El Asad, lo malo conocido ante la amenaza del Estado Isl¨¢mico
La sugerencia del secretario de Estado Kerry de negociar con el presidente sirio una salida pol¨ªtica levanta una polvareda entre los rebeldes moderados y los aliados de EE UU
Cuatro a?os despu¨¦s del estallido de la rebeli¨®n contra el r¨¦gimen de Bachar el Asad, la guerra civil de Siria es ya un conflicto de alcance internacional. M¨¢s de 220.000 muertos. Cuatro millones de refugiados en los pa¨ªses vecinos. Unos 11 millones habitantes, casi la mitad de la poblaci¨®n, desplazados de sus casas por los combates. Cerca de 650.000 atrapados en ¨¢reas asediadas por el Ej¨¦rcito o las milicias rebeldes¡ Esta es el paisaje del escenario tr¨¢gico donde las naciones sun¨ªes y chi¨ªes libran la batalla de la hegemon¨ªa regional. Al amparo de esta guerra entre las dos grandes ramas del islam ha surgido la amenaza del califato del Estado isl¨¢mico (EI).
El terror yihadista desborda ya el espacio del conflicto y se proyecta su terror hacia el resto del mundo, como se comprob¨® en Par¨ªs en enero y esta misma semana en T¨²nez. Integradas por unos 50.000 combatientes --con aut¨¦nticas brigadas internacionales de 12.000 extranjeros en sus filas (2.500 procedentes de pa¨ªses occidentales¡ªlas fuerzas del Estado Isl¨¢mico controlan un territorio que se extiende desde el noreste de Siria hasta el vecino Irak.
¡°Por encima de cualquier otro asunto, el EI es la m¨¢xima preocupaci¨®n ahora en la zona¡±, reconocen en Israel fuentes diplom¨¢ticas conocedoras de la situaci¨®n en Oriente Pr¨®ximo. Precisamente cuando se cumpl¨ªa el cuarto aniversario de la guerra en Siria, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, declaraba hace una semana a la cadena de televisi¨®n estadounidense CBS que est¨¢ trabajando para volver a poner en marcha una salida diplom¨¢tica al conflicto en Sitia, pues ¡°no hay una soluci¨®n militar¡±.
---¡°?Est¨¢ dispuesto a negociar con ¨¦l [El Asad]?¡±, le pregunt¨® la entrevistadora.
---¡°Bueno, al final tendremos que negociar¡±, replic¨® el jefe de la diplomacia norteamericana.
La acci¨®n coordinada de los rebeldes kurdos y ¨¢rabes consigui¨® desalojar a las fuerzas yihadistas de la ciudad de Kobane
Sus palabras levantaron de inmediato una polvareda internacional, sobre todo entre los sectores moderados de la oposici¨®n siria y los pa¨ªses aliados de EE UU. Poco antes, el director de la CIA, John Brennan, ya hab¨ªa advertido de que el colapso del r¨¦gimen podr¨ªa empujar al EI a ocupar el vac¨ªo de poder. Los portavoces del Departamento de Estado se apresuraron a matizar sus palabras y recordaron que Kerry hab¨ªa proclamado el pasado febrero: ¡°No hay lugar para un dictador brutal como El Asad¡±.
?Ha cambiado la posici¨®n de EE UU sobre el dictador? Al parecer, s¨®lo se quer¨ªa hacer hincapi¨¦ en necesidad de presionar a Damasco para que acepte el di¨¢logo. Los medios de comunicaci¨®n no se hicieron eco de final de la declaraci¨®n de Kerry, donde, seg¨²n destaca el analista Aron Lund, se fija una clara condici¨®n. ¡°La negociaci¨®n se producir¨¢ en el marco del proceso de Ginebra¡±, hab¨ªa dicho el secretario de Estado, en referencia al comunicado de junio de 2012 suscrito en la ciudad suiza por las grandes potencias y el propio r¨¦gimen de El Asad. En esencia, la salida pol¨ªtica exige la creaci¨®n de un ¨®rgano provisional integrado por representantes del Gobierno y de la oposici¨®n ¡°rec¨ªprocamente pactados¡± para que asuma la presidencia de Siria. EE UU se acoge a esta precisi¨®n para dar a entender que El Asad nunca ser¨¢ aceptado como parte de una soluci¨®n pol¨ªtica.
El mismo Jaled Joya, presidente de la Coalici¨®n Nacional Siria de Fuerzas Revolucionarias y de Oposici¨®n (agrupa a la oposici¨®n moderada en el exilio respaldada por los pa¨ªses occidentales), que se indign¨® tras escuchar la declaraci¨®n de Kerry ¨C¡°ning¨²n sirio aceptar¨¢ estrechar la mano sangrienta de El Asad¡±¡ª no ha tenido reparo en recordar: ¡°Estamos dispuestos a negociar con el r¨¦gimen la salida del poder de El Asad¡±.
Los precedentes son poco esperanzadores, ante un dictador que se siente plenamente respaldado por Ir¨¢n. Anteriores iniciativas diplom¨¢ticas, como las que se emprendieron el a?o pasado en Suiza se cerraron con un fracaso. Pero el nuevo mediador de la ONU para el conflicto sirio, Staffan de Mistura, ha intentado ahora abrir un proceso gradual: negociar primero un alto el fuego en Alepo, en el norte, para extenderlo luego al resto del pa¨ªs controlado por el Gobierno y por la oposici¨®n moderada. Jaled Joya reconoce que hay negociaciones previstas en El Cairo y en Mosc¨² el mes que viene, aunque a¨²n no se ha fijado una fecha.
La oposici¨®n moderada parece estar debilitada frente al auge del Estado Isl¨¢mico o del Frente al Nusra, la filial de Al Qaeda en Siria. Los rebeldes luchan entre ellos y contra las fuerzas leales a El Asad, para intentar consolidar sus zonas de influencia. EE UU, Turqu¨ªa y pa¨ªses del golfo P¨¦rsico han anunciado que van a adiestrar a unos 5.000 milicianos rebeldes al a?o. ¡°El r¨¦gimen permanece unido y tiene armas pesadas¡±, ha advertido el analista estadounidense Joshua Landis, ¡°mientras los rebeldes est¨¢n divididos y cuentan con escaso equipamiento¡±.
Los combatientes de las Unidades de Protecci¨®n del Pueblo (YPG, en su siglas en kurdo), que controlan el extremo noreste del pa¨ªs, son la ¨²nica fuerza que parece enfrentado con ¨¦xito al Estado Isl¨¢mico gracias a su alianza con otros grupos rebeldes ¨¢rabes y al apoyo masivo de la aviaci¨®n de la coalici¨®n internacional. La acci¨®n coordinada consigui¨® desalojar a las fuerzas yihadistas de la ciudad de Kobane tras m¨¢s de cuatro meses de resistencia. Las YPG est¨¢n estrechamente relacionadas con la guerrilla de Partido de los Trabajadores del Kurdist¨¢n (PKK, separatistas kurdos de Turqu¨ªa), que se alz¨® contra el poder central de Ankara en 1984.
Desde septiembre del a?o pasado los bombardeos a¨¦reos de una coalici¨®n ¨¢rabe-occidental encabezada por Estados Unidos golpean las milicias del Estado Isl¨¢mico. El r¨¦gimen sirio admite que colabora de hecho con esta coalici¨®n. En una reciente entrevista con la BBC, El Asad reconoci¨® que existen contactos con EE UU para evitar incidentes en las operaciones a¨¦reas contra los yihadistas.¡±Pero no una cooperaci¨®n directa, sino a trav¨¦s de terceras partes, Irak [que mantiene relaciones con Washington y Damasco] y otros pa¨ªses¡±.
¡°A veces transmiten un mensaje gen¨¦rico sin informaci¨®n t¨¢ctica. Pero no hay un di¨¢logo¡±, reconoci¨® El Asad para dar entender que se han producido comunicaciones directas para abortar en el ¨²ltimo momento un enfrentamiento directo.
El r¨¦gimen de Damasco parece haber trazado una l¨ªnea roja al derribar el pasado martes un avi¨®n no tripulado Predator de EE UU en la provincia costera de Latakia, seg¨²n informaciones recogidas por Reuters. En esa zona, en la que se encuentra la base naval rusa de Tartus, no suele operar el Estado Isl¨¢mico, aunque s¨ª se han producido ataques del Frente al Nusra.
Aunque el primer ministro franc¨¦s, Manuel Valls, advirti¨® de inmediato a Kerry que ¡°no puede haber ninguna soluci¨®n pol¨ªtica mientras El Assad permanezca en el poder¡±, un grupo de parlamentarios franceses se reuni¨® el pasado martes con altos cargos sirios en Damasco, en el primer contacto de este tipo tras el cierre de la Embajada francesa en Siria en 2012. Francia, el primer pa¨ªs que se uni¨® a la coalici¨®n internacional encabezada por EE UU contra el Estado Isl¨¢mico, acaba de desplegar al portaaviones ¡°Charles de Gaulle¡± en la zona, pero la aviaci¨®n francesa s¨®lo ha atacado hasta ahora a los yihadistas en Irak y ha descartado intervenir en Siria.
Mientras tanto, Siria se sigue desangrando. Varios ataques yihadistas coordinados se han cobrado este mismo fin de semana la vida de 70 miembros de las fuerzas del r¨¦gimen, seg¨²n la contabilidad del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, en una oleada de coches bomba en las provincias de Hama y Homs. Un atentado suicida contra la minor¨ªa kurda en el noreste del pa¨ªs se ha saldado con otros 33 muertos, que inclu¨ªan a mujeres y ni?os, en plena celebraci¨®n del Nowruz, el a?o nuevo kurdo que coincide con el inicio de la primavera.
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