El Gobierno iraqu¨ª ultima el asalto a Tikrit, bajo control yihadista
La operaci¨®n iniciada hace 10 d¨ªas se convierte en una prueba para la cooperaci¨®n de las milicias chi¨ªes con las tribus sun¨ªes de la zona
Las fuerzas progubernamentales iraqu¨ªes han alcanzado este martes las afueras de Tikrit y se disponen a avanzar sobre el centro de esa ciudad que se encuentra bajo control del Estado Isl¨¢mico (EI) desde el pasado junio, seg¨²n distintos portavoces. Esa perspectiva se ha hecho posible tras la recuperaci¨®n de la aldea de Al Alam, al noreste, desde donde la alianza de soldados regulares, milicianos chi¨ªes y combatientes sun¨ªes espera lanzar el ataque a la capital de la provincia de Saladino. De lograrlo, ser¨ªa la primera ciudad recuperada y alentar¨ªa a Bagdad a iniciar la campa?a de Mosul, 225 kil¨®metros m¨¢s al norte.
¡°La liberaci¨®n de Tikrit comenz¨® esta ma?ana desde cuatro ejes, Al Alam, Albu Ajil, Qadisiyah y Awenat¡±, ha adelantado un portavoz las unidades de Movilizaci¨®n Popular, la organizaci¨®n que agrupa a las diferentes milicias chi¨ªes y que proporciona la mayor¨ªa de las entre 20.000 y 30.000 tropas movilizadas. La ciudad tiene un especial simbolismo porque en sus cercan¨ªas, en la aldea de Awja, naci¨® el ejecutado presidente Sadam Husein.
Poco despu¨¦s la cadena Al Yazira se hac¨ªa eco de un comunicado del Ministerio de Defensa anunciando la nueva fase de la ofensiva que podr¨ªa empezar la pr¨®xima madrugada. Aunque el Gobierno de Bagdad ha hecho varios intentos por recuperar Tikrit desde el verano, es la primera vez que llega tan lejos. Tras el lento avance de los diez d¨ªas pasados, la captura de Al Alam, la v¨ªspera, ha permitido a las fuerzas iraqu¨ªes rodear esa ciudad casi por completo.
¡°Anuncio oficialmente que Al Alam est¨¢ bajo el control total de las fuerzas de seguridad, las unidades de Movilizaci¨®n Popular y los combatientes de las tribus locales¡±, ha declarado su alcalde, Laiz al Juburi, citado por Reuters.
Pero la euforia no puede eclipsar las dificultades que esperan. Por un lado, el EI ha estado trayendo refuerzos a Tikrit desde otras partes de su autoproclamado califato. Por otro, tal como se ha visto durante el camino hasta aqu¨ª, sus huestes minan los accesos y dejan numerosas trampas explosivas en su retirada.
Adem¨¢s, desde el inicio de la operaci¨®n el pasado 2 de marzo, se ha temido que los chi¨ªes que constituyen el grueso de las tropas intentaran vengarse de la poblaci¨®n local (sun¨ª) por los asesinatos contra miembros de su comunidad cometidos en la zona. Esos comportamientos destruir¨ªan la fr¨¢gil alianza con las tribus locales contrarias al EI. Sin embargo, hasta ahora no hay indicios de revancha.
¡°Aunque los informes son a¨²n preliminares, la cooperaci¨®n entre los sun¨ªes y las milicias chi¨ªes respaldadas por Ir¨¢n resulta digna de destacarse¡±, ha escrito Sinan Adnan del Institute for the Study of the War. De acuerdo con este experto, los sun¨ªes que luchan contra el EI y aquellos que simplemente desean recuperar sus hogares afrontan problemas de personal y de apoyo militar. De ah¨ª que est¨¦n dispuestos a cooperar con las milicias chi¨ªes ¡°fruto de la necesidad frente a un enemigo com¨²n¡±.
La prueba de fuego fue la recuperaci¨®n de Albu Ajil, al este de Tikrit y antes de llegar a Al Alam. Existe la sospecha de que los habitantes de esa aldea fueron c¨®mplices de la matanza de Camp Speicher, en la que los yihadistas mataron a varios centenares de soldados de esa base poco despu¨¦s de la toma de Mosul. Sin embargo, aunque seg¨²n portavoces oficiales los milicianos se quemaron algunas casas, no ha habido noticias de asesinatos extrajudiciales en venganza.
¡°El ¨¦xito de esas operaciones conjuntas es un signo positivo y un modelo que puede replicarse en el futuro¡±, estima Adnan.
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