La escalada de la desconfianza
Mosc¨² se retira del Tratado de Fuerzas Convencionales, elemento clave para el equilibrio de seguridad en Europa tras la Guerra Fr¨ªa
La decisi¨®n del Kremlin de abandonar esta semana el Tratado de Fuerzas Armadas Convencionales (CFE, en sus siglas en ingl¨¦s), firmado en 1992 y pilar de la distensi¨®n en el Viejo Continente tras la Guerra Fr¨ªa, consagra el clima de creciente desconfianza entre Mosc¨² y la OTAN generado por la crisis de Ucrania, que no contribuye a aliviar la menguante inversi¨®n en defensa europea.
En cierta forma, el presidente Vlad¨ªmir Putin a?ade un elemento m¨¢s a su arsenal de desaf¨ªos diplom¨¢ticos a Occidente en su intento de redefinir el papel de Rusia en el mundo postsovi¨¦tico. El Kremlin nunca ha ocultado, bajo su mandato, ni su desagrado por la ampliaci¨®n de la OTAN al Este ni su voluntad de someter a revisi¨®n acuerdos suscritos por Mija¨ªl Gorbachov tras la reunificaci¨®n alemana en 1990, entre ellos el Tratado de Misiles de Alcance Intermedio (IMF) que habr¨ªa sido violado el a?o pasado, seg¨²n Washington.
Ant¨®n Mazur, jefe de la delegaci¨®n rusa en las negociaciones para el control de armamento en Viena, fue el encargado de anunciar el martes la retirada de Mosc¨² del grupo consultivo del CFE. ¡°As¨ª, la decisi¨®n de Rusia de suspender en 2007 la vigencia del tratado es completa¡±, dijo el negociador ruso. ¡°Durante muchos a?os, Mosc¨² ha hecho lo posible para garantizar el control del armamento convencional¡±, dijo Mazur, que se manifest¨® a favor de negociar un nuevo acuerdo que tenga en cuenta los intereses de la Federaci¨®n Rusa.
El CFE limitaba la presencia de fuerzas armadas y armamento convencional en el continente, incluida la Rusia europea, pero fue cuestionado por ambas partes a finales de los noventa. Los aliados insistieron en que Mosc¨² deb¨ªa retirar sus tropas de territorios exsovi¨¦ticos como Abjasia y Osetia del Sur, en Georgia, y el Trandsni¨¦ster, en Moldavia. En 2007, y tras las tensiones ruso-norteamericanas por la denuncia por Washington del Tratado ABM (misiles antibal¨ªsticos) y el proyecto de escudo antimisiles europeo, Putin suspendi¨® su participaci¨®n en el CFE, limitada su presencia al foro consultivo que ahora abandona. Un a?o m¨¢s tarde, lleg¨® la guerra con Georgia y en 2014 la anexi¨®n de Crimea.
Algunos analistas militares consideran que el tratado era un anacronismo, pero importante. ¡°Se ha cerrado un canal de comunicaci¨®n, que puede reabrirse, aunque lo cierto es que todos los cauces se han ido cerrando¡±, dice F¨¦lix Arteaga, analista principal de Seguridad y Defensa del Real Instituto Elcano. ¡°Es un golpe, sobre todo, para la OSCE, y genera incertidumbre. En cuesti¨®n de armamento hab¨ªa quedado obsoleto, lo que no quita sus aspectos positivos. Por ejemplo, Rusia no podr¨ªa haber movido tropas en Ucrania sin notificarlo¡±, dice Arteaga. ¡°Volver¨¢ a abrirse la puerta el d¨ªa que haya inter¨¦s y nuevas figuras pol¨ªticas. No creo que Putin d¨¦ marcha atr¨¢s porque Rusia quiere ser el interlocutor indispensable como ocurre con asuntos como Ir¨¢n, Siria o el Estado Isl¨¢mico¡±. El analista Andr¨¦s Ortega, tambi¨¦n de Elcano, coincide: ¡°No es el final de una era, pero s¨ª el final de la arquitectura de la distensi¨®n. Otro paso de la pol¨ªtica revisionista de Putin¡±.
Los expertos no creen que este movimiento vaya a significar la retirada de Mosc¨² del Documento de Viena y del Tratado de Cielos Abiertos, que permiten verificar los movimientos de tropas y de armamento. ¡°Todav¨ªa es posible negociar acuerdos pol¨ªticos para el intercambio de informaci¨®n militar, que eviten la escalada de tensi¨®n entre Occidente y Rusia¡±, dice Lukasz Kulesa, del laboratorio de ideas European Leadership Network, de Londres.
Tampoco parece que se vaya a renegociar el START 3, firmado por los presidentes estadounidense, Barack Obama, y ruso, Dmitri Medv¨¦dev, en 2011, al menos por ahora, seg¨²n asegur¨® esta semana el Ministerio ruso de Exteriores. Demasiadas inc¨®gnitas de momento para generar confianza y, por tanto, seguridad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.