Un museo virtual para hacer frente al Estado Isl¨¢mico
Arque¨®logos y conservadores de todo el mundo se movilizan para preservar el patrimonio cultural en Irak y Siria
Si el objetivo del Estado Isl¨¢mico (EI) era acabar con la memoria del pasado, est¨¢ consiguiendo todo lo contrario. El ominoso v¨ªdeo en el que varios de sus miembros destru¨ªan a mazazos las estatuas y bajorrelieves del Museo de Mosul ha desatado una inusitada movilizaci¨®n en internet de arque¨®logos, historiadores y otros especialistas para salvar, o al menos documentar, el patrimonio que cae en manos de esas huestes. En uno de los gestos de resistencia m¨¢s ambiciosos, un grupo de expertos en digitalizaci¨®n del acervo cultural se ha propuesto restaurar virtualmente las piezas del museo de esa ciudad iraqu¨ª. Otros coordinan redes sobre el terreno para obtener testimonios gr¨¢ficos del destrozo que desde entonces se ha extendido a varios yacimientos arqueol¨®gicos.
¡°Es una respuesta directa a la destrucci¨®n del patrimonio por parte de los extremistas¡±, declara Marinos Ioannides, coordinador del Proyecto Mosul. ¡°Si obtenemos suficientes fotograf¨ªas o im¨¢genes escaneadas, podemos reconstruir los artefactos, crear copias digitales que sirvan tanto para identificar los que han sido robados como para dejar testimonio de los destruidos¡±, explica este ingeniero.
Matthew Vincent y ?Chance Coughenour, dos de los becarios de la Red de Formaci¨®n para el Patrimonio Cultural Digital de la Comisi¨®n Europea que dirige Ioannides, le propusieron la idea al ver la destrucci¨®n del Museo de Mosul.
El v¨ªdeo circul¨® como la p¨®lvora en las redes sociales. Pero mientras la mayor¨ªa de los usuarios se limitaba a reenviarlo, los estudiosos se afanaban por corroborar la informaci¨®n. La lista de correo IraqCrisis, que gestiona Charles E. Jones de la Universidad de Chicago, empez¨® a echar humo. Uno de sus integrantes ped¨ªa paciencia mientras sacaba pantallazos para que el resto pudiera analizar los detalles sin dar mayor tr¨¢fico a la infame grabaci¨®n. Otros buscaban en sus archivos im¨¢genes del museo y de las excavaciones de las que proced¨ªan las piezas destruidas, para ayudar a identificarlas con precisi¨®n.
¡°Con una gran congoja, adjunto nuevas fotos de Hatra, Nimrod, N¨ªnive y la tumba de Jon¨¢s, tomadas entre 2008 y 2010¡±, compart¨ªa Suzanne E. Bott, directora de proyectos para Irak y Afganist¨¢n del Instituto Drachman, en Arizona. En su nota, Bott agradec¨ªa la cooperaci¨®n de otros colegas, en especial de aquellos que est¨¢n ¡°sobre el terreno y corren peligro para mantenernos informados¡±.
Ioannides vio una oportunidad para que la veintena de j¨®venes investigadores del programa que dirige adquieran un compromiso p¨²blico. Pero adem¨¢s, buscan implicar mediante crowdsourcing a expertos y aficionados para obtener el material gr¨¢fico y los datos necesarios. En pocos d¨ªas, 800.000 personas han visitado la p¨¢gina del proyecto y ya se han ofrecido voluntarios para ayudar en la identificaci¨®n de piezas, la inform¨¢tica o el tratamiento de las im¨¢genes.
Son todas reacciones surgidas de la pasi¨®n personal m¨¢s que del deber profesional. La mayor¨ªa de quienes aportan datos a la lista, comparten enlaces o comparan cuidadosamente detalles para identificar las piezas afectadas, han estado antes en los yacimientos de los que proceden, como parte de un equipo internacional o como meros visitantes.
¡°Mi primera excavaci¨®n fue en Nimrod; luego tambi¨¦n particip¨¦ en varias misiones a Hatra antes de la guerra de 2003¡±, recuerda por tel¨¦fono Alessandra Peruzzetto, la arque¨®loga que dirige el programa de Oriente Pr¨®ximo del World Monuments Fund (WMF). ¡°Los especialistas internacionales no hemos podido volver debido a la inseguridad¡±, admite con pena.
WMF, que desde 1965 se dedica a la protecci¨®n del patrimonio, sigue trabajando con los iraqu¨ªes en la regi¨®n de Kurdist¨¢n y en el sur de Irak, pero Peruzzetto no tiene constancia de que quede ning¨²n arque¨®logo en Hatra, Nimrod o los otros sitios de la zona bajo control del EI.
¡°La Direcci¨®n de Antig¨¹edades de Bagdad a¨²n tiene alg¨²n contacto con gente de la zona, pero resulta peligroso hablar con ellos y adem¨¢s la conexi¨®n telef¨®nica es muy mala¡±, explica.
De esas dificultades sabe mucho Isber Sabrine, un arque¨®logo sirio residente en Girona que hace dos a?os fund¨® Heritage for Peace para ¡°salvaguardar el patrimonio cultural durante los conflictos armados y que sirva despu¨¦s durante la reconciliaci¨®n y la paz¡±. Sabrine, que antes de trasladarse a Espa?a para ampliar estudios trabaj¨® como gu¨ªa en su pa¨ªs, ha utilizado esos contactos para establecer un sistema de alertas. Unas 150 personas informan desde el terreno de los da?os que detectan, document¨¢ndolos con fotos. Pero a diferencia de los Monuments Men popularizados por el cine, no cuentan con respaldo militar para darles cobertura.
¡°Resulta peligroso, pero la gente es muy sacrificada, quiere ayudar para proteger su patrimonio, algunos son expertos que trabajaban para la Direcci¨®n de Antig¨¹edades y Museos, otros simples ciudadanos¡±, explica Sabrine.
Su proyecto cuenta con una veintena de voluntarios en ocho pa¨ªses para analizar la informaci¨®n, preparar las listas de da?os que difunden y, sobre todo, ense?ar a la gente qu¨¦ se puede hacer para proteger los lugares arqueol¨®gicos.
¡°Trabajamos con todo el mundo, el Gobierno y la oposici¨®n, pero no estamos en la zona del EI¡±, admite sin ocultar su frustraci¨®n. De hecho, el a?o pasado lograron sentar juntos a los dos lados del conflicto en una conferencia en Santander. Ahora preparan un seminario sobre la importancia de preservar el patrimonio dirigido a los cl¨¦rigos de los tribunales isl¨¢micos. Pero eso requiere financiaci¨®n. ¡°Todos somos voluntarios, necesitamos ayuda¡±, se?ala Sabrine.
No son los ¨²nicos proyectos en marcha. Hay muchas organizaciones trabajando, aunque seg¨²n apunta alguno de los consultados, falta coordinaci¨®n y cada uno trabaja a su manera. ¡°Deber¨ªa ocuparse la UNESCO, pero su burocracia es muy lenta¡±, se queja un interlocutor que pide no ser identificado.
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