Thor ya tiene su gran templo
Islandia construye un santuario para adorar a los dioses de la tradici¨®n vikinga La irrupci¨®n del cristianismo, hace mil a?os, arrincon¨® las ceremonias paganas
Suena muy island¨¦s: director de arte, m¨²sico, vanguardista con los sintetizadores ¡ªha colaborado con la banda de pop-rock Sigur R¨®s¡ª, pero, sobre todo, alto sacerdote de Asatruarfelagid, la asociaci¨®n que re¨²ne a los neopaganos de Islandia. A sus 56 a?os, Hilmar Orn Hilmarsson va a ver con sus propios ojos c¨®mo se levanta, por vez primera en un millar de a?os, un templo pagano dedicado a los dioses n¨®rdicos, los de la tradici¨®n vikinga, bien conocidos en la cultura popular como Thor, Od¨ªn y su esposa Friga. ¡°Ser¨¢ el primer templo real¡±, apostilla al tel¨¦fono Hilmar ¡ªen Islandia se prefiere el uso del nombre de pila¡ª. Porque haberlos haylos, m¨¢s humildes, en Suecia, Alemania... y Espa?a. ¡°S¨ª, s¨ª, vienen espa?oles a visitarnos¡±, contin¨²a Hilmar, minutos despu¨¦s de oficiar un funeral.
Seg¨²n cifras de Asatruarfelagid, el n¨²mero de fieles registrados asciende a 2.488 (de una poblaci¨®n en la isla de 320.000 habitantes). Las estad¨ªsticas oficiales, no obstante, cifran en un 5% los ciudadanos que practican el Asatr¨² en el pa¨ªs n¨®rdico. Por si a¨²n parecen pocos los neopaganos, Hilmar aclara: ¡°Somos la iglesia no cristiana con m¨¢s seguidores en Islandia¡± ¡ªel 80% de los islandeses practican el luteranismo¡ª. Asatruarfelagid ech¨® a andar en 1972. Desde entonces, sus seguidores, contados tan solo por decenas en los primeros a?os, tuvieron en mente levantar un templo que diera a sus dioses el lugar que la expansi¨®n del cristianismo llegado del sur les quit¨® hace 1.000 a?os. ¡°El sitio que usamos actualmente¡±, explica el alto sacerdote (allsherjargodi), ¡°se nos ha quedado peque?o¡±.
El asatr¨² es religi¨®n oficial en Espa?a desde 2007. Sus fieles se re¨²nen en Navas de Jorquera (Albacete)
En 2006, los paganos islandeses se hicieron con un pedazo de terreno en la colina Oskjuhlid, a las afueras de Reikiavik y con unas vistas privilegiadas de la capital islandesa. Dos a?os despu¨¦s, el colapso de la banca dej¨® cualquier aventura inmobiliaria en el aire. Hasta ahora. Bajo la firma del arquitecto Magnus Jensson y con un coste de 860.000 euros, el hof (nombre de este tipo de templo), previsto para oto?o de 2016, penetrar¨¢ con un estilo modernista cuatro metros bajo el suelo para levantar una suerte de cuenco cerrado, afilado hacia el exterior y abovedado en el centro, con una altura final de 11 metros. Su interior tendr¨¢ capacidad para unas 400 personas.
El hof de Oskjuhlid ser¨¢ un referente sin igual en el mundo para el neopaganismo. Tambi¨¦n en Espa?a. La Comunidad Odinista de Espa?a-Asatr¨² (COE), nacida en 1981, recibi¨® del Gobierno el sello de religi¨®n oficial en 2007, el mismo a?o en el que lo lograron sus correligionarios suecos. Se equiparaban as¨ª a los islandeses, noruegos y daneses. ¡°Antes de eso ¨¦ramos alegales¡±, confiesa al tel¨¦fono Ernesto Garc¨ªa, ingeniero de Minas y presidente de la COE. Garc¨ªa admite que ¡°Islandia es siempre una referencia¡±, que ¡°no hay nada en el mundo¡± como lo ideado por el arquitecto Jensson, pero saca pecho con el santuario que los odinistas espa?oles tienen en Navas de Jorquera (Albacete), un fort¨ªn de piedra donde llevan a cabo sus ceremonias. ¡°Lo nuestro, eso s¨ª, est¨¢ hecho a nivel pionero, m¨¢s humilde¡±, se?ala.
La COE cuenta con unos 2.000 fieles registrados, pero estima que son m¨¢s de 10.000 en Espa?a los que ¡°simpatizan¡± con este paganismo, una religi¨®n polite¨ªsta, no dogm¨¢tica, sin verdades absolutas, sentada sobre la base de la armon¨ªa entre hombre, naturaleza y dioses, con el honor y la honestidad como se?as de identidad. Y su arraigo va in crescendo: ¡°Los ¨²ltimos a?os¡±, dice Garc¨ªa, ¡°hemos crecido un 300% y 400%¡±. ?Qu¨¦ ofrece para estar de moda? ¡°No nos imaginamos a Od¨ªn con un solo ojo o a Thor con el martillo¡±, contesta el presidente de la COE; ¡°queremos una religi¨®n moderna, una herramienta para conducir la vida y no tener miedo a la muerte¡±.
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