De la primavera tunecina al invierno del yihadismo
La represi¨®n de la dictadura y la irrupci¨®n del salafismo tras la revoluci¨®n explican el gran n¨²mero de extremistas
Tan incomprensible es en la calle tunecina que los j¨®venes Yassine Abidi y Hathem Jachnaoui fueran capaces de perpetrar el atentado en el Museo del Bardo, como lo es que alrededor de 3.000 compatriotas hayan dejado el pa¨ªs en los ¨²ltimos a?os para hacer la yihad. ¡°No puedo entenderlo, quiz¨¢ sea por la represi¨®n contra los religiosos en la dictadura, pero no lo s¨¦¡±, comentaba el domingo uno de los allegados de Abidi, mientras esperaba a que la familia recuperase el cuerpo del terrorista, abatido junto a Jachnaoui en el asalto policial. El experto en movimientos yihadistas Wassim Nasr vincula los dos fen¨®menos y eleva la alerta: ¡°Si 3.000 personas de un pa¨ªs de 11 millones est¨¢n dispuestas a hacer la yihad afuera, tambi¨¦n lo estar¨¢n para hacerla dentro¡±.
T¨²nez lidera la lista de pa¨ªses exportadores de yihadistas, seguido de Arabia Saud¨ª. Muchos han ido a parar al Frente al Nusra, filial siria de Al Qaeda en Irak, o al Estado Isl¨¢mico (EI), que controla parcelas de territorio a ambos lados de la frontera sirio-iraqu¨ª. Pero tambi¨¦n combaten en Libia. Sea desde la antigua Mesopotamia o desde el vecino libio, las autoridades tunecinas estiman que medio millar de combatientes yihadistas han vuelto a casa. Algunos han sido apresados, pero otros permanecen libres. ¡°Es muy relevante que ahora haya 500 yihadistas de vuelta a T¨²nez¡±, contin¨²a Nasr, quien adem¨¢s hace especial hincapi¨¦ en que los llamamientos de los ¨²ltimos meses hechos por el EI ¡ªincluso del tunecino Bubaker el Hakim, en las filas de la organizaci¨®n¡ª a grupos yihadistas asentados en el pa¨ªs magreb¨ª est¨¢n cambiando las cosas. Hasta ahora, Al Qaeda era el paraguas bajo el que crec¨ªa el yihadismo en T¨²nez.
Para el periodista especializado Walid Mejri, el regreso de esos 500 retornados podr¨ªa explicar que el yihadismo tunecino, concentrado en el exterior, ataque hoy dentro de las fronteras. Pero, ?por qu¨¦ hay tantos tunecinos enrolados en el yihadismo? ¡°Para muchos j¨®venes es una reacci¨®n a la ¨¦poca dura del dictador Ben Ali¡±, se?ala Mejri. ¡°Tras su ca¨ªda, en 2011, buscaron expresar con libertad su religi¨®n¡±. Durante la ¨¦poca de plomo de Ben Ali, los islamistas, junto a los presos pol¨ªticos, fueron habituales de las c¨¢rceles y la tortura. Lleg¨® la revoluci¨®n y el Gobierno aprob¨® una amnist¨ªa para cientos de presos. Las puertas de T¨²nez, seg¨²n recuerda Mejri, se abrieron a la llegada de predicadores de pa¨ªses del Golfo, como Qatar y Arabia Saud¨ª. Algunos recayeron, por ejemplo, en la mezquita salafista de Al Fatah, en el centro de T¨²nez, como confirman algunos de los habituales al rezo. Los templos dejaron de estar bajo el control del Gobierno y el salafismo cogi¨® fuerza.
Las puertas del pa¨ªs tambi¨¦n estaban abiertas para abandonarlo. Lo han hecho islamistas convencidos de hacer la guerra santa, muchos rebotados de las prisiones de Ben Ali; pero tambi¨¦n delincuentes comunes reclutados a trav¨¦s del serm¨®n, o integristas que quieren vivir en el califato con su familia, violencia al margen.
3.000 personas han salido del pa¨ªs para luchar con el EI y 500 han vuelto
Pero el yihadismo no es un fen¨®meno nuevo entre los tunecinos. Uno de los que pas¨® por la mezquita de Al Fatah es Abu Iyad, fundador en 2011 de Ansar al Shar¨ªa, organizaci¨®n vinculada a Al Qaeda. Iyad, de nombre de pila Seifall¨¢ bin Hassine, es un veterano de Afganist¨¢n. Durante su estancia en el pa¨ªs centroasi¨¢tico fund¨® el Grupo de Combate Tunecino, al que se le culpar¨ªa del atentado contra el afgano Ahmed Shah Masud, l¨ªder de la Alianza del Norte, el 9 de septiembre de 2001, dos d¨ªas antes de los ataques contra las Torres Gemelas. Dos falsos reporteros se citaron con Masud, opositor a los talibanes, e hicieron estallar su c¨¢mara-bomba. Los dos eran tunecinos.
Iyad fue detenido en Turqu¨ªa y encarcelado en T¨²nez hasta, precisamente, la amnist¨ªa de 2011. ¡°La laxitud del Gobierno ante los movimientos religiosos tras la revoluci¨®n¡±, prosigue Mejri, ¡°tambi¨¦n explica que muchos j¨®venes acabaran viajando a hacer la yihad¡±. Creci¨® el salafismo en las calles y tambi¨¦n, en su vertiente m¨¢s violenta, en las monta?as del sureste del pa¨ªs (Jbel Chaambi), con menor presencia policial.
Vinculada a Ansar al Shar¨ªa y fiel a Al Qaeda, la brigada Okba ibn Nafaa ha perpetrado atentados en esos montes contra las fuerzas de seguridad en los ¨²ltimos meses. ¡°Y cuentan con territorio para atacar¡±, apostilla el analista Wassim Nasr, para quien los mensajes de este grupo hacia el EI muestran de nuevo la mayor influencia de la organizaci¨®n en la que militan la mayor¨ªa de los yihadistas tunecinos que han abandonado el pa¨ªs.
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