los metales preciosos. La bautiz¨® Atram Aurem: su logo corporativo era el sol inca, emblema tambi¨¦n de sus posteriores firmas multimillonarias. Antes de dos a?os pose¨ªa ya un capital de seis millones de d¨®lares. Batista asegura que en esa ¨¦poca un empleado que le deb¨ªa dinero quiso matarlo de un balazo en un negocio completamente dominado por la mafia.
Entre 1980 y 2000 el magnate apil¨® una fortuna estimada en 20.000 millones de d¨®lares a trav¨¦s de ocho empresas de extracci¨®n de metales preciosos ubicadas en Brasil, Canad¨¢ y Chile. Todas ellas ten¨ªan la letra X al final; una suerte de amuleto de la multiplicaci¨®n que pod¨ªa conducirle a su meta definitiva: superar al empresario mexicano Carlos Slim como el hombre m¨¢s rico del mundo. En 2010, sonriente, tuvo la ocurrencia de confesarle su deseo en p¨²blico a Slim durante un programa de la televisi¨®n brit¨¢nica. Se cre¨ªa imbatible. Hab¨ªa invertido en casi todos los sectores predilectos del Gobierno brasile?o: energ¨ªa, log¨ªstica, recursos naturales¡ Tan grande era su hedonismo (coches deportivos, yates, etc¨¦tera) como su ambici¨®n: la quiebra de su emporio ser¨ªa la mayor, hasta ahora, de la historia brasile?a (y la segunda en toda Sudam¨¦rica).
Desde entonces, Batista ha ca¨ªdo en desgracia y ha sido despojado de embarcaciones, motos n¨¢uticas, autom¨®viles ostentosos, esculturas, dinero y joyas, atributos de un campe¨®n de moton¨¢utica y afamado gal¨¢n que se cas¨® con una c¨¦lebre modelo de Playboy y no aceptaba l¨ªmites a su expansi¨®n. A comienzos de este mes de febrero, la Justicia ha dado un paso m¨¢s y bloqueado sus activos y bienes, los de sus dos hijos y los de su ya exmujer. Entre todos ellos superan los 1.000 millones de d¨®lares (una cantidad que servir¨¢ para recompensar a sus acreedores). El juicio se celebra en R¨ªo de Janeiro, y aunque el ¡®caso Petrobras¡¯ le roba muchas portadas, despierta gran inter¨¦s ante la renovada determinaci¨®n de la Justicia brasile?a por perseguir los ¡®cr¨ªmenes de cuello blanco¡¯ y el morbo de ver a un modelo de ¨¦xito y presunto fil¨¢ntropo (¡°No quiero ser solo el hombre m¨¢s rico de Brasil, quiero ser tambi¨¦n el m¨¢s generoso¡±) desintegrado en tiempo r¨¦cord.
Los abogados defensores de Batista afirman que el juez que tom¨® ¡®prestado¡¯ el coche de lujo act¨²a de una forma ¡°ilegal¡± e ¡°indecente¡±.El ingenio popular brasile?o, sin embargo, ha encontrado una mina de oro con la historia del coche, envuelto como est¨¢ el pa¨ªs en procesos judiciales por corrupci¨®n de enorme trascendencia. ¡°El juez tiene raz¨®n, le compete manejar los autos del proceso¡±, escrib¨ªa por ejemplo en Twitter M¨¢rvio Dos Anjos. El paulista Pedro Marques completaba la caricatura cuando pregunt¨® ingenuamente en Facebook: ¡°Es verdad que no soy juez, pero ?podr¨ªa pillar a la exmujer de Eike para dar una vueltecita?¡±
Sin salir del ¨¢mbito judicial, el hombre que en una ocasi¨®n dijo querer amasar 100.000 millones de d¨®lares experiment¨® la semana pasada el gran alivio de la absoluci¨®n (tras un recurso) de su hijo Thor por la muerte, en 2012, del ciclista Wanderson dos Santos, a quien atropell¨® en la carretera BR-040, entre R¨ªo y Petr¨®polis. La sentencia, muy criticada en redes sociales, considera ¡°contaminadas de dudas¡± las pruebas del expediente en virtud del cual se hab¨ªa condenado a Batista Jr., en junio de 2013, a una indemnizaci¨®n de 100.000 d¨®lares para la familia del fallecido (que el hijo del millonario, tambi¨¦n aficionado a los coches deportivos, nunca lleg¨® a pagar). Habitual de la noche carioca y miembro del Consejo de Administraci¨®n del holding familiar, EBX, Thor Batista presumi¨® una vez de haber le¨ªdo s¨®lo un libro en la vida: la autobiograf¨ªa de su padre.
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