La triple condena de los gais sirios
Los homosexuales abandonan Siria para evitar que los yihadistas los asesinen La persecuci¨®n se suma a la represi¨®n del r¨¦gimen y al rechazo de sus familias y tribus
El pasado noviembre, dos veintea?eros sirios eran apedreados hasta la muerte. La ejecuci¨®n ocurr¨ªa en Deir Zor, en el noreste de Siria y feudo del Estado Isl¨¢mico (EI). Su crimen: ser homosexuales. Se trataba de la primera ejecuci¨®n p¨²blica de gais a manos del grupo yihadista. Un hombre le¨ªa la brutal condena amparado por la rigurosa ley religiosa que sirve de Constituci¨®n en el califato. A 140 kil¨®metros de all¨ª, Ibrahim ya hace m¨¢s de un a?o que huy¨® de Raqqa, su ciudad natal y capital del EI. M¨¦dico de 33 a?os, su homosexualidad le ha valido una persecuci¨®n continua. Encarcelado bajo la ley siria, condenado a muerte por la de los yihadistas y desterrado por su propia tribu, Ibrahim ha logrado sobrevivir a una triple condena.
Tras cuatro a?os de guerra y m¨¢s de 200.000 muertos, las ejecuciones de homosexuales aumentan en el reino del EI que se extiende entre Siria e Irak. Las im¨¢genes de dos j¨®venes empujados desde la azotea de un edificio en Irak dieron la vuelta al mundo. Con los ojos vendados y las manos atadas a la espalda, eran lanzados al vac¨ªo al tiempo que el verdugo voceaba: ¡°?Musulmanes, sed testigos de la aplicaci¨®n de la ley!¡±.
Beirut, refugio para el asilo pol¨ªtico
Varios j¨®venes homosexuales sirios intercambian sus relatos en las oficinas de la ONG Proud Lebanon, a las afueras de Beirut. Consigo arrastran un doble trauma acumulado en su huida de la guerra y en su lucha por sobrevivir a su sexualidad. Perseguidos tanto en zona leal como rebelde, a la comunidad homosexual siria tan s¨®lo le queda el exilio para sobrevivir. En 2013, el liban¨¦s Bertho Makso y cofundador de la ONG, comenz¨® acogiendo a refugiados sirios gais.
¡°Proporcionamos servicios m¨¦dicos, psicol¨®gicos, cursos de formaci¨®n y un plato caliente. Para muchos ser¨¢ el ¨²nico que ingieran en el d¨ªa¡±, explica Cosette Maalouf, trabajadora de la ONG. El centro acoge a 320 homosexuales, m¨¢s del 60% sirios. ¡°La mayor¨ªa ven Beirut como un lugar de paso para ir a Europa¡±, explica Makso, quien asegura que el pasado a?o, 70 de ellos obtuvieron asilo pol¨ªtico.
A diferencia del resto de refugiados sirios, est¨¢n solos. Han roto con su familia y huido de r¨¦gimen y rebeldes. ¡°Se trata de una comunidad muy vulnerable dentro de los refugiados sirios, pero no hay estudios u organismos que realmente monitoreen estos casos. No son solo perseguidos por el Estado Isl¨¢mico, [EI] sino por rebeldes, las leyes sirias y la propia moral social. Los ataques del EI son m¨¢s visibles por su polic¨ªa moral¡± apunta Nadim Khoury, director de Human Rights Watch en Beirut.
Entre los 320 beneficiarios, tan s¨®lo se cuentan cuatro mujeres. ¡°En nuestra sociedad no se considera que la mujer tenga una sexualidad, y durante la guerra estamos recluidas en el hogar. De ah¨ª que a las lesbianas nos sea m¨¢s f¨¢cil pasar desapercibidas. No s¨¦ de ninguna ejecuci¨®n de una mujer homosexual¡±, cuenta desde Alepo al tel¨¦fono Bahiya, de 28 a?os.
En 2010, y antes de que estallaran las primeras revueltas sirias, Ibrahim fue arrestado en virtud del art¨ªculo 520 del C¨®digo Penal sirio en vigor desde el protectorado franc¨¦s. Aquellos que realicen ¡°actos sexuales innaturales¡± ser¨¢n condenados a hasta tres a?os de c¨¢rcel, reza el art¨ªculo. Bajo tortura, uno de sus amigos detenidos le delat¨®. La familia de Ibrahim, que pertenece a una conocida tribu, decidi¨® tapar el esc¨¢ndalo recurriendo a contactos en el r¨¦gimen y previo pago de 18.000 euros. Ibrahim sali¨® de la c¨¢rcel, pero la libertad le dur¨® poco: ¡°Cuando pens¨¦ que todo hab¨ªa pasado, empez¨® lo peor. La revoluci¨®n comenz¨®, el caos se apoder¨® de Raqqa, el Ej¨¦rcito Libre Sirio mut¨® en Al Nusra [filial de Al Qaeda en Siria] y en el EI¡±.
Tres de sus amigos homosexuales fueron ejecutados por los yihadistas. Uno muri¨® de un infarto mientras era torturado. Los otros dos, de un tiro en la nuca. ¡°En Raqqa, la comunidad gay era activa. Pero solo a los que reciben en el acto sexual se les considera gais. Muchos de aquellos que ten¨ªan mujeres y se acostaban con hombres fueron a parar a las filas de Al Nusra y del EI. Para expiar sus culpas entregaron a todos los gais que conoc¨ªan de su fase prerevolucionaria. Mis tres amigos pagaron con su vida y de sus tel¨¦fonos sacaron los n¨²meros de decenas de otros como yo¡±, relata con amarga sonrisa.
Al poco, Ibrahim fue secuestrado y torturado por los yihadistas. Su tribu intervino por ¨²ltima vez pagando 10.000 euros por su vida. ¡°Ten¨ªa familiares cercanos al EI y Al Nusra que ped¨ªan mi cabeza. Mi t¨ªo logr¨® negociar mi libertad pero me dieron dos horas para abandonar Raqqa. Yo hab¨ªa deshonrado a mi familia y a mi tribu¡±.
Ibrahim pag¨® 18.000 euros por salir de la c¨¢rcel y 10.000 por escapar del califato
Su primera parada fue Damasco, zona leal al r¨¦gimen y donde a¨²n perduran varios hamam (ba?os) convertidos en lugares de encuentro para homosexuales. ¡°Es ilegal pero si los due?os untan a la polic¨ªa, estos hacen la vista gorda¡±, espeta al tel¨¦fono desde Madrid Jorge, joven de 35 a?os de padre sirio y madre espa?ola. En marzo de 2012, Jorge qued¨® con su novio en un hotel. ¡°La polic¨ªa nos pill¨® en la cama. Nos arrastraron desnudos por los pasillos y por la calle. Nos llamaban enfermos mentales al tiempo que nos pateaban¡±, rememora este antiguo profesor de Filolog¨ªa Hisp¨¢nica. Logr¨® pagar los 3.000 euros de fianza para salir del calabozo. ¡°Al poco me convocaron para alistarme en el Ej¨¦rcito. Al ser hijo ¨²nico estoy exento del servicio militar por lo que supe que era una trampa para encarcelarme por ser gay. Hice las maletas y hui a Espa?a¡±, concluye Jorge a quien le salv¨® su pasaporte espa?ol.
Ibrahim tambi¨¦n escap¨®. Ahora, como refugiado sirio en L¨ªbano, a¨²n guarda esperanzas de una nueva vida: ¡°Hemos estado a?os bajo la represi¨®n del r¨¦gimen y a la comunidad internacional no le ha importando. Llevo siete meses en espera de asilo pol¨ªtico en Europa. Intento mantener la cordura, porque s¨¦ que merezco un nuevo comienzo. Pero hasta ahora no me han dado la oportunidad¡±.
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