El fiscal del caso: ¡°Descendi¨® para destruir el avi¨®n¡±
La caja negra desvela que el copiloto se encerr¨® y activ¨® los mandos para el descenso Las pesquisas no hallan ning¨²n indicio de trasfondo terrorista
Brice Robin, el fiscal de la Rep¨²blica en Marsella, compareci¨® a mediod¨ªa con las l¨¢grimas a punto de estallar, las manos y la voz temblorosas. A las cuatro de la ma?ana, hab¨ªa recibido la grabaci¨®n de lo ocurrido en la cabina del Airbus desintegrado el martes en los Alpes y ya no hab¨ªa podido pegar ojo. De la grabaci¨®n se deduc¨ªa que el copiloto de la aeronave, Andreas Lubitz, de 27 a?os, hab¨ªa decidido tirar el avi¨®n con 150 personas a bordo, entre ellos medio centenar de espa?oles. El descenso dur¨® 10 minutos. ¡°Los gritos de los pasajeros solo se oyeron en el ¨²ltimo momento¡±.
Las primeras grabaciones arrojan una conclusi¨®n tan dram¨¢tica como inimaginable del vuelo GWI9525 de Germanwings. La tragedia pasar¨¢ a los anales de la historia aeron¨¢utica mundial y obligar¨¢ al sector ¡°a revisar algunas pr¨¢cticas¡±, como se?ala la secretar¨ªa de Estado de Transportes de Francia. Para el Gobierno franc¨¦s, y probablemente para toda Europa, el ¨²nico dato menos preocupante es que ¡°nada permite decir que se trata de un atentado terrorista¡±. Era la tesis del Gobierno franc¨¦s desde el inicio.
Solo en los ¨²ltimos instantes se escucha gritar a los pasajeros
Con amplia experiencia a sus espaldas en la ciudad m¨¢s violenta de Francia, Robin expuso con crudeza los hechos: lo que ocurri¨® el martes en el macizo de Trois ?v¨ºches no fue un accidente, sino un crimen por unas motivaciones a¨²n desconocidas. Mientras el fiscal facilitaba la informaci¨®n, familiares de v¨ªctimas espa?olas y alemanas llegaban al lugar del siniestro. ¡°No daban cr¨¦dito, les resultaba inimaginable¡± lo que ya les hab¨ªa contado el fiscal antes de exponerlo a los medios de comunicaci¨®n, se?alan personas en contacto con ellos.
La incre¨ªble historia que este jueves conmocion¨® al mundo comenz¨® 20 minutos despu¨¦s del despegue del avi¨®n. En esa primera fase del trayecto, las conversaciones entre el comandante y su segundo fueron ¡°las normales en un vuelo normal, sin nada extraordinario¡±, seg¨²n el relato del fiscal. El copiloto respondi¨® de forma ¡°lac¨®nica¡± cuando el comandante recit¨® el plan de vuelo. A las 10.31, el m¨¢ximo responsable de la aeronave pidi¨® al copiloto que se pusiera a los mandos. Seguramente quer¨ªa ir al ba?o.
En la grabaci¨®n se escucha, en efecto, que la puerta se abri¨® y volvi¨® a cerrarse. Era el principio del fin. El joven Lubitz accion¨® de inmediato el bot¨®n para hacer descender el avi¨®n. ¡°La acci¨®n de selecci¨®n de altitud solo pod¨ªa ser algo deliberado¡±, dijo por dos veces el fiscal Robin, para remachar que no hubo fallo o un error, sino una acci¨®n premeditada. De hecho, Lubitz gir¨® reiteradamente una ruedecilla para poner una nueva altitud en lugar de la fijada. Instantes despu¨¦s, el comandante llam¨® varias veces a la puerta que, de acuerdo con las normas establecidas tras los atentados del 11-S, debe estar blindada.
¡°No hay respuesta del copiloto¡±. ¡°Se escuchan llamadas del comandante por el interfono, identific¨¢ndose, pero sin recibir respuesta del copiloto¡±. Como tampoco respondi¨® a las varias llamadas del centro de control que le advert¨ªan de su extra?o descenso. Ni una sola palabra. Hasta el ¨²ltimo momento, ¡°su respiraci¨®n es una respiraci¨®n normal¡±, cont¨® el fiscal.
La duda de que pod¨ªa estar desmayado no parece sostenerse. Expertos consultados se?alan que la puerta puede ser abierta desde el exterior en caso de emergencia con un c¨®digo, salvo que quien est¨¦ en el interior la bloquee mediante una clavija. Es lo que debi¨® hacer Lubitz.
El segundo de a bordo respiraba con normalidad en todo momento
Pasaban los minutos, el comandante observaba que el avi¨®n segu¨ªa en descenso. Los golpes en la puerta sub¨ªan de nivel ante el estupor de al menos los pasajeros que estaban en las filas delanteras. ¡°Terrain, terrain¡±, suena la alarma autom¨¢tica de proximidad al suelo. ¡°En esos momentos se escuchan fuertes, violentos golpes, como si se intentara forzar la apertura de la puerta¡±.
En los ¨²ltimos momentos, y con el avi¨®n ya muy cerca de las monta?as, se escuchan los gritos de los pasajeros mezclados con los golpes en la puerta. La muerte de todos fue ¡°instant¨¢nea¡±, asegura el fiscal.
Su conclusi¨®n es contundente: el copiloto activ¨® el descenso por unas razones a¨²n desconocidas, pero ¡°con la voluntad de destruir el avi¨®n¡±. Todo se produjo en solo 10 minutos. Hasta este jueves, no se difundi¨® la m¨¢s m¨ªnima pista sobre la motivaci¨®n de Lubitz para semejante locura.
La polic¨ªa alemana analiza desde el primer momento la vida y movimientos del copiloto. El ministro del Interior, Thomas De Mazi¨¨re, revel¨® que los servicios de informaci¨®n investigaron desde el martes si alguno de los miembros de la tripulaci¨®n (los dos pilotos y cuatro asistentes) ten¨ªan alg¨²n contacto con el terrorismo isl¨¢mico, informa Enrique M¨¹ller. ¡°Lo hemos comprobado todo y los resultados son negativos, y esto incluye al copiloto¡±. Para el ministro, no hay indicios de ¡°trasfondo terrorista¡± en la actuaci¨®n del copiloto.
Los expertos ya hab¨ªan se?alado desde el martes, horas despu¨¦s del siniestro, que la tripulaci¨®n hab¨ªa tenido que iniciar el descenso de forma deliberada. Al menos durante los primeros minutos. Lo mismo hab¨ªa sugerido el mi¨¦rcoles R¨¦mi Jouty, responsable del BEA (oficina de investigaci¨®n de accidentes a¨¦reos). Lo que no eran capaces de interpretar era por qu¨¦ hab¨ªa mantenido esa p¨¦rdida de altitud durante 10 minutos hasta que el avi¨®n se estrell¨®.
La segunda caja negra, a¨²n no encontrada a ¨²ltima hora de este jueves, cerrar¨¢ todas las dudas sobre los datos t¨¦cnicos. Ya importan poco. La gran duda ahora es qu¨¦ le pas¨® a Lubitz. Qu¨¦ ten¨ªa en la cabeza antes y durante esos tr¨¢gicos 10 minutos. Algunas compa?¨ªas a¨¦reas obligan a que siempre haya en la cabina al menos dos personas. No es el caso de Lufthansa y su filial, Germanwings. A partir de ahora, las aerol¨ªneas y las autoridades aeron¨¢uticas revisar¨¢n sus planes de seguridad.
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