Ayudar a T¨²nez
La racaner¨ªa europea en un momento de tanto peligro es alucinante
El atentado sangriento que ha costado la vida a 21 personas, dejado decenas de heridos y aterrorizado a centenares en el Museo del Bardo en T¨²nez el mi¨¦rcoles es una muestra clara de que el yihadismo armado, en este caso Daesh [el acr¨®nimo en ¨¢rabe del Estado Isl¨¢mico], ha declarado de forma clara la guerra al r¨¦gimen democr¨¢tico y secular tunecino. Era de prever.
Por una parte, es el resultado directo de la reorientaci¨®n estrat¨¦gica en la lucha contra el terrorismo, que el nuevo poder dirigido por el presidente Beyi Caid Essebsi ha iniciado tras su llegada en diciembre. Dos d¨ªas antes de su elecci¨®n, Essebsi, en el curso de una entrevista privada, manifest¨® que luchar¨ªa firmemente contra la hidra terrorista ali¨¢ndose con Argelia y Egipto, que no intentar¨ªa ¡°engatusar¡± a los islamistas, considerados por ¨¦l como enemigos tanto de T¨²nez como del islam. Esta postura se opon¨ªa a la de los islamistas tunecinos de Ennahda, quienes, durante sus tres a?os en el poder, cuidadosamente, y bajo diversos pretextos, rehusaron afrontar directamente la esfera de influencia yihadista.
Por otra parte, ese mi¨¦rcoles era simb¨®lico, pues el Parlamento deb¨ªa aprobar la ley contra el terrorismo, cuyo objetivo radica en dar los medios necesarios a los servicios de seguridad para que hagan frente al terror respetando las reglas fundamentales del Estado de derecho. Esta ley ha suscitado serios debates, y ciertas franjas radicales del islamismo tunecino la han condenado incluso antes de ser aprobada.
En fin, la extensi¨®n del caos libio a T¨²nez es un proyecto reconocido y declarado no solamente por Daesh sino por la mayor¨ªa de facciones islamistas armadas que se enfrentan en Libia. Las fronteras al sur y al este de T¨²nez se han vuelto zonas extremadamente peligrosas, sometidas cotidianamente a escaramuzas militares. En breve: el pa¨ªs constituye un objetivo prioritario de desestabilizaci¨®n yihadista.
Pero el atentado del mi¨¦rcoles ten¨ªa otro objetivo, m¨¢s preciso y mucho m¨¢s grave. Todo el proyecto de reconstrucci¨®n nacional del nuevo poder laico est¨¢ basado en dos ejes sustanciales: poner en marcha una ley de finanzas que liberalice la econom¨ªa, financie las peque?as y medianas empresas y establezca las bases para una reforma bancaria que flexibilice el cr¨¦dito y atraiga inversiones extranjeras; modernizar las infraestructuras y asegurar al m¨¢ximo la oferta tur¨ªstica. Ahora bien, el turismo acaba de recibir un golpe mortal. Es un desastre para la econom¨ªa tunecina.
Naturalmente, tras el atentado, hemos asistido, una vez m¨¢s, a la profusi¨®n de buenos sentimientos: la mayor¨ªa de los jefes de Estado han expresado su indignaci¨®n y solidaridad, pero ¡°sin echar mano al bolsillo¡±, como remarcan con amargura en privado algunos altos responsables tunecinos. La racaner¨ªa europea en un momento de tantos peligros por toda la zona mediterr¨¢nea es realmente alucinante: ?C¨®mo no se comprende que el terrorismo obtiene su fuerza de la exclusi¨®n social y la marginalidad de una parte de la juventud y que la principal manera de hacerle frente es sostener a pulso la experiencia democr¨¢tica y laica tunecina?
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