Colombia, ?en el tramo final?

Recientemente se han dado pasos fundamentales en las conversaciones encaminadas a la paz en Colombia. Destacan tres: el acuerdo de desminar las zonas m¨¢s afectas por la violencia; el cese de fuego unilateral por las FARC; y el anuncio por dicha organizaci¨®n guerrillera de no reclutar menores de 17 a?os.

El tema de las minas antipersonales es clave porque son uno de los medios m¨¢s dantescos de deshumanizaci¨®n de la guerra. Un persistente y extendido factor en la mutilaci¨®n de miles de personas, muchos de ellos ni?os ¡ªm¨¢s de 1.000 en Colombia¡ª, deber¨¢ quedar atr¨¢s. Y esto no es poca cosa si consideramos que el pa¨ªs es el segundo despu¨¦s de Afganist¨¢n en el uso de minas antipersonales. Segundo, porque el desminado se har¨¢ conjuntamente las FARC y el Batall¨®n de Ingenieros de Desminado del Ej¨¦rcito, coordinaci¨®n esencial para poder ubicar y desactivar las minas sembradas, lo que pone en la agenda un primer proyecto concreto com¨²n que romper¨¢ m¨¢s de seis d¨¦cadas en las que el ¨²nico nexo de conexi¨®n FARC-Ej¨¦rcito fue el conflicto. Ser¨¢ esencial el di¨¢logo conjunto con las comunidades. Apoyar¨¢ el proceso la organizaci¨®n Ayuda Popular Noruega, con larga experiencia en desminado.

Las minas antipersonales son uno de los medios m¨¢s dantescos de deshumanizaci¨®n de la guerra

Podr¨ªa decirse que las conversaciones est¨¢n llegando a un punto de no retorno y que lo central por resolver en los pr¨®ximos meses ser¨ªan dos asuntos esenciales. De un lado, la desmovilizaci¨®n y reinserci¨®n de las FARC y, por el otro, el contenido y modalidad concreta de justicia transicional que operar¨¢ desde que entre en vigencia el acuerdo de paz. No son, como es evidente, asuntos de poca monta, ni hay modelos que puedan ser mec¨¢nicamente trasplantados. Por el contrario, se requerir¨¢ mucha precisi¨®n de objetivos, consistencia en los contenidos y, especialmente, creatividad.

La desmovilizaci¨®n y reinserci¨®n de una fuerza irregular es siempre un proceso complejo. Mucho m¨¢s si estamos ante un conflicto tan largo, de un territorio inmenso y la subsecuente dispersi¨®n de contingentes de una fuerza irregular con importante capacidad de fuego. La compleja tarea de entrega total de las armas y su posterior inutilizaci¨®n tiene obvios aspectos t¨¦cnicos y log¨ªsticos, pero la sensible tarea de la desmovilizaci¨®n requiere una verificaci¨®n eficaz y, especialmente, que genere confianza. En ello la verificaci¨®n internacional ha demostrado ser esencial. Tal fue, por ejemplo, la experiencia salvadore?a hace dos d¨¦cadas con la verificaci¨®n in situ por las Naciones Unidas.

Se requiere precisi¨®n de objetivos, consistencia en los contenidos y creatividad

La otra ¨¢rea de enorme trascendencia y sensibilidad es la de la justicia y reparaci¨®n de las v¨ªctimas como parte esencial de la finalizaci¨®n del conflicto y de la ambiciosa meta de la reconciliaci¨®n nacional: la justicia transicional. En este terreno tampoco hay modelos a seguir, sino mucho por dise?ar teniendo en cuenta, por cierto, los principios de derecho internacional hoy vigentes. Ya en Colombia se han dado pasos concretos con la adopci¨®n en 2012 del Marco Jur¨ªdico para la Paz, posteriormente declarado ¡°constitucional¡± por la Corte Constitucional. En ello se excluye una ¡°amnist¨ªa general y absoluta¡±. En ese contexto, se plantean varios temas sobre los que las partes seguramente buscar¨¢n vertebrar concordancias en los componentes de la justicia transicional en construcci¨®n.

Uno: los criterios de selecci¨®n y priorizaci¨®n en la investigaci¨®n y judicializaci¨®n de ¡°m¨¢ximos responsables¡± por los ¡°m¨¢s graves cr¨ªmenes cometidos¡±. Otro: penas alternativas o la sustituci¨®n de penas, dentro del contexto de una transici¨®n negociada y el cumplimiento de condiciones por los sentenciados. Tambi¨¦n: tratamiento a los dem¨¢s responsables de cr¨ªmenes ¡ªno ¡°m¨¢ximos responsables¡±¡ª y, como lo ha tra¨ªdo a colaci¨®n la Corte Interamericana en el fallo sobre el Mozote, la posible consideraci¨®n al finalizar un conflicto de lo establecido en el art¨ªculo 6.5 del Protocolo II de los Convenios de Ginebra (modalidades espec¨ªficas de amnist¨ªa). Finalmente, lo esencial y fundamental: un serio componente de verdad sobre lo ocurrido y, en particular, de reparaci¨®n para las v¨ªctimas.