Capturado La Tuta, el narcotraficante m¨¢s perseguido de M¨¦xico
La polic¨ªa confirma la captura del jefe de los Caballeros Templarios
La vida extrema de Servando G¨®mez Mart¨ªnez, alias La Tuta, l¨ªder del sanguinario cartel de Los Caballeros Templarios y uno de los criminales m¨¢s buscados por las fuerzas de seguridad mexicanas, termin¨® este viernes sin un disparo. Tras a?os de someter a vasallaje a gran parte del estado de Michoac¨¢n y de la volc¨¢nica zona de Tierra Caliente, Servando G¨®mez fue detenido esta madrugada por la polic¨ªa federal en una casa de Morelia, la capital del Estado. Con su ca¨ªda, el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto da satisfacci¨®n a una demanda clave de las extintas autodefensas, las partidas armadas de origen popular que se han enfrentado al imperio del narco ante el fracaso de la autoridad estatal. La captura, de alt¨ªsima rentabilidad pol¨ªtica para un Ejecutivo erosionado por casos como el de Iguala, coincide con el d¨ªa en que se espera que se haga p¨²blica la primera crisis de Gobierno, con la sustituci¨®n del procurador general, Jes¨²s Murillo Karam, fustigado por el caso Iguala.
Hombre de verbo f¨¢cil, el af¨¢n de notoriedad de Servando G¨®mez ha dejado en evidencia durante a?os a las autoridades encargadas de capturarlo. La Tuta colgaba a menudo v¨ªdeos en Youtube donde platicaba sobre las bondades de su espeluznante organizaci¨®n, otras veces daba entrevistas a cara descubierta en las que mostraba un inquietante y poco cre¨ªble comedimiento (¡°soy delincuente, pero no rapi?ero¡±, dec¨ªa), y en m¨¢s de una ocasi¨®n se pavone¨® con su pistola tachonada de brillantes por los pueblos de Tierra Caliente, repartiendo billetes de 200 pesos y dej¨¢ndose seguir y tocar, como un sant¨®n, por racimos de ni?os.
En los ¨²ltimos meses, bajo la presi¨®n de las fuerzas de seguridad, hab¨ªa dejado de aparecer a cuerpo descubierto, pero no rebaj¨® su presencia medi¨¢tica. Para mantenerse en primera l¨ªnea instrument¨® una devastadora v¨ªdeoguerra. Desde sus escondrijos hac¨ªa llegar a los medios grabaciones en los que renombradas personalidades (exgobernadores, hijos de mandatarios, periodistas y alcaldes) platicaban con ¨¦l en actitud servil. Cada v¨ªdeo ha pulverizado una vida pol¨ªtica. Entre los ca¨ªdos han figurado desde el pri¨ªsta Jes¨²s Reyna, secretario de Gobernaci¨®n de Michoac¨¢n y gobernador interino en 2013, durante la etapa m¨¢s virulenta del enfrentamiento entre los narcos y las autodefensas, hasta Rodrigo Vallejo Mora, hijo del gobernador Fausto Vallejo, cuya fulminaci¨®n vino seguida d¨ªas despu¨¦s de la retirada de la vida pol¨ªtica de su padre. Toda una exhibici¨®n de fuerza durante a?os dej¨® al descubierto la debilidad estructural de la lucha contra el narco en Michoac¨¢n.
La detenci¨®n llega tras una intensa b¨²squeda en la que han sucumbido otros l¨ªderes del cartel como Nazario Moreno Gonz¨¢lez, alias El Chayo, y Enrique Plancarte Sol¨ªs, El Se?or de los Caballos. Cuevas, ranchos perdidos, pueblos que le eran fieles, como Arteaga, su localidad natal, han sido barridos para dar con este escurridizo criminal. La intensidad de esta persecuci¨®n ha sido proporcional a la importancia de La Tuta, quien con los a?os y los asesinatos hab¨ªa adquirido una significaci¨®n pol¨ªtica muy superior a la de otros jefes del narco.
El presidente Pe?a Nieto y su equipo han puesto en la pacificaci¨®n de Michoac¨¢n gran parte de su cr¨¦dito pol¨ªtico. Para recuperar la autoridad estatal, pero tambi¨¦n la confianza de la poblaci¨®n, el mandatario envi¨® a principios de 2014 al Estado un ej¨¦rcito de casi 10.000 polic¨ªas federales y militares, bajo las ¨®rdenes del comisionado especial Alfredo Castillo., Investido de poderes extraordinarios, solo comparables a los conferidos en 1994 a la comisi¨®n encargada de frenar el alzamiento zapatista, Castillo liquid¨® las autodefensas, reconvirti¨¦ndolas en fuerzas rurales, detuvo uno tras otro a los cabecillas del cartel, y estrangul¨® sus principales fuentes de financiaci¨®n. Pero no pudo con La Tuta ni apag¨® por completo el fuego de la violencia. Cuando a principios de a?o fue apartado del cargo, una mir¨ªada de grup¨²sculos ultraviolentos combat¨ªan por hacerse con el trono dejado por Los Templarios. Y La Tuta, aunque en retirada, segu¨ªa burl¨¢ndose de la justicia. Algo a lo que estaba acostumbrado este ejemplar de narco especialmente supersticioso y cuya historia ilustra el r¨¦gimen de terror de Tierra Caliente.
Maestro de profesi¨®n y amante del tarot, a principios de 2000, Servando G¨®mez dej¨® las aulas (aunque sospechosamente sigui¨® cobrando hasta el primer trimestre de 2010) y se incorpor¨® al mundo del narcotr¨¢fico atra¨ªdo por el dinero f¨¢cil. Su discurso empalagoso y su sincretismo religioso, cargado de extravagancias homicidas, le permitieron congeniar con Nazario Moreno Gonz¨¢lez, alias El Chayo, el mesi¨¢nico l¨ªder de la Familia Michoacana, quien cay¨® a tiros el 9 de marzo pasado.
Entre ambos y con la ayuda de otros asesinos como Plancarte (abatido por fuerzas de la Armada el 31 de marzo en Col¨®n, Quer¨¦taro) dieron forma a un brutal grupo de narcotraficantes, que recompensaba la colaboraci¨®n de las comunidades con alguna que otra obra en hospitales, carreteras o canalizaciones. Esta faceta social les permiti¨® ganarse el favor de amplias zonas de la abandonada Tierra Caliente. Como han recordado algunos l¨ªderes de las autodefensas, al principio, La Tuta y El Chayo, con su discurso ser¨¢fico, su exaltaci¨®n de la identidad local y sus ayudas sociales, fueron recibidos como un remedio frente a los abismales zetas, el otro cartel que se disputaba el territorio y cuyas destrezas en mutilaciones y decapitaciones m¨²ltiples espantaron al mundo. Fue un espejismo que su compulsiva voracidad se encarg¨® de destruir.
El cartel ejerci¨® desde muy pronto una violencia brutal. Muchos sicarios hab¨ªan sido reclutados en sectas y centros de drogodependientes. Tras ser sometidos a un intenso adoctrinamiento, acostumbraban a invocar la justicia divina y los evangelios para torturar y asesinar a sus rivales. La organizaci¨®n, que, tras una escisi¨®n, adopt¨® en marzo de 2011 el nombre actual de Los Caballeros Templarios, exhib¨ªa su propio texto sagrado, veintid¨®s folios de sorprendente infantilismo, escritos por El Chayo. Esta narcobiblia impone el silencio a sus miembros y la imposibilidad de salir de la organizaci¨®n.
En febrero de 2013, el terror que se abat¨ªa sobre Tierra Caliente desemboc¨® en el levantamiento popular de las autodefensas. Parte de esta rebeli¨®n, que ha sido sofocada mediante la conversi¨®n de miles de sublevados en polic¨ªas rurales, se debi¨® a que Los Templarios, a diferencia de otros carteles, centrados casi en exclusiva en la explotaci¨®n del narcotr¨¢fico, despleg¨® una extrema viralidad y extendi¨® sus tent¨¢culos a toda la esfera econ¨®mica, hasta dejar en un porcentaje minoritario del negocio las ganancias procedentes de las drogas (fabricaci¨®n de metaanfetaminas, cultivo de marihuana y amapola, tr¨¢nsito de estupefacientes).
Bajo su bota quedaron gran parte de la producci¨®n de aguacate y limones, la m¨¢s importante de M¨¦xico; la actividad del puerto de L¨¢zaro C¨¢rdenas, el de mayor carga del pa¨ªs, o la miner¨ªa del hierro y sus gigantescas reservas. Junto a estos sectores estrat¨¦gicos, la depredaci¨®n se extendi¨® en una escala sin precedentes a otros espacios de la vida comercial. Impusieron cuotas para abrir negocios, transitar por determinadas carreteras o trabajar de taxista. Fijaron el precio de la carne o las tortillas y hasta establecieron una tasa de 200 pesos semanales para la venta ambulante del agua de sabores. En esta rapi?a global tambi¨¦n se inclu¨ªan, seg¨²n investigaciones oficiales, el tr¨¢fico de ¨®rganos y redes de pederastia.
?Muchos alcaldes y representantes del poder eran convocados a los ranchos del cartel, en especial uno denominado El Cerro, para recibir instrucciones. No acudir pod¨ªa significar la muerte; aceptar supon¨ªa multiplicar el sueldo. La plata o el plomo. Ese era el juego. En El Cerro se celebraban grandes festejos, con lidia y espect¨¢culos de magia. En ellos se exhib¨ªa El Chayo, en la ¨¦poca en la que hab¨ªa sido dado oficialmente por muerto, en t¨²nica roja y corona de brillantes, encaramado a un trono portado por sus fieles. Luego, ¨¦l mismo o La Tuta impart¨ªan las ¨®rdenes.
Todo este entramado fue duramente golpeado por el comisionado Castillo. Pero la desconfianza nunca se disip¨® del todo. La muerte y la extorsi¨®n, aunque a menor escala, han seguido presentes. Y La propia libertad de La Tuta ha llevado a pensar a muchos michoacanos que segu¨ªa en connivencia con las autoridades. Con su detenci¨®n, el operativo federal logra uno de sus mayores ¨¦xitos y Pe?a Nieto ve caer nuevamente a otro de los grandes se?ores del narco. Pero la pacificaci¨®n de Michoac¨¢n a¨²n sigue lejos de haberse conseguido.
El fin de la era del capo
La ca¨ªda de Servando G¨®mez, La Tuta, el narco m¨¢s buscado en M¨¦xico desde que el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto tom¨® el control de la seguridad en el Estado de Michoac¨¢n en 2014, acerca al Ejecutivo al fin de una era marcada por el protagonismo de los grandes hombres del narco.
¡°Su captura tiene un valor simb¨®lico¡±, considera el experto en Seguridad Alejandro Hope. ¡°La Tuta era el rostro de la impunidad c¨ªnica, de la complicidad con las autoridades estatales y el cabecilla de la organizaci¨®n criminal en Michoac¨¢n. Sin embargo, sobre el terreno, su aprehensi¨®n no tendr¨¢ un gran efecto. Ya estaba aislado, casi no operaba, por lo que no alterar¨¢ los contornos b¨¢sicos de la problem¨¢tica michoacana: la proliferaci¨®n de los grupos armados irregulares y la ausencia de las autoridades estatales y municipales¡±, vaticina.
Aunque el propio Joaqu¨ªn El Chapo Guzm¨¢n, l¨ªder del c¨¢rtel de Sinaloa, rechazara la comparaci¨®n y considerase a La Tuta un "ratero mugroso", en opini¨®n del experto, la "¨¦poca de los grandes capos de la droga se est¨¢ cerrando". "Se trata de una transici¨®n de largo aliento. Hace una d¨¦cada, narcotr¨¢fico y delincuencia organizada eran t¨¦rminos intercambiables. Hab¨ªa seis o siete grupos identificables, bien jerarquizados. Ahora existen muchos m¨¢s carteles que se involucran en otros negocios fuera del mercado de la droga, como la extorsi¨®n, el secuestro o el tr¨¢fico de personas".
Ismael El Mayo Zambada y D¨¢maso L¨®pez, en Sinaloa; Nemesio Oseguera, El Mencho, en el cartel de Jalisco Nueva Generaci¨®n o Alejandro Trevi?o Morales, el Z-42 (hermano del Miguel ?ngel, l¨ªder de los Zetas capturado en 2013), representan, seg¨²n Hope, una amenaza mayor.
Durante el mandato de Felipe Calder¨®n (2006-2012) fueron capturados m¨¢s de 20 l¨ªderes del narco, entre ellos Arturo Beltr¨¢n Leyva y Heriberto Lazcano Lazcano, este ¨²ltimo de Los Zetas. Siete meses despu¨¦s de comenzar su mandato, en julio de 2013, el Gobierno del PRI detuvo a su sucesor, Miguel ?ngel Trevi?o, alias el Z-40, en Nuevo Laredo. Se dijo que Nazario Moreno, El Chayo, de La Familia Michoacana, muri¨® en un enfrentamiento con el Ej¨¦rcito, pero el Ejecutivo confirm¨® su muerte tras un ataque en 2014. En febrero de ese a?o cay¨® Joaqu¨ªn El Chapo Guzm¨¢n, que hab¨ªa escapado de un penal de m¨¢xima seguridad 13 a?os antes.
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