La b¨²squeda del avi¨®n perdido tiende a infinito
Un a?o despu¨¦s de la desaparici¨®n no hay rastro del MH370 pese a que se ha peinado el 43% del ¨¢rea se?alada
Steve Wang perdi¨® a su madre en un avi¨®n a su vez perdido. Un a?o despu¨¦s de que el vuelo MH370 de Malaysia Airlines desapareciese el 8 de marzo de 2014 con 239 personas a bordo cuando volaba de madrugada de Kuala Lumpur a Pek¨ªn no se ha hallado ni un solo resto f¨ªsico, para desesperaci¨®n de los familiares de las v¨ªctimas. ¡°Hab¨ªa imaginado que un d¨ªa iba a perder a alguno de mis seres queridos, quiz¨¢s por enfermedad, por accidente de tr¨¢fico... pero nunca pens¨¦ que esto iba a sucederme¡±, reconoce Wang.
Qui¨¦n busca y qui¨¦n paga
Se encuentre o no alg¨²n d¨ªa, el caso del MH370 ya ha llevado a las autoridades a abordar algunos cambios en la regulaci¨®n que ya hab¨ªan suscitado otros sucesos, como el accidente del Air France 447 el 1 de junio de 2009 en el Atl¨¢ntico sur o los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EE UU. La agencia de Naciones Unidas para la Aviaci¨®n Civil (OACI) est¨¢ sometiendo a la consideraci¨®n de los Estados su propuesta de obligar a que los aviones reporten su posici¨®n en zonas sin control de tr¨¢fico a¨¦reo cada 15 minutos.
La Agencia Europea de Seguridad A¨¦rea envi¨® a la Comisi¨®n en mayo pasado su propuesta para que las cajas negras (donde se registran las conversaciones de los pilotos y los datos del vuelo) emitan sonidos que permitan localizarlas durante 90 d¨ªas en vez de los 30 obligatorios actualmente, pero Bruselas explica que est¨¢ pendiente de la decisi¨®n de la OACI para modificar la legislaci¨®n.
Mientras, Malaysia Airlines ha implementado los sistemas ACARS de sus aviones (que env¨ªan mensajes por sat¨¦lite o radio sobre el estado del aparato al centro de mantenimiento o al fabricante) para que transmita la posici¨®n cada 15 minutos, seg¨²n inform¨® la aerol¨ªnea ayer en un comunicado.
Australia, por su parte, ha planteado a la OACI que delimite de qui¨¦n es la responsabilidad de buscar un avi¨®n en casos como este. Se supone que el B-777 cay¨® al mar en la (enorme) zona de rescate que tiene asignada, pero alega que una vez descartado que haya supervivientes la operaci¨®n es s¨®lo de recuperaci¨®n, de modo que la responsabilidad es del Estado al que corresponde la investigaci¨®n, Malasia en este caso. Ambos Estados han llegado al acuerdo de pagar a medias el operativo (en el que participan ahora cuatro barcos con equipos submarinos). Llevan gastados ya 37 millones de euros.
Pero lo que parece que no va a cambiar es la posibilidad de desconectar las comunicaciones del avi¨®n desde la cabina de pilotaje (como ya ocurri¨® en el 11-S). El informe encargado por la OACI sobre seguimiento de aviones se?ala que es necesario poder deshabilitar "todos los componentes electr¨®nicos a bordo" por razones de seguridad en caso de fallo o incendio.
Se han rastreado con equipos submarinos 26.000 kil¨®metros cuadrados (una superficie superior a la de Comunidad Valenciana) de las honduras del salvaje sur del oc¨¦ano ?ndico, pero s¨®lo se han hallado lo que parecen ser (por forma y tama?o) contenedores ca¨ªdos de alg¨²n barco en uno de los mares menos transitados del planeta. Es ya el 43% del ¨¢rea de b¨²squeda designada despu¨¦s de analizar las se?ales de los motores del avi¨®n, que fueron detectadas por un sat¨¦lite hasta casi siete horas despu¨¦s de que desapareciese. Y una vez que se termine de explorar esa zona prioritaria, en mayo, el rastreo (y sus costes) tiende a un infinito oc¨¦ano.
Las autoridades australianas ya han avisado de que la b¨²squeda tendr¨¢ que finalizar alg¨²n d¨ªa. ¡°Est¨¢ claro que no podemos mantener el rastreo para siempre, pero queremos hacer todo lo razonablemente posible para encontrar el avi¨®n¡±, se?al¨® el lunes el viceprimer ministro australiano, Warren Truss, que a?adi¨® que se discutir¨¢ con los Gobiernos malasio y chino (la mayor¨ªa de los pasajeros eran de esa nacionalidad) si se sigue la b¨²squeda en las zonas adyacentes a la designada.
Pero Wang s¨ª ha tomado una determinaci¨®n: no rendirse. ¡°Seguir¨¦ exigiendo respuestas¡±, promete este pekin¨¦s de 26 a?os. Durante los primeros meses de sufrimiento se erigi¨® como el portavoz de las familias y encabez¨® las protestas para reclamar m¨¢s transparencia ante las autoridades malasias.
Porque de momento s¨®lo abundan las preguntas y, en consecuencia, las teor¨ªas conspiratorias con diversos niveles de extravagancia: de la abducci¨®n alien¨ªgena al secuestro ordenado por el Kremlin. La versi¨®n oficial sostiene que el MH370 se despidi¨® de los controladores a¨¦reos malasios 38 minutos despu¨¦s de despegar y nunca contact¨® con los vietnamitas como deber¨ªa haber hecho. Alguien a bordo desconect¨® los sistemas de comunicaci¨®n; un radar militar detect¨® el avi¨®n, que ya habr¨ªa cambiado de rumbo, sobre la pen¨ªnsula Malasia, y se habr¨ªa dirigido al oc¨¦ano ?ndico; un sat¨¦lite de Inmarsat recibi¨® siete transmisiones del avi¨®n hasta siete horas y media despu¨¦s del despegue. ¡°Es muy posible que est¨¦n buscando en la zona equivocada, porque se basan solamente en c¨¢lculos¡±, se?ala Wang.
El principal sospechoso fue desde el primer momento el comandante, Zaharie Ahmad Shah, de 53 a?os, un experimentado piloto y militante del opositor Partido de la Justicia del Pueblo, pero ni el an¨¢lisis del simulador de vuelo casero que ten¨ªa en su domicilio ni los interrogatorios a familiares y amigos han aportado ninguna pista.
¡°Tu mejor amigo puede albergar los secretos m¨¢s oscuros¡±, declar¨® Nik Huzlan, un piloto retirado de 56 a?os y (supuesto) gran amigo de Ahmad Shah, a The New York Times. El otro posible responsable ser¨ªa el copiloto, Fariq Abdul Hamid, de 27 a?os, que fue supuestamente quien se despidi¨® de los controladores: ¡°Buenas noches, Malasia 370¡±. Pero de nuevo todo son especulaciones sobre la motivaci¨®n que en su caso hubiese llevado a alguno de los pilotos a desconectar las comunicaciones del avi¨®n y dirigirlo a la Ant¨¢rtida, en un acto a todas luces suicida y criminal.
¡°Nos han denegado sistem¨¢ticamente todo lo que hemos pedido, no nos han entregado ni siquiera el v¨ªdeo donde se ve a los pasajeros embarcando¡±, se queja Wang. Los continuos intentos frustrados de conseguir informaci¨®n le han hecho perder la confianza en las autoridades, cuya gesti¨®n del caso califica de nefasta: ¡°?C¨®mo puede ser que el avi¨®n sobrevolara casi todo el territorio malasio y ni siquiera se dieran cuenta de ello?¡±, denuncia.
La esperanza de Wang, del resto de familiares y de la comunidad aeron¨¢utica mundial es que se hallen las cajas negras y se arroje alguna luz sobre el mayor enigma de la aviaci¨®n comercial.
Wang decidi¨® a partir del pasado junio dar un paso atr¨¢s y retomar su vida. ¡°Hay mucha m¨¢s gente de la que me tengo que ocupar y que estaban preocupados por m¨ª¡±, dice. Con todo, rechaza que se d¨¦ el caso por cerrado sin haber encontrado ninguna prueba. ¡°Estoy preparado para aceptar un final tr¨¢gico, pero al menos se habr¨¢ cumplido mi derecho a saber qu¨¦ pas¨®¡±.
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